Freddie Mercury, la inmortalidad de una voz con corona
“No seré una estrella de rock. Seré una leyenda”, declaró una vez… ¡y todo parece indicar que lo logró! Hablamos del cantante, compositor y músico británico de origen parsi , Freddie Mercury, fundador y vocalista de la mítica banda de rock Queen.
Ícono del rock de los años 70 y 80 y una de las voces más importantes de la música popular británica, Mercury exhaló su último aliento el 24 de noviembre de 1991, conmocionando con su muerte al mundo de la música.
En 2008, la revista estadounidense Rolling Stone lo colocó en el puesto 18 en su lista de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos y una encuesta hecha por The Sun, que buscaba identificar al «Máximo dios del rock» los fanáticos ubicaron a Mercury en el puesto número uno.
Era reconocido por su poderosa voz y extravagantes puestas en escena, así como también por haber escrito muchos de los éxitos de Queen. Además de sus actividades con la banda, en los años ochenta lanzó su carrera como solista, consiguiendo publicar dos álbumes, Mr. Bad Guy (1985) y Barcelona (1988).
Nacido el 5 de septiembre de 1946, fue considerado «el mejor cantante masculino de todos los tiempos», según una encuesta organizada por MTV2, en 2005.
Mercury falleció a los 45 años de edad, en su casa de Kensington, Londres (Reino Unido), un día después de anunciar que estaba infectado del virus VIH.
El gesto se convirtió en un hito ya que era la primera vez que una estrella admitía padecer esta enfermedad en lo más alto de su carrera, y justamente por eso su confesión cambió para siempre la percepción pública sobre una enfermedad que hasta entonces, casi nadie pronunciaba.
En su testamento, Mercury regaló sus efectos personales a sus amigos, grabó una serie de vídeos sobre su enfermedad para que se emitieran tras su muerte y donó más de 30 millones de euros a la lucha contra el sida. Pasó entonces a la inmortalidad no sólo como uno de los mejores cantantes de rock de la historia, sino también como un referente de la lucha contra el VIH.
Sin embargo hasta el día de hoy, los seguidores de Freddie no tienen dónde llorarlo o recordarlo. La razón es que el mismo cantante ordenó mantener oculto el paradero de sus restos. Se rumoró que sus cenizas fueron esparcidas en su mansión en Garden Lodge, en el lagó Lemán de Suiza, pero nada pudo confirmarse al respecto, siendo aún un misterio.
Y como buena leyenda, su historia llegó a la pantalla grande en el 2018 con la cinta biográfica «Bohemian Rhapsody», causando un nuevo furor por el artista y la desaparecida banda.
Muchas son las cualidades que lo llevaran a ser inolvidable, pero aquí resaltamos hoy las ineludibles:
Su voz
Su calidad vocal es y será siempre uno de los aspectos por los que más será recordado. Fascinaban su técnica, su vibrato, su facilidad para oscilar entre notas y registros, de su tono de barítono al de soprano, siempre en tiempo. No en balde se posicionó del puesto 18 en la lista de los «100 mejores intérpretes de toda la historia» de la revista Rollig Stone.
Su composición
Como autor, Mercury fue responsable de 10 de los 17 mayores éxitos de Queen: «Bohemian Rhapsody», «Somebody to Love», «Good Old-Fashioned Lover Boy», «We Are the Champions», «Seven Seas of Rhye», «Killer Queen», «Bicycle Race», «Don’t Stop Me Now», «Crazy Little Thing Called Love» y «Play the Game».
Su magnetismo
Del mismo modo, su capacidad dramática y su magnetismo sobre el escenario están fuera de discusión. El mismísimo David Bowie dijo de él que «llevó el concepto de rock melodramático más lejos que ningún otro intérprete de rock». Además, añadió, «siempre he admirado un hombre capaz de vestir mallas ajustadas».
“No voy a ser una estrella, voy a ser una leyenda. Quiero ser el Rudolph Nureyev del rock and roll”, dijo Mercury y a los 73 años de su nacimiento y 28 de su transformación en recuerdo inmortal, podemos asegurar que su destino se ha cumplido.
Los dejamos con una de sus canciones más emblemáticas