¿Soporta el 2014 más de lo mismo?
Solo un enfermo mental desea lo peor para sí. El que está sano confía en la venida de tiempos mejores. Sin embargo es innegable que el año 2014 está lleno de incertidumbres y ello asusta. La conjetura de Giordani e izquierdosos del régimen basada en la depredación de los medios de producción, sin discurrir en profundidad sobre las complejas y variantes económicas mundiales, auguran más ruina. ¿Continuará el intenso programa económico basado en la represión contra comercios e industrias utilizando la fuerza pública sobre todo la militar? ¿No debería estar la Guardia Nacional al servicio de la población protegiéndola de la aterradora delincuencia que conmueve a todos los estratos sociales?
No se trata de ingeniería nuclear sino de entender que la economía, no obstante las excentricidades que Giordani insiste en agregar como «variables acordes con la idiosincrasia del pueblo sufrido», tiene sus propias inevitabilidades. Todas las doctrinas se basan en la misma sinopsis: 1- En el terreno económico: conseguir rentabilidades más elevadas mediante el uso racional de los recursos y disminución de la inseguridad propia del mercado. 2- La meta en lo político-social: lograr bienestar físico y psíquico. 3- En la disposición espacial: núcleos de población con el fin de lograr que la gente se halle a gusto en sus lugares de residencia. 4- En la docente: conducir a la igualdad de oportunidades para todos. 5- En la estratégica: ofrecer mayor seguridad ante cualquier ataque.
Las metas citadas son tan generales y al mismo tiempo tan deseables que nadie en sano juicio puede considerarlas desatinadas. Cualquier encuesta al respeto reflejaría un consenso favorable del cien por ciento. ¿Por qué si el asunto es tan claro el país va a la debacle? A los particulares se les dificulta planificar en concordancia con parámetros de la libre empresa. Ahora es el Gobierno el que estipula el camino a seguir imponiéndolo a la fuerza. La lógica financiera básica está siendo suplida por acciones de rezagados marxistas que insisten en la utopía del igualitarismo como modelo de justicia social. ¡Chapucería en todas sus formas! Por ejemplo, plantar edificios al azar en cualquier solar para alojar grandes masas bajo el campanudo título «Misión Vivienda», lejos de disminuir los conflictos de la ciudad, los agrava. No es preciso abundar al respecto pues es bien conocido el caos urbano que este desatino ocasiona.
El país requiere de un desarrollo equitativo viable. Tarea improbable si siguen dilapidándose los mermados recursos del gobierno con tal de cuidar la fábula política creada por el finado. El caso Sidor es patético. Su producción apenas alcanza el 50% de la meta prevista. Entretanto el mercado negro de cabillas, perfiles, briquetas, ventanas, se expande exponencialmente a precios exorbitantes. La tragedia del país es que los conflictos sobrepasan los signos ocultos para convertirse en crisis manifiestas. Por ejemplo es visible y no ocasional el trance para adquirir harina y aceite de maíz, papel higiénico y medicinas de atención primaria, entre muchas.
El instrumental del régimen no está en condiciones de sofocar los incendios sociales que ha instituido y que a diario se revelan. En consecuencia, como apagafuegos decide qué incendios atender y cuáles pueden ser relegados. Las mangueras no tienen el espesor ni la cantidad de agua necesaria; además están agujereadas. El símil simboliza cómo las instituciones del país, «perforadas e inhibidas», están impedidas de atender cualquier emergencia y mucho menos los conflictos de fondo. Ciertamente los fuegos se extinguen solos pero dejando una huella destructiva difícil de resarcir. ¿Continuará el régimen por la senda iniciada hace 15 años?
@MiguelBM29
