Una empresa que recomiendo: Stork Airlines
En medio de este maremagnum reciente de saqueos, rebajas bajo coacción, acusaciones de usura, especulación y mala prestación de servicios, es todo un Oasis encontrar una aerolínea que cumpla lo que ofrece, sea puntual, amable, gire en torno de sus clientes, los deje satisfechos y con ganas de volver a utilizar los servicios de esa rara empresa. Sin dudarlo un instante recomiendo a todos Stork Airlines, en la que por suerte han volado ya dos de mis hijas, la primera y la tercera (y espero que muy pronto le corresponda el turno a mi segunda hija). El domingo 29 de diciembre le tocó a mi tercera hija, disfrutar de los excelentes servicios de esta empresa (por la feliz experiencia que su hermana mayor le había referido hace casi tres años).
Funciona bajo la denominación comercial de «Cigüeña Airlines», y en esta oportunidad, seguramente por ser asueto vacacional y además navideño, las clases «Falsa alarma» y «Puje» estaban abarrotadas, y parece que hasta con sobredemanda de boletos, por lo que a mi hija le tocó viajar en Clase «Cesárea». Disfrutó de buen servicio, constante amabilidad de la tripulación, pilotos y aeromozas se esmeraron en hacer de su travesía algo inolvidable, y como para complementarlo, le dieron de obsequio sorpresa una preciosa muñeca, tamaño natural, que se mueve, llora, incluso orina y hace pupucito, con un peso de 3.100 gramos y una longitud de 48 centímetros (mediciones oficiales de rutina, tomadas a las 10.38 am, poco antes del aterrizaje).
Lo recuerdo como si hubiera sido hace poco, cuando mi hija mayor hizo ese mismo Tour. Aunque viajó en clase «Puje» (que es menos costosa), le dieron un obsequio igualmente valioso. En esa ocasión, a comienzos del 2011, le tocó de recuerdo de la aerolínea un muñeco varoncito, 49 cmts, 2.700 gramos, es decir, más o menos similar el obsequio, pero en clase Cesárea se paga mucho más, y por la diferencia de precios de los pasajes, a la viajera le deberían corresponder dos regalos !! Lo saben en la aerolínea, y en ocasiones especiales han entregado de a dos y hasta de a tres muñecos, pero por cuestión de costos y mercadeo, esos casos son las excepciones que confirman la regla y moderan las equivalencias. Esto puede constituir otra prueba de lo mal que anda nuestra economía, con una inflación anual reconocida oficialmente en 56 %. Pero por lo menos esta línea aérea mantiene la satisfacción de sus clientes, ofreciendo el Gift, alternando varoncitos y hembritas al azar. Ojalá pudiéramos decir lo mismo de otras empresas que dejan mucho qué desear en la actualidad, y ni siquiera esperamos que nos den regalos. Con que ofrezcan artículos de calidad, suficientes, y que den seguridad de que responden por desperfectos y fallas de calidad, nos sentiríamos más que satisfechos !! Si tan sólo los Partidos y candidatos políticos cumplieran eso, nos sorprenderían y seríamos felices.
Tomé algunas fotos del viaje, aunque no salieron las que muestran el avión por dentro, y en especial la Sección «Cesárea» (no permiten fotos por razones de seguridad, vainas de la NSA, lo de las torres del WTC los tiene rísperos y desconfían de everybody), pero sí tengo imágenes del obsequio, antes de desenvolverlo, de abrir ese paquete, y ya abierto el envoltorio del regalo (al que le pusieron algunas suturas, para volverlo a usar. Ecológico y ahorrativo, hay reciclaje).
A quienes les preocupe que, de acuerdo al refrán “Cuando hay santos nuevos, los viejos no hacen milagros”, pueda ocurrir el más leve cambio en nuestra actitud hacia los muñecos, pensando que vamos a sentir preferencia por la muñequita nueva, les aseguramos que nuestra conducta abuelérica respecto de Luciano, por la llegada de Tábata Valeria, no se altera para nada. Les aclaro que no hay rollo, pues Luciano sigue siendo el niñO más bello, querido y mimado del Universo y sus alrededores, a Tábata Valeria le corresponde ser la niñA más bella, querida y mimada de ese mismo Universo y sus alrededores. Los problemas pudieran presentarse cuando «sobrevenga» el (la) tercer (a) niet@ !! Ya veremos cómo se resuelve ese «marrón» cuando tenga lugar. Supongo que habrá que crear categorías como en el Deporte, en base a grupos etarios. Como vaya viniendo iremos viendo.
Ni al primordial colaborador para que mi hija hiciera ese viaje, le permitieron siquiera asomarse a la sección «Cesárea», tampoco a ninguno de nosotros, los familiares más cercanos. Alegaban que han tenido antipáticos antecedentes con coleados en esa sección (donde supuestamente se sienten más las turbulencias y algunos llegan a perder el sentido). Tuvimos que calarnos todo el trayecto hacinados en la bodega de la aeronave. Afortunadamente fue un viaje corto, unos 50 minutos de travesía en el corredor aéreo que denominan «Quirófano», en el argot de los Controladores de Vuelo. Pero como entregan los obsequios en medio del viaje, y la muñequita le fue formalmente dada a mi hija a los 38 minutos de vuelo, por mínima cortesía, tuvieron el detalle de que abrieron la compuerta de la bodega y nos permitieron verla por dos minutos (que aprovechamos para tomarle fotos), pero de inmediato nos la arrebataron, para empotrarla en una rara cajita, totalmente cerrada, creo que para evitar daños a la muñeca durante el aterrizaje, pero venía libre y junto a la viajera, durante los trámites de Aduana.
Mi esposa hizo ese Tour cuatro veces, en tiempos en que ni imaginábamos los teléfonos celulares y los trámites de CADIVI. La aerolínea en que viajó las dos primeras veces, era Estatal y muy estricta en eso de permitir visitantes en alguna sección, ni siquiera porque las cuatro veces que hizo esa Travesía, escogió la sección económica «Puje» (pero aunque no me dejaron volar a su lado, en las primeras dos ocasiones la acompañaba mi madre, la siempre recordada Alicia, quien se disfrazaba de «Flight Attendant», y se encargó se recibir la muñeca de regalo que le obsequiaron en cada una de esas dos primeras ocasiones, enero del 75 y octubre del 76. Como en esas travesías se consumen drogas, mi madre se encargó de que en medio del desorden no le cambiaran el regalito).Yo me metí coleado en sus dos últimos viajes, siempre en la sección PUJE, y creo que ella había pedido tragos de más, porque se la veía como abotagada. Fui privilegiado testigo y co-receptor de los obsequios, una Barbie en 1979 (esa fue la que viajó el domingo 29), y dos años después nos dieron el Ken, el único varoncito en la colección.
Estas travesías nos brindan enorme felicidad, y en serio asumimos el compromiso con las criaturas que con tanto amor esperamos durante los nueve meses previos, a quienes deseamos acompañar y amar el mayor tiempo posible. Contrasta con tantos casos de criaturas no deseadas ni amadas, que llegan a hogares rotos, con padres o madres ausentes, familias enteras disfuncionales, que no los hacen sentir bienvenidos y a muy tempranas edades los desamparan, debiendo crecer por su cuenta, en las calles, a merced de la soledad y las carencias materiales y afectivas, que los llevan la mayoría de las veces, por la senda del resentimiento y el delito. El mejor antídoto para ese sinsentido, es prodigarles amor, respeto, compañía y orientación, sumergirlos en un inmenso océano de juegos y abrazos, cariño y graduales enseñanzas, y que en ese complicado y difícil proceso participe la mayor cantidad posible de familiares y amigos, pues ninguna mala influencia penetra la coraza de una buena formación, en especial si en ella intervinieron padres, tíos, abuelos, hermanos, primos, y el común denominador es el afecto sincero y constante.