Patricia Urquiola, la arquitecta española que diseña para el mundo
Patricia Urquiola es la arquitecta y diseñadora española más internacional del momento. Huye de las alharacas, desdeña cumplidos, es directa, rápida y con una determinación apabullante.
Trabaja, y trabaja con pasión, desde su cuartel general en Milán, sin pensar si sus diseños están en Europa, en Australia o en Estados Unidos, por eso frunce el ceño cuando se le recuerda que es una de las diseñadoras más solicitadas del mundo.
«Me da la risa cuando me dicen eso. No escucho los piropos. Estoy feliz y orgullosa de lo que hago. El trabajo funciona, hay mucho esfuerzo detrás, pero tengo muchas cosas que mejorar, eso es lo que me preocupa en el día a día«, cuenta a Efe esta «española-milanesa» como ella misma se define.
Asturiana de nacimiento y raíces (Oviedo, 1961), creció como profesional en Milán, donde terminó la carrera y desde donde confiesa que no tuvo que cruzar ningún puente ni hacer transición alguna para compaginar la arquitectura y el diseño.
«Mi primera actividad profesional fue como diseñadora», aunque por su relación con el espacio ha ido canalizando ambas vertientes de la creación hasta el punto de que un trabajo le lleva a otro, «incluso con la misma empresa».
Para diseñar hay que tener «una mente abierta»
Patricia Urquiola ha diseñado hoteles, oficinas y apartamentos en cuatro continentes, además de objetos para iluminar, tomar asiento, alfombras, estanterías o vajillas.
Emblemáticas ya es la colección Maia para Kettal, o las diseñadas para Kartell, Moteni o Alessi.
«Cada proyecto tiene un elemento fundamental, hay que encontrarlo y será el que te guíe» a la meta, dice Urquiola para explicar que antes de una creación hay un estudio profundo de los materiales, de la historia de la compañía y de otros factores que llevan al diseño final.
Habla desde la reflexión, locuaz y tan rápida como trasluce que va su cabeza. Intercalando alguna palabra en inglés y alguna otra en italiano, asegura que para diseñar hay que tener «una mente abierta».
«Como creador tienes que arriesgar, proyectar significa salir de tu zona de confort, es necesario para crecer. Hay que romper prejuicios», asegura la diseñadora.
Diálogos entre la tecnología y el diseño
Es partidaria de abrir diálogos entre la tecnología, el diseño en 3D y los artesanos para que ambas vertientes confluyan, y señala que está embarcada en pequeños experimentos digitales en su estudio, pero, al mismo tiempo, ha colaborado con un artesano del vidrio en Madrid, especializado en iglesias.
La diseñadora creativa de Cassina sueña con levantar un museo «nada banal» para la empresa, justo cuando la compañía de muebles italiana está a punto de celebrar su 90 aniversario.
«Hay que explorar en distintas direcciones», advierte para apuntar que la diversificación es su seña de identidad.
«En mi estudio somos muy abiertos, pero tenemos mucho que mejorar», dice sin atisbo de modestia fingida, y recuerda con ello cómo ha sido capaz de levantar Il Sereno, un hotel cinco estrellas a orillas del Lago Como «muy interesante, muy orgánico, porque nos obligó a estudiar sobre urbanismo y paisajismo», para el que además diseño un gran número de productos para el hotel.
Poco dinero y mucha calidad
¿Un buen diseño se puede hacer con poco dinero? «Depende. El mundo del arte no existiría» si solo nos fijáramos en el precio.
«Hay proyectos que te permiten trabajar con materiales extraordinarios o con técnicas muy novedosas» y otros no, pero asegura que puede embarcarse en propuestas básicas sin renunciar a su máxima, «la calidad».
«Trabajo en proyectos contrapuestos, pero siempre con calidad. En mi estudio tiene cabida un hotel de cinco estrellas, pero al mismo tiempo también un concepto divertido de la hostelería como es el Room Mate de Milán«, pero todo bajo ese sello.
Urquiola incide en el hecho de que el diseño entra en la vida cotidiana, en espacios colectivos, en lugares sofisticados «llega a muchos niveles, y es así como llega a muchas personas. Tenemos que estar dispuestos a movernos en muchas direcciones».
Confiesa que el reto la «estimula». «Cuando te dan un encargo de valor me produce mucha satisfacción y el reto viene porque no sabes cómo lo vas a hacer», concluye.