Opinión Nacional

Coque, Línea V, maíz: proyectos muertos

Dentro de Alcasa aún está una vieja valla publicitaria del año 2001 en medio de un terreno que desde entonces no es mucho más que «un tierrero», a la vera de tres anémicos arbolitos y muy cerca de una de las naves de la Línea IV de producción.

«Proyecto Línea V: 240 mil tm/año» es el texto de la promesa y la firma «CVG y CVG Alcasa» con el lema: «La nueva era de Alcasa».

Esa valla, a modo de «piedra fundacional» fue colocada allí en un acto muy formal, encabezado por el entonces presidente de CVG (segundo de la era chavista) y hoy gobernador, Francisco Rangel Gómez.

La idea de construir una V Línea de reducción estaba ya para entonces muy bien estudiada en el curso de al menos dos administraciones en CVG y en Alcasa. Los más calificados técnicos de la industria habían llegado a la conclusión de que solo con una nueva línea de celdas, de tecnología muy moderna y altamente productiva, podría Alcasa no solo aumentar su producción de aluminio en cantidad (pasar de 195 mil tons/año a mas de 400 mil) sino hacerlo con alta productividad, es decir, mas aluminio con costos de producción mucho más bajos gracias a tecnologías «de punta».

Porque de todas las empresas de Guayana, Alcasa era el «pariente pobre» que no lograba ser autosustentable ni aun produciendo al tope debido a la obsolescencia de sus Líneas I y II.

Así que «la revolución» puso «piedra (o valla) fundacional» e hizo los anuncios con mucha parafernalia.

Luego firmaron un acuerdo con dos transnacionales. Una para financiar el proyecto al parecer con Glencore y el otro con la francesa Pechiney para sus mejores y más modernas celdas.

En 2005, el gobierno cambió de opinión en cuanto a uno de esos convenios, el del financiamiento, cuyas condiciones parecían «leoninas».

Hasta el sol de hoy. Ni con financiamiento propio.

Ni con empresa mixta. Ni con tecnología propia, de factura venezolana, experimentada en Venalum con cinco celdas V-350. Nada.

Alcasa jamás tuvo Línea V. Nunca pudo sobrepasar la «línea azúl» de producción y productividad.

Al contrario, en diciembre de 2009 el gobierno ordenó cerrar y desmantelar las viejas Líneas I y II sin hacer la Línea nueva.

Alcasa hoy produce menos 50 mil tons/año, importa aluminio desde la transnacional estadounidense Alcoa para revenderlo en el mercado nacional. Una vergüenza. Un bochorno antinacional.

Y hace poco recibió financiamiento de una transnacional de China para refaccionar unas 50 de mas de 200 dañadas en las líneas IV y V pero en las condiciones mas leoninas y de entrega de la soberanía nacional que se tenga memoria en Guayana: la transnacional de China fabrica todo y pone todo, incluso lo que siempre se fabricó en las metalmecánicas de Guayana.

EL COQUE CONTAMINANTE

Para fabricar aluminio, además de alúmina y electricidad, que son el 90% de ese proceso, se requieren algunos insumos menores pero indispensables. Uno de ellos es el coque metalúrgico que se usa en los ánodos de carbón, conductores y potenciadores de la energía.

Ese coque es importado e incluso lo es aún hoy, aunque parezca de «Aunque usted no lo crea» porque un subproducto de las plantas «mejoradoras» del petróleo de la Faja, instaladas en la fase de la llamada «apertura petrolera» (lo único que aún hoy funciona en la Faja del Orinoco) es el coque petrolero. Muy contaminante, que se acumula en enormes, inservibles y atorrantes montañas en el norte de Anzoátegui, creando problemas de todo tipo. 

Pero ese coque petrolero, debidamente tratado en unos calcinadores industriales, se convierte en el mismo coque metalúrgico que seguimos importando.

Y serviría para exportar, dando valor agregado a lo que hoy es un desecho molesto.

Carbonorca, la planta menos grande de la industria integrada del aluminio, fabricante de los ánodos, tiene todo el proyecto y solo requiere una inversión de unos 400 millones de dólares.

El proyecto fue aprobado cuando Chávez y Giordani ilusionaban a muchos con el cuento del «control obrero» y el Plan Guayana Socialista 2009-2019″. Como todo, quedó en el papel.

Ni hay planta calcinadora. Ni se procesa aquel coque contaminante. Y seguimos importando el coque metalúrgico. Otro «logro y obra». Otro «legado» de la revolución en Guayana.

MAÍZ Y MUCHO MÁS

Son tantos los «proyectos muertos» o también los «elefantes rojos» que en 15 años en Guayana no existe ni una sola industria nueva.

En la ruta hacia La Paragua, en el sureste de Bolívar, mas al sur de Guri y de Ciudad Piar, hay ­de siempre­ campos de maíz. En 2006, Chávez anunció que se construiría una planta procesadora del grano para que los productores «arrimaran» allí su maíz el cual se transformaría en harina precocida y aceite de maíz.

La planta está casi del todo construida desde hace dos años pero nunca ha funcionado. Ni un grano de maíz ha podido ser procesado.

Explican los lugareños que se combinan dos fallas: unos equipos que habrían sido utilizados hace dos años para refaccionar el funcionamiento de unos silos cercanos y nunca fueron repuestos hacia la planta y la ausencia de una línea eléctrica que nunca se planificó ni construyó. Allí está, imponente en medio del paisaje de sabanas, pero inservible. Quizás este reportaje sirva para obligarlos a hacerla.

Continuaremos con este triste inventario.

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