Ivanka versus Melania: ¿Habrá dos primeras damas?
Dicen que detrás de todo gran hombre se esconde una tremenda mujer. Pero en la vida del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hay más de una. Y entre todas ellas –dos hijas y tres esposas–, hay dos que se pelean por ser la primera dama de la nación norteamericana: Melania (su actual compañera de vida) e Ivanka (fruto de su primer matrimonio).
Para muchos sería obvio pensar que la encargada de portar los zapatos que ostenta todavía Michelle Obama es Melania, pues es la esposa del magnate. ¿Quién más que ella para ser la primera dama? Sin embargo, durante buena parte de la campaña presidencial, se mantuvo bastante al margen de la carrera política de su esposo. Por el contrario, la hija del empresario, Ivanka, se ha mostrado como una exitosa mujer de negocios, vicepresidenta de desarrollo y adquisiciones de la Trump Organization, y figura importante de la estrategia electoral de su padre.
Entonces, ¿será que los norteamericanos tendrán dos primeras damas? Conozcamos el perfil de cada una para ver quién podría ser la más indicada:
La chica europea
A veces la vida es un poco absurda. Resulta interesante escuchar el discurso xenófobo del señor Trump como político y pensar que, primero, es hijo de una escocesa; segundo, sus abuelos eran alemanes y; tercero, su esposa, Melania, es eslovaca.
Esta europea, de cuarenta y cinco años, trabajó como modelo antes de casarse con Trump, con quien tuvo a Barron, el último hijo del empresario. Por su condición de inmigrante, pasó a ser la segunda mujer que nace fuera de Estados Unidos que se convierte en esposa del presidente (la anterior fue la británica Louisa, esposa de John Quincy Adams, mandatario entre 1825 y 1829).
Durante el duelo electoral, fueron pocas las veces que Melania levantó su voz para hablar en pro de su marido. En una de esas oportunidades, por cierto, dio un discurso que levantó sospechas por parecerse a otro que realizó Michelle Obama en 2008.
Es que hasta hace poco ella no se consideraba una mujer política. De hecho, durante una entrevista que la revista People le hizo en octubre del año pasado, confesó “no estar lista todavía” para manejar ese tipo de negocios. “Es su trabajo y yo lo apoyo”, dijo con relación a su marido.
Pero a la antigua modelo ya no le queda más remedio que asumir su rol. Por eso, poco tiempo después del discurso por el que la acusaron de plagio, le concedió una entrevista a la cadena MSNBC en la que se mostró mucho más suelta.
Por ejemplo, cuando le preguntaron por las duras palabras de Trump contra los inmigrantes, específicamente aquellos que provienen de la nación azteca, alegó: “No creo que insultara a los mexicanos. Dijo inmigrantes ilegales. No habló de todos”.
También recordó que ella, que se desplazó a Estados Unidos en 1996, siguió todos los pasos para convertirse en residente y luego en ciudadana del país. “Seguí la ley”.
Sin embargo, en enero de este año dejó claro a la revista Us que ella es la consejera de Trump, pero en la casa. “¿Estoy siempre de acuerdo con él? No. Le doy mis opiniones, le digo lo que pienso. A veces escucha, a veces no”.
La heredera
Contrario a esa figura de “mujer tímida” que demuestra Melania, a la hija de Donald Trump, Ivanka, no le tiembla el pulso para hablar en público sobre economía y política. Podría decirse que ella fue la carta que su padre manejó para ganarse el voto femenino, pues simboliza un perfil de la fémina moderna.
Fue precisamente Ivanka quien presentó a Trump como el candidato republicano frente a la convención del partido. A lo largo de su discurso, la joven de treinta y cuatro años recalcó que en las empresas de su padre hay más mujeres ejecutivas que hombres y que introducirá el salario igualitario.
A su vez, describió al magnate como un hombre atento, que impulsa a las personas y que es un “trabajador incansable”. “Este es el momento y Donald Trump es la persona para hacer de nuevo a Estados Unidos grande”, dijo Ivanka durante el discurso.
La economista es madre de tres hijos y está casada con el promotor inmobiliario Jared Kushner, por quien ella se convirtió al judaísmo. Como dato curioso, antes de la campaña era íntima amiga de Chelsea Clinton, la hija de la principal adversaria del magnate, Hillary Clinton.
Su rol activo en el trabajo también la diferencian de Melania, ya que además de gerenciar las empresas de su padre, tiene su propia línea de ropa y accesorios. En su cuenta de Instagram, Ivanka promociona su sitio web donde ofrece consejos para mujeres que trabajan.
No hay más que elogios
A pesar de haberse vuelto tan popular durante la campaña electoral, Ivanka defendió que la esposa de su padre no se vinculara con el rol político de Trump. “Melania es una madre increíble”, dijo a la revista People. “Es poco frecuente que las esposas de los candidatos estén haciendo propaganda todos los días. Y ella tomó una decisión que respeto totalmente, que es cuidar a su hijo. Él necesita estabilidad, y mi padre viaja con mucha frecuencia”.
En la misma entrevista, indicó que la eslovaca está al tanto del día a día de su niño. “Es algo realmente notable. Ella es una gran inspiración para mí, en términos de establecer como prioridad a la familia”.
En esa oportunidad, Melania era todavía una candidata a primera dama, e Ivanka aseguró que su madrastra haría un gran rol. “Es muy inteligente y cálida, tiene un corazón increíble. Hay muchas organizaciones con las que ha trabajado, y no precisamente en esta temporada electoral, sino desde hace muchos años (…) Sé que será una poderosa e impactante primera dama”.
Esa declaración parece más que suficiente para demostrar que Ivanka, a pesar de tener un extenso currículo, opina que la primera dama debe ser –y será– la eslovaca de cuarenta y cinco que llegó hace veinte a los Estados Unidos: Melania Trump.