La USB también es afectada por la crisis que vive Venezuela
Mineau Reyes, directora de la Asociación de Egresados de la Universidad Simón Bolívar, AEUSB, manifestó que la Universidad Simón Bolívar «hace frente a una crítica situación desde hace un largo periodo, que ya se ha hecho irresistible. Desde robos en las paradas de transporte, malas condiciones presupuestarias que afectan distintas áreas de la vida universitaria, falta de recursos para las áreas investigación y extensión, hasta la renuncia de personal docente por condiciones salariales paupérrimas».
Agregó que este panorama «ha motivado la activación de un trabajo en conjunto entre la AEUSB y las autoridades rectorales, en la búsqueda de soluciones puntuales que contribuyan a minimizar el impacto negativo de la grave crisis que vivimos”.
El programa Volver a la Simón, promovido por Euler Jiménez, egresado de la primera promoción de la USB, es uno de los resultados de esta unión de esfuerzos. El proyecto promueve la figura Egresado-Docente, en el que egresados, de manera voluntaria y comprometida, regresan a su Alma Mater a dictar clases, ya sea de forma individual o con el apoyo de las empresas donde laboran.
Jesicka Meneses, egresada con 35 años de graduada, manifestó su profunda emoción por estar presente en la celebración. “Debemos sentirnos muy agradecidos con todo lo recibido y comprometidos en apoyar la sostenibilidad y permanencia de nuestra universidad. En estos difíciles momentos está fuertemente amenazada su existencia y visión. Activémonos en las cruzadas para su defensa y preservación, cada quien desde su tiempo, dentro de sus posibilidades, facultades y fortalezas”.
El orador de la promoción de 30 años fue Luis Emilio Suberviola, ingeniero electrónico, quien expresó su preocupación por la dificultad por la que está atravesando la USB, la mayor de su historia. “Es momento de entender cuál es el papel que debemos asumir para contribuir significativamente con la permanencia en el tiempo de esta casa de estudio, con el nivel de excelencia que la caracterizó desde que fue concebida”.
“La universidad reclama un rol mucho más activo de todos nosotros. Como egresados con vocación, capacidad y tiempo, para cubrir necesidades académicas. Como empresarios que faciliten la apertura de las empresas donde laboran, para avalar el apoyo de sus trabajadores y suscribir convenios de cooperación. Como voluntarios para avanzar en la materialización de convenios. Como nuevos integrantes de las iniciativas que ya corren. Como promotores de nuevas ideas y modelos que hagan sostenible la universidad. Las posibilidades son infinitas”, concluyó Suberviola.