El EditorialOpinión
El diálogo no puede ser una farsa
El diálogo es fundamental para resolver conflictos existentes y potenciales y más aún cuando la polarización es extrema.
Lo que si no puede ser es un mecanismo para ganar tiempo y para no negociar soluciones a una situación crítica.
Nunca se debe olvidar que en la propia guerra de independencia de nuestro país, Bolívar entendió que era necesario dialogar con Morillo.
En la actualidad, en Venezuela, el diálogo ha sido muy mal utilizado por el gobierno porque lo usó, en su oportunidad, para ganar tiempo.
Ahora las circunstancias han cambiado y ya no da para dilapidar el tiempo, porque el status quo no beneficia a nadie y esta táctica dilatoria perjudica aún más al gobierno, ya que las condiciones económicas del país no mejorarán, sino al contrario, empeorarán, lo que genera más rabia y la pérdida incremental de su impopularidad.
Es esencial que el régimen entienda que la negociación es la única solución viable para poder seguir, de alguna manera, en el panorama político nacional y que, de no hacerlo, las consecuencias serán muy graves.
Faltan apenas dos días para saber si se abre o no el camino hacia la paz y la reconciliación. Ojalá la ceguera ideólogica no lo siga cerrando.