¡Se acabó el rentismo petrolero!
Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo.
Arturo Uslar Pietri
Ciertamente los venezolanos somos unos ingratos: en la IV República éramos felices y no lo sabíamos, ahora en la Bolivariana República somos inmensamente felices y tampoco queremos reconocerle los méritos a este gobierno de comiquita que, sin embargo, no deja de sorprendernos: ¡Ya sembró el petróleo!
Con la inconstitucional, ilegitima, artera y amañada aprobación del Presupuesto Nacional para el 2017, los altos personeros de la gloriosa, ineficiente y hablachenta alianza cívico – militar que nos sojuzga, anunciaron con bombos y platillos socialistas del siglo XXI que el Rentismo Petrolero es cosa del pasado, que se acabó pues. Cuentan que en la tumba de Uslar Pietri se escuchan sendas carcajadas, no saben – y no se atreven a exhumar el cadáver por ahora – si las mismas son de felicidad y regocijo, o de burla e incredulidad.
En todo caso, ya se tiene listo el decreto – ley que sentenciará el cierre definitivo de PDVSA. Los bachaqueros mayores ya están listos para realizar otros pingües negocios, están, desde ya, en tratos con CUBAPETROL y con PETROECUADOR – por supuesto no quieren nada con ECOPETROL – para venderles a precios solidarios revolucionarios – y la bolivariana comisión de por medio – torres de destilación, tanqueros, oleoductos, plantas eléctricas y de gas, gabarras, los edificios y los vehículos de la empresa, y todo lo que se pueda. Por otro lado, se asegura que el innúmero personal de la estatal está socialistamente protegido, puesto que en los negociados de los enchufados no se incluirán los clubes de PDVSA y sus filiales, a fin de que los camarados y camaradas del proceso tengan sitio para su solaz y esparcimiento, y puedan jugar – sin capitalistas apuestas de por medio – truco, carga la burra, treinta y uno, menos póker, a placer. La Ministra para la Mujer Socialista y Feliz está diseñando un plan piloto para las ex trabajadoras petroleras que, para envidia del mundo, quedará registrado en los anales de la Enciclopedia Universal de la Felicidad.
Sin embargo, quien sí desborda de felicidad es el Camarada Mayor Euroasiático, el Premio Hugo Chávez de la Paz – en sincero y merecido reconocimiento a la paz que les otorga a sus enemigos en los abarrotados cementerios donde intervienen sus Fuerzas Armadas -, debido a que la venida a menos Rusia sustituirá a Venezuela en el suministro petrolero y, a la vez, le venderá petróleo y gas a cambio de las reservas de uranio y de coltán. Por el contrario, los que no están muy felices son los chulos amigos del ALBA y de PETROCARIBE, en especial los hermanitos cubiches, aunque ya todos han contactado al inepto e ineficiente designado para que en el decreto de eliminación de PDVSA incluya categóricamente la condonación definitiva de la deuda petrolera con la Venezuela regalona.
Así que, de un día para otro, el 1º de enero de 2017, Venezuela será otra, la Potencia soñada por el Comandante Eterno y ya no tendremos necesidad de seguir dependiendo del sucio petróleo y del cochino dólar americano; la renta interna será más que suficiente para satisfacer las crecientes necesidades de un país en pleno crecimiento y expansión. Los ingeniosos chapulines colorados bolivarianos ya cuentan con una inteligente y bien orquestada estrategia para dar y conservar su real y medio. Mensualmente se aumentarán los salarios y la tasa del ISLR, el IVA, los aranceles y demás tasas parafiscales; de esta forma el gobierno recupera pronta y limpiamente lo que otorga de aumento de sueldos. ¡No contaban con la astucia revolucionaria!
HARINA DEL MISMO COSTAL: desde Salamanca envío mis parabienes a dos viejos y buenos amigos. A Asdrúbal Baptista, quien ya no tendrá que seguirle la pista a este fenómeno económico del pasado, y podrá con toda justicia dedicarse por entero a leer y glosar a su admirado Shakespeare, y a José Ignacio Moreno León, quien seguramente regresará al SENIAT para hacer lo que más le gusta: cobrarle impuestos a los demás; esta vez querido amigo ¡No cuentes conmigo!
