Laurent-Desiré Kabila
Laurent-Desiré Kabila, Presidente de la República Democrática del Congo y quien fuera líder de la guerrilla Alianza de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo-Zaire (ADFL), fue asesinado el pasado martes 17 de enero.
Kabila nació en la provincia de Katanga en 1941. Estudió Filosofía Política en Francia y a su regreso, al entonces Congo Belga, se declaró marxista y pasó a ser miembro de la Asamblea del Norte de Katanga, organización dirigida por Patrice Lumumba y Pierre Mulele. Su objetivo era el de instaurar un gobierno revolucionario, nacional y popular.
Era al comienzo de 1960, fecha en la que el Congo luchaba por su independencia de Bélgica, que finalmente logró el 30 de junio de ese año. Tras la independencia se sucedieron varias sublevaciones en la región de Katanga, entre los partidarios de la secesión de la región y los de la centralización, como Lumumba, quien ya era primer ministro y de Kabila, defensor de éste.
El conflicto permitió la intervención de la ONU y la destitución de Lumumba, calificado de comunista. Fue sustituido por el coronel Mobutu Sese Seko y asesinado por las tropas de éste, en 1961. A partir de entonces, Kabila se alzó contra las autoridades zaireñas.
En 1964 se inicia la rebelión de los Simba, al sur del país, el mismo lugar donde recibió al «Che» Guevara, quien viajó al Congo en 1965 para prestarle ayuda. La idea del Che era utilizar la zona liberada bajo control de Kabila como epicentro de una revolución continental. Sin embargo, las divisiones internas de ese movimiento llevaron al Che a abandonar la guerra del Congo y la revolución fue aplastada por el ejército zaireño.
En 1967, Kabila fundó un nuevo grupo rebelde, el Partido Revolucionario Popular (PRP) que tenía su brazo armado, las Fuerzas Armadas Populares, (PRP). Durante 18 años hicieron una guerra de guerrillas en un territorio reducido.
En 1977, las tropas de Mobutu obligaron a Kabila a exiliarse durante casi 20 años, primero en Tanzania y posteriormente en otros países africanos. Kabila recibió en ese período entrenamiento en el bloque soviético y pasó mucho tiempo en Tanzania, donde conoció a Julius Nyerere, presidente tanzano que aplicó un sistema político socialista en Africa.
En octubre de 1996 Kabila creó la Alianza de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo-Zaire (AFDLCZ) contra el régimen de Mobutu. De este modo, alcanzó la toma del poder. El 17 de mayo de 1997, Zaire cambiaba de nombre, adoptando el de República Democrática del Congo.
Kabila utilizó, junto a la rebelión armada, otras estrategias para conseguir su objetivo: contratos con las multinacionales norteamericanas y surafricanas para financiar la guerra; el apoyo de los países vecinos para acabar con su desestabilización por el régimen mobutista; la cohesión en el seno de la AFDL en torno al antimobutismo; el estimulo al pueblo desesperado por la larga dictadura de Mobutu y la unión de la clase política congoleña ante el debilitamiento del régimen.
Al instalarse en el poder, asume posturas claramente nacionalistas a favor del pueblo. Muchas de las cuales se postularon en la época de Lumumba: revisión de los contratos firmados con las transnacionales para adecuarlos con los intereses nacionales; cambio en la política internacional y acercamiento a los gobiernos de Libia, China y Cuba; moralización de la vida pública con el inicio de la rehabilitación del Estado de Derecho.
No obstante, su plan de gobierno condujo al aislamiento político, económico y diplomático del que se aprovecharon los decepcionados de sus filas y sus aliados regionales, para intentar acabar con su poder y sustituirle por otro, mucho más dócil, que le sirviera a los intereses de la globalización. «A Kabila se le puede reprochar de todo, salvo el ser una marioneta de Occidente» han dicho sus adversarios.
Su muerte fue producto de una conspiración. Con seis ejércitos africanos en su territorio, las propias Fuerzas Armadas congolesas y un conjunto de grupos guerrilleros nacionales y extranjeros, son muchos los sospechosos. No obstante, lo que no queda duda es que detrás de su asesinato está la mano de los intereses geopolíticos que dominan al mundo de hoy.
