El valor del perdón
Está bien el perdón, así como lo está perdonar. Las grandes religiones monoteístas tienen posiciones muy claras sobre el perdón: en el judaísmo una de sus principales celebraciones es la del día del perdón, el Yom Kippur; el cristianismo sigue muy de cerca el concepto del perdón judío; se pide y se otorga a través de la oración ”Yo, pecador me confieso a Dios…” y del sacramento de la confesión. En el Islam, a quien se convierta Dios le perdona todos sus pecados.
A quien pida perdón, a quien reconozca su culpa, es justo que se le perdone, pero no basta con haber pedido perdón para que el acto de perdonar quien pida el perdón el supuesto arrepentido no queda liberado moralmente si no cumple con propósito de enmienda. Si alguien comete un acto inmoral y es perdonado por haber admitido su culpa, el perdón que se le conceda deja de tener vigencia si el arrepentido sigue cometiendo el acto o los actos objeto de su arrepentimiento.
El perdón puede ser moral o legal. Sobre el perdón legal no vamos a tratar en este artículo porque, en cuanto al mismo, hay posiciones muy diversas entre los penalistas. Nos limitamos a referirnos al perdón moral. Así, cuando un esposo le confiesa su infidelidad a su esposa y ésta lo perdona, estamos ante un perdón moral. Si ese esposo sigue cometiendo actos de infidelidad y le pide perdón a su esposa, lo más seguro es que ella no lo perdone más.
Es indudable que quien pida perdón tiene que manifestar su propósito de enmienda, el compromiso de no seguir cometiendo los actos por los que se supone que se arrepintió y pide perdón.
Estas expresiones sobre el valor del perdón nos hacen pensar en el caso de Donald Trump. En un video que han visto millones de personas se observa como Trump denigra contra las mujeres de la manera mas inescrupulosa y vulgar. Por las consecuencias de ese video, que Trump no ha desconocido, el candidato republicano pide perdón pura y simplemente (“I apologize…”). Pero no se observa un verdadero arrepentimiento ni un propósito de enmienda por parte suya. Lo que es más, ha seguido despreciando e insultando a las mujeres durante los muchos años después de la grabación de ese video. Muchos altos dirigentes del partido Republicano no lo han perdonado e incluso llegan a pedirle que renuncie a su candidatura.