Casi todos queremos salir del infierno
Quien entra a este lugar jamás puede salir de él, afirma Dante, en un aviso que dispuso a la entrada del Infierno. No es ésta una traducción al pie de la letra pero sí su significado, su sentido verdaderos. Sin entrar en detalles piense, caro lector, que Dante creó el infierno más completo que todos los “tratados” literarios, míticos, creencias, doctrina religiosas, culturas … donde el castigo absoluto, la condena perpetua, ahora según mi propia visión, alcanza al menos dos dimensiones, una, padecer un sufrimiento cada vez más intenso donde ni el masoquista más extremo, más sádico consigo mismo, puede encontrar placer ni un solo instante, ni un instante ser feliz, y, la otra, la ausencia absoluta de Dios, que sería el castigo máximo creado por dios mismo. Y estar lejos de dios es el más severo, cruel, “dantesco “de todos los castigos. Ningún placer se vive pero se vive sufriendo por tener alguno, ad aeternum y ad infinitum y, como se sabe, el placer es lo máximo que el hombre y dios también, desean y pueden alcanzar. No ver a dios es no ver y no vivir el amor, su justicia, la ética, y la belleza. No saber de sí mismo. Ver a Dios, es el clímax de la felicidad y en espacio único, El Paraíso. El infierno es su antípoda, allí vive y ejerce el odio, al infamia, la calumnia, la envidia, el estupro, el adulterio cotidianos y todos los mas abominables crímenes que el poder genera, ejecuta, bien para mantenerse en él o para alcanzarlo y así, solo que en el infierno se desean, se anhelan, pero no se alcanzan ni provocan efectos en el otro, solo aumenta en sí mismo el dolor que cada vez duele cada vez más.
Y por esos pecados capitales y otros más indescriptibles, como la abjuración a principios, la corrupción, peculado, abuso de poder, el narcotráfico, crímenes contra la naturaleza, genocidios, ejercidas como virtudes v cualidades por los amos del poder político, económico, religioso, comunicacional, de información, etc. aquí en la tierra, Dios, pues, en suprema y absoluta justicia los mete en ese lugar con escándalos inmensos, fuego incesante in crescendo, mucho más allá del calor que produce el sol los condenados padecen, sufren y, el colmo, sin posibilidad de resurrección, el más sublime de todos los premios que puede dar Dios para los seres buenos. Pues bien, además de la nutrida lista de La Divina Comedia, están, que yo sepa y estoy seguro, Hitler, Pinochet, Videla, Idi Amín, Stalin, Pol-Pot, Stroessner, Chávez, Caldera y hay plazas en espera, para Maduro, Aristóbulo, Rangel. Cualquiera dirá que deformo y vulgarizo la magna opera de Dante, pero no, el infierno tiene sus puertas abiertas y si Dante hubiese conocido a estos y a otros más de la misma clase y especie, habría tomado algunas previsiones y prevenciones para su seguridad e, incluso, quizá habría guardado silencio, corriendo el riesgo de que siendo como es el silencio el colchón más eficaz para la perversión, el crimen, la infidelidad, y el más aberrado de todos los crímenes, injusticias, tal cual es el asesinato a la verdad. Pero, siempre queda la posibilidad de que Dante fuese guiado además de Virgilio por Borges y León de Greiff, y de ese modo su trayecto al Paraíso habrá sido más completo en su viaje para alcanzar a Beatriz.
Y quien es este? Ah! Por mí no se preocupe. Yo se que he pecado, pero por ser lo que soy y como soy, jamás he tenido ni un miligramo de poder, ni haber cubierto los pecados capitales, ni violado todos los mandamientos ni en deseos ni obras, creo que la misericordia de Dios quizá me ubicaría en el Purgatorio, porque yo también he incurrido en delitos severos. Una vez me robé un diablito. Costaban tres reales. Fracasé, me descubrieron y me lo quitaron. Escribí mi experiencia en un muy largo trabajo en un periódico del Zulia, Crítica. Una página, creo recordar. Pero ese habría sido el camino, porque por algo se empieza de haber guardado silencio, contrariamente al chavismo que inició su proeza con dos billones quinientos ochenta mil millones de dólares y nadie sabe dónde están. Mi segundo pecado en esa dirección, fue, se cuenta como una leyenda, haber estafado a una familia a quien quité, como un prestidigitador, su riqueza adquirida por indemnización del daño a sus bienes, hábitat, cultura, causado por alguna invasión petrolera. Este fue mi segundo fracaso, el primero no descubrí del robo su éxito, y este, la estafa, no supe qué hice con lo mal habido. Le he preguntado a expertos si sería mi parte ontogénica chavista, que según la sentencia de Mariembad Beluegheilig padecemos los venezolanos. No! Mi Chávez es de mi madre, y ella me habría cortado las manos y las habría echado al Guaire. Las razones como ve son obvias: es el rio donde navegan las promesas de Chávez.
Bueno, me queda un pecado que quien sabe qué pensara dios de este asunto y si castiga con el infierno a los imbéciles e ingenuos, conducta que me llevó a apoyar a Rodrigo Cabezas en el Movimiento Lago, donde buscábamos la descentralización de los poderes, todos. La salvación del Lago. La profundización de la democracia. El desarrollo científico técnico de la región y sus desarrollos artísticos, su autonomía económica, financiera…etc. Confieso mi miedo, pero siempre me queda la esperanza de encontrar en la puerta del cielo a algún pedro que como el primero negó a Cristo me esconda ese dato del curriculum u otro que premie haber servido de idiota útil a Rodrigo; me conforta la “lógica” y me consuelo partiendo del supuesto de que no estaría tan solo, me acompañarían muchos, como Rolando Benítez, Armando Aniyar, Gustavo Pineda, mi familia consanguínea y la por afinidad, toda buena. La condena sería, además de lo clásico del infierno, compartir la misma paila con el propio Rodrigo y su cohorte de corsarios, testaferros…en fin, quede a dios el trabajo de perdonarme dado mi sincero arrepentimiento y de haber soportado castigo de escuchar de muchos…”pero si tú también acompañaste a Rodrigo” para, de ese modo, justificar a su delincuente favorito.
Llegados aquí, todos los venezolanos estamos hoy en el infierno, solo que éste es más completo y más complejo en daños, castigos, torturas, flagelos, asesinatos, cadenas, y como se sabe creado por Chávez para erigirse Mesías, primero, Dios luego. Este infierno es más completo, más universal. Condenados estamos todos, justos, pecadores, pobres, ricos, a pasar hambre, a morirnos por indefensión, sed, escuchar los discursos de Maduro, los improperios de Diosdado, las imposturas de JV Rangel, la arrogancia de Padrino, la soberbia erudita de Aristóbulo, lo grotesco de un tal Carreño, la procacidad de las gorgonas del CSE, la negación absoluta de la verdad, a la ética del TSJ…y la voz del supremo, del eterno. En el infierno de dios no hay niños, ni vírgenes, ni nadie que haya sido bueno. No hay un solo justo ni Pecador alguno que se haya arrepentido de verdad y a tiempo. En el infierno de dios el único que vive el placer de estar allí es Satanás. Su mayor dicha es la destrucción de la verdad, su autoritarismo y su magistral capacidad para inducir el mal, comprar, negociar almas…Pero aquí, en este infierno, tenemos sus homólogos, que viven mejor que Satanás, condenado por siempre a ser el mal y hacerlo, los de aquí viven bien, disfrutan, no hacen cola, tienen millones en Andorra y en bancos el imperio. Protegidos por los PRAN (patriotas revolucionarios auténticos nacionalistas) cofrades de las FANB. Estos diablos difaman, calumnian, tienen corsarios, secuaces, testaferros, cómplices, y lo único que hacen muy bien: el terrorismo, la destrucción, la muerte y el sadismo.
De este infierno sí podemos salir. El camino la paz y no la guerra. La razón y no la desesperación. El pensamiento reflexivo y no el natural instinto. La persuasión y no la imposición. Hacer uno lo que aspira que haga el otro. No culpar al otro de nuestra indecisión. La lucha y no la crítica viendo televisión. La ética en la calle y no la complicidad de la habitación. Las observaciones necesarias a la MUD y no su descalificación. La solidaridad práctica y no la práctica del criticón. Hacer y no mandar a hacer. Asumir el riesgo por la libertad y no la comodidad cómplice del charlatán. Dialogar con el chavista y no la imprecación. Escuchar y no descalificar. Asumir quedarse por amor al país, la familia, la libertad y no huir para justificar su debilidad. Saber que somos muchos pero acercarnos para ser muchos más. Del mazo de Diosdado a la mano abierta de la paz.