Cuando el diagnóstico temprano hace la diferencia entre la rigidez y la movilidad
En su fase temprana, no es detectable en las radiografías, aunque sí presenta manifestaciones como el dolor lumbar crónico con más de tres meses de duración. A medida que progresa, la enfermedad deteriora las articulaciones de la columna vertebral, provocando rigidez y un intenso dolor. El diagnóstico temprano es vital para evitar que el paciente pierda la movilidad y llegue a un estado de discapacidad.
La especialista en reumatología Yvonne Rengel, informó que la tasa de progresión de una Espondiloartritis Axial no Radiográfica es del 12% en un tiempo de dos años. La lumbalgia y rigidez causadas por la enfermedad son peores en la noche, en la mañana o cuando no se está activo. El dolor puede comenzar en las articulaciones sacroilíacas (entre la pelvis y la columna).
Con el tiempo, el deterioro articular puede comprometer toda o gran parte de la columna, en especial la zona inferior, que se vuelve menos flexible. Con el tiempo, se puede adaptar una posición jorobada hacia adelante.
Complicaciones:
-La mayoría de las personas pueden mantenerse activas a menos que sufran mucho daño en la cadera.
-Hinchazón y dolor en las articulaciones de los hombros, las rodillas y los tobillos.
-Hinchazón y enrojecimiento del ojo.
-La fatiga también es un síntoma común.
El tratamiento oportuno puede reducir significativamente la posibilidad de daño permanente, disminuyendo las limitaciones y elevando la calidad de vida del paciente.
Para abordar todos los aspectos de la enfermedad se requiere terapia farmacológica y rehabilitación para mantener la postura correcta de la columna, conservar los rangos de movimientos y mejorar la capacidad física.
Con información de Nota de Prensa.