Nuestro Norte ya no es el Sur
No es la primera vez que el Gobierno “Bolivariano” pierde su rumbo. Así fue con sus arengas de “Socialismo o Muerte” para sustituirlo por el de “Socialismo y Vida” cuando el líder eterno se enfermó; o pretender disfrazar su dialéctica de confrontación para pregonar un supuesto Gobierno apegado al “amor y paz” a la usanza del concepto de George Orwell en su célebre obra 1984; o cambiar los usos horarios, la bandera, el escudo, el rostro de Bolívar, y tantos otros desequilibrios que se han sucedido en 17 años de contradicciones y mentiras.
Uno de los lemas más usados fue el de “Nuestro Norte es el Sur” queriendo significar que la fortaleza de Venezuela era tan grande, que ni siquiera los puntos cardinales tenían vigencia en nuestro país. Lo más grave es que abandonamos a nuestros aliados Bolivarianos de la CAN países con modalidades históricas, económicas y políticas similares (Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú) por aliados ideológicos del Foro de Sao Paulo conducidos por Lula, Dilma, los Kirschner, Lugo y Mujica, sin medir si esta alianza favorecía o perjudicaba los intereses del Estado. Claro que ello no interesaba a quienes conducían nuestra política exterior, porque el objetivo no era económico sino ideológico, al tratar de convertir a MERCOSUR en una especia de ALBA para enfrentar a los enemigos del Norte. Y por ello, se repetía con insistencia que “Nuestro Norte es el Sur”.
Pero como los vientos de la Democracia volvieron a soplar en los Estados del Sur con el Presidente Temer en Brasil; con el Presidentes Cartes en Paraguay, con el Presidente Macri en Argentina, y hasta el mismo Presidente Tabare en Uruguay; la sub-región volvió a los orígenes de lo que los cuatro socios fundadores habían marcado como un modelo de integración basado en el MERCADO COMUN DEL SUR, en los que las palabras “mercado”, libre comercio, relaciones comerciales, negocios, inversiones, no eran un pecado “capitalista”. Pero adicionalmente, retornaron a defender los principios adoptados por los Tratados para insistir en la vigencia de los Derechos Humanos del Tratado de Asunción o la clausula democrática exigida en el Protocolo de Ushuaia.
A ello hay que sumarle la torpeza de la Cancillería Venezolana, al asumir unilateralmente la Presidencia Pro Tempore de MERCOSUR violando la regla del consenso, e insultar a todos: al Jefe de Estado de Brasil lo llamo Golpista y “congelo” (figura que no existe) relaciones diplomáticas con el gigante del Sur; o llamando Narcotraficante al Presidente del Paraguay, o fascista al Presidente Macri. Igualmente, en vez de tratar de usar las vías diplomáticas, embistió contra todos a la vez, al afirmar que se trataba de la Triple Alianza de la Derecha contra Venezuela, y tantos otros insultos. La respuesta no pudo ser distinta, ya que expresamente los países miembros se negaron en dar el apoyo a la Presidencia Pro Tempore de una “diplomacia de carrito chocón” y le dio plazo hasta el 1 de Diciembre para cumplir con la ratificación de los Tratados a los que se comprometió Venezuela, y en especial, el de los Derechos Humanos y el de Democracia. Hemos perdido no solo el Sur, sino también el Norte, y ahora estamos a la deriva, perdidos sin saber dónde ir con actuaciones erráticas y desordenadas, creyendo que somos el “centro del Mundo”.