Pinochet: ¿justicia o venganza?
El general Augusto Pinochet fue detenido en Inglaterra durante más de un año por petición de un juez español que lo acusó de violar los derechos humanos de varios españoles en Chile. Hace poco Pinochet fue liberado por las autoridades inglesas por motivos de salud y recibido en su país como un héroe nacional por el ejército y numerosos grupos de chilenos. Ante esos hechos hay que dejar claro lo siguiente:
*Pinochet dio un golpe de estado a un gobierno que, aunque llegó al poder democráticamente, fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema chilena y sumió a Chile en un proceso inflacionario, de racionamiento, corrupción y devaluación nunca antes visto en la historia de ese país. En ese entonces, la mayoría de los chilenos vieron como una salvación que el ejército tomara el gobierno ante las políticas populistas inconstitucionales y anárquicas del gobierno de Allende.
*A los 7 años de estar en el poder, Pinochet lanzó un plebiscito para legitimar su gobierno, que ganó con cerca del doble del porcentaje con que Allende llegó a la presidencia.
*Aunque es condenable la violación a los derechos humanos de muchos chilenos durante el gobierno de Pinochet, la mayor parte de los detenidos y desaparecidos fueron ultras que se enfrentaron al nuevo régimen mediante guerrillas y terrorismo. Los españoles desaparecidos en Chile no eran ciudadanos pacíficos, sino en su mayoría activistas violentos de izquierda.
*El juez que acusó a Pinochet en España, Baltazar Garzón, es defensor de los asesinos y terroristas del ETA. Buscó llamar a juicio a Felipe González por haberlos «reprimido» cuando fue presidente. El gobierno español vio con buenos ojos la liberación de Pinochet, pues sabía que varios de los promotores de su detención eran simpatizantes del grupo terrorista ETA. Margaret Thatcher, ex primera ministra de Inglaterra, dijo que las acusaciones de Pinochet eran una venganza política de radicales.
*La mayoría de los grupos de derechos humanos que acusaron a Pinochet son de filiación izquierdista, muchos de ellos son los mismos que desde Bélgica y Francia apoyaron a la guerrilla del EZLN y acusaron al gobierno mexicano de violar los derechos humanos de los guerrilleros en Chiapas. Esos mismos grupos que se rasgan las vestiduras contra Pinochet, al igual que el juez Garzón, callan y aplauden las políticas dictatoriales de Fidel Castro, quien ha estado en el poder más del doble de tiempo que Pinochet y ha violado con mayor frecuencia y claridad los derechos humanos de su pueblo.
Si bien es importante que todo gobernante que viole los derechos humanos sea perseguido y juzgado en cualquier parte del mundo, sin excepciones tipo Castro, el caso de Pinochet huele más a protagonismo y venganza de los grupos de izquierda que a una verdadera búsqueda de respeto a los derechos humanos.
Director del Centro de Investigaciones sobre la Libre Empresa
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