Las palabras de Felipe
En la reciente visita que el ex presidente español Felipe González hiciera a
Venezuela, pronunció unas palabras que son motivo de reflexión para los
venezolanos. Suscribiendo sus palabras, haré breves comentarios deshilando y
conectando con episodios de nuestra reciente Historia Contemporánea.
«La democracia no es una póliza que salvaguarde a las naciones de sufrir
administraciones que generen daños y perjuicios «.Acertadas palabras que
jamás se escucharon en la Venezuela post-Pérez Jiménez. Entonces, el país
feliz de gozar de un sistema democrático que permitiría vivir bajo un manto
de libertades y convencidos de que era el mejor método de gobierno para un
país en pleno siglo XX, sufrió daños terribles que los gobernantes como
máxima autoridad generaron en algunos casos. Así, González lamentó que «los
ciudadanos de América Latina achaquen la responsabilidad de sus males al
régimen democrático, cuando la culpa la tienen los malos gobiernos de la
región».
«Cuando un líder político en cualquier nivel emplea un lenguaje fuerte, la
interpretación en la base social ya no es un discurso fuerte sino una acción
fuerte». Eso ha ocasionado que en casi todos los países latinoamericanos los
mismos ciudadanos promoviesen un cambio de sistema de gobierno cuyo
resultado fue el establecimiento de férreas dictaduras que llevaron a sus
pueblos a hundirse en la pobreza y la polarización social, lo que trajo como
resultado terribles guerras fraticidas con el costo de miles de vidas y
millones de dólares cuyo destino debió ser utilizado en el desarrollo de
esas naciones. En su lugar, surgió un totalitarismo del que después no
sería fácil zafarse. Es el caso de Cuba, Haití, República Dominicana,
Centroamérica, Bolivia, Argentina, Perú, Chile, y ojalá no llegue a
incluirse Venezuela.
«El mundo cambia y América Latina espera que seamos capaces de hacer
infraestructura y carreteras, llevar agua potable, utilizar energía
renovable y desarrollar el capital humano del subcontinente». No es posible
que en un país como el nuestro que goza y ha gozado de inmensos ingresos
producto del petróleo, aún existan zonas donde no haya posibilidad de
trasladarse más que a lomo de bestia, no haya electricidad, escuelas y un
centro hospitalario para cubrir las necesidades mínimas de la población. Esa
misma población enamorada por propuestas de campaña presidencial olvidadas
una vez en el poder.
Hay países en el mundo que no tienen la mitad de nuestros recursos, y su
nivel de vida es altísimo porque la mayor inversión se ha hecho en la
educación de su gente, es decir, en su capital humano. Hoy se encuentran
ubicados entre los países más desarrollados del mundo. Casos como Japón,
Australia y la mayoría de Europa.
Dijo también: «Tenemos que reinventar nuestra posición como dirigentes
políticos frente a los nuevos desafíos (…)
Necesitamos combinar lo público y lo privado en una nueva política» Así, en
lugar de globalizar la pobreza, debería globalizarse el beneficio económico
de las naciones y sus nacionales para lograr el desarrollo. Tal es el caso
de China hoy. Y lo digo con toda certeza porque estuve allí recientemente y
pude comprobar que el país que ha sido ‘ejemplo de comunismo’, se ha abierto
al diálogo y a la inversión de compañías trasnacionales produciéndose un
enorme beneficio que la enrumban como la potencia mundial del nuevo siglo».
«Lo que garantiza la democracia es que cuando no nos gusta el gobierno, lo
cambiamos, y esa es la gran diferencia con la dictadura». Está claro.
Como las palabras de Felipe.