Opinión Internacional

Ni el ALCA ni el ALBA son esquemas de integración

(%=Image(2390934,»L»)%) El concepto de integración va mucho más allá de una Zona de Libre Comercio o de unos acuerdos de cooperación; por esta razón, ni el ALCA ni el ALBA pueden ser consideradas como propuesta de integración.

Nuestra afirmación no tiene el propósito de entrar en el debate político o
ideológico; sino aclarar hasta donde llega cada propuesta, para lo cual nos
referimos a que es un proceso de integración, como son sus estructuras,
componentes y características, dentro del marco constitucional y jurídico
Primero hay que remontarse a los orígenes del ALCA a la Cumbre de las
Américas en 1994, cuando se firmó el «Pacto para el Desarrollo y la
Prosperidad: Democracia, Libre Comercio y Desarrollo Sostenible de las
Américas».

La propuesta

El Área de Libre Comercio de las Américas al inicio se propuso su adopción
para el 2005 (circunstancia que se ha visto impedida, dada la complejidad
que la adopción de un esquema como el ALCA representa para países con
notable diferencia en los niveles de desarrollo y cuyos senderos políticos
han variado notablemente en los últimos tiempos); y contó con el
consentimiento de los (34) países democráticos de la región ( en la
actualidad de acuerdo a los resultados de la Cumbre de Mar de Plata, cuenta
con el respaldo de 33 de ellos, pero con los 4 del MERCOSUR a la espera de
mejores condiciones.

El ALCA propone: promover la prosperidad a través de la creciente
integración económica y el libre comercio; establecer un Area de Libre
Comercio con la eliminación progresiva de las barreras al comercio de bienes
– servicios y la Inversión; facilitar la Integración de las economías más
pequeñas y procurar que las políticas ambientales y de liberación comercial
se apoyen mutuamente. Como se observa, en ninguno momento, sus objetivos
plantean la creación de un esquema de integración; sino servir de promotores
o facilitadores de la integración.

La razón se encuentra en que los esquemas de integración parten del libre
comercio, el cual es una forma probada de crear bienestar, prosperidad y
desarrollo (Chile, México). Las ZLC pueden existir sin pertenecer a un
esquema de integración como es el (G3); en cambio todo esquema de
integración contempla dentro de su estructura una ZLC. Ahora bien, todos los
esquemas de integración conocidos van más allá del libre transito de los
bienes y servicios. En cambio, cuando se habla de integración, se plantea la
profundización de las relaciones mediante la negociación de un arancel
externo común; la circulación de los factores de producción, la armonización
de las políticas macroeconómicas, la aceptación de una moneda única o más
aún, la adopción de una constitución y la creación de unas instancias
supranacionales, lo cual significa un redimensionamiento del concepto de
soberanía, como es el caso de la U.E

Ni el ALCA ni el ALBA se plantean tales metas a corto ni a largo plazo. En
el caso del ALCA sus propósitos se dirigen a facilitar el Acceso a Mercados,
liberalizar la Agricultura, abrir las Compras del Sector Publico, dar paso a
la Inversión Extranjera, fomentar la Política de Competencia, Derechos de
Propiedad Intelectual, Servicios, Solución de Controversias, eliminar los
Subsidios, y las medidas Antidumping y Derechos Compensatorios, apoyar las
Economías Pequeñas, impulsar la participación de la Sociedad Civil. Luego
podemos observar que el ALCA no profundiza en la integración; se queda en
una ZLC sin hacer consideraciones a instancias comunitarias ni a órganos
supranacionales.

Por su parte la Alternativa Bolivariana para la América Latina y el Caribe
(ALBA), además de no contemplar algún órgano comunitario o considerar la
supranacionalidad, es una respuesta política, con un alto contenido
ideológico y sin una estructura teórica que permita ubicarla dentro de los
esquemas de integración conocidos y validos.

Si se revisan los documentos del ALBA se encuentra que sus principios se
fundamenta en los vínculos históricos, culturales y políticos que unen a
Latinoamérica, es decir se presenta como un nuevo esquema «integrador» que
apunta más hacia la integración humanística, social, cultural, científica,
tecnológica y física, pero sin decir «EL COMO».

Así como el ALCA se puede decir que es un esquema de libre comercio, el ALBA
es una alianza estratégica de tipo político, a través de acuerdos
comerciales en condiciones especiales y de cooperación energética, en una
sola vía como son los acuerdos con Cuba y de Caracas

Para concluir, el artículo 153 de la Constitución Bolivariana despeja
cualquier duda en cuanto a si el ALCA o el ALBA pudieran ser considerados
como esquemas de integración. En primer lugar a la luz de los procesos de
integración, el concepto de soberanía es mucho más amplio en su
interpretación a fin de profundizar en la institucionalidad y dar paso a los
órganos comunitarios; y ninguna de estas propuestas hacen mención ni a la
creación de órganos comunitarios ni a la supranacionalidad, como es el caso
de la U.E o de la CAN que cuenta con una Comisión que tiene como función
crear la norma comunitaria, un Parlamento y un Tribunal para la Solución de
Controversias. El mismo articulo establece también que las normas que se
adopten en el marco de los acuerdos de integración serán consideradas parte
integrante del ordenamiento legal vigente y de aplicación directa y
preferente a la legislación interna. Hasta ahora, ni en el ALCA ni en el
ALBA plantean que sus disposiciones tengan carácter preferente en la
legislación interna de cada país. En el caso del ALCA sabemos bien, que el
Acuerdo está siendo negociado desde 1994; en cambio en el ALBA hemos visto
groseras imposiciones hacia otros países para el cumplimento de los acuerdos
petroleros

El ALCA ofrece un proyecto de acuerdo estructurado sobre el cual los Estados
pueden negociar sus posiciones, apreciar con mayor precisión el rumbo de las
negociaciones y emitir sus opiniones en aras de negociar su firma. En
cambio, del ALBA sólo se conoce el texto del convenio suscrito con Cuba; y
no ésta claro si es un acuerdo de bilateral o multilateral y si son
negociables sus condiciones para su firma o adhesión. Finalmente, aunque el
ALCA se limita a plantear una zona de libre comercio de última generación;
el ALBA tan sólo plantea acuerdos de cooperación a costa de nuestros
recursos a cambio de alianzas políticas al estilo medieval.

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