Pero sigo siendo el Rey
Si un grupo de personas que detesta a Bush, decide hacer una cumbre para desafiar una cumbre, bienvenidos sean, sobre todo, si tienen algún aporte con el cual contribuir para el desarrollo, la democracia y la justicia social del continente.
Sin embargo, la Cumbre de los Pueblos, tuvo más contradicciones que la de los presidentes reunidos en Mar de Plata – qué es mucho decir – como por ejemplo la agresividad de sus organizadores, algo extraño para quienes se jactan de ser “pacifistas” que protestan contra el belicoso mandatario norteamericano. Los temores de un taxista argentino cuando expresó – “No queremos a Bush, pero tampoco que nos rompan vidrieras – lamentablemente, se (des)cristalizaron.
Era de esperar el vandalismo que ocurrió cuando los personajes que inspiraron a quienes critican al militarismo estadounidense son el ex golpista Chávez, enfrascado en una carrera armamentista en su país, el experto en violencia callejera Evo Morales, y el dictador más longevo de la tierra, Fidel Castro, a quien por alguna razón mitológica, algunos aun lo idolatran como emblema de la lucha por Derechos Humanos que viola cual ex general Viola.
El protagonismo de Maradona sería sólo una anécdota si no fuera porque el talentoso futbolista vive un american way of life disfrutando de una exitosa vida como gran capitalista de la farándula y de empresario de un club de fútbol. Pero el colmo es lo dicho por el académico cubano Fernando Matínez Heredia, ex director de la revista Pensamiento Crítico, quien sin idem lo alabó contrastándolo con Pelé, a quien acusó de dejarse “manipular por la dictadura brasileña”.
¿Y la relación de Maradona con Fidel es un canto a la democracia? No importa Bush, pero ¡meterse con Pelé! Por favor, ¡Toda ideología, hasta la más patológica, tiene un límite!