La experiencia alemana
Alemania es una potencia mundial que ha invertido muchísimo esfuerzo e ingentes cantidades de dinero en perseguir y lograr la integración de una nación que fue dividida después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), producto de la acción de un demente desaforado, Adolph Hittler, quien llegó al gobierno a través de elecciones libres en 1933 y condujo al pueblo alemán a la barbarie de la guerra y a su deplorable división, que requirió de varias generaciones para su restitución.
Sería absolutamente pretencioso de nuestra parte que intentásemos condensar en tres mil trescientos caracteres lo que sucedió en doce años y que por demás, está analizado y desmenuzado por especialistas en libros que podrían constituir una sola biblioteca.
Pero si tenemos que resaltar que el dictador alemán tenía una visión de país que lamentablemente se repite, con pequeñas variaciones.
El domingo pasado, la población alemana ˆmás de ochenta y dos millones de personas-, integrada por la totalidad de quienes viven en su compacto territorio ˆmenos de medio millón de kilómetros cuadrados-, concurrieron a las urnas y votaron por la constitución del Parlamento, 77,7% de los electores concurrieron a las urnas y la coalición socialcristiana dirigida por Angela Merkel obtuvo 225 escaños mientras el partido social demócrata en el gobierno y dirigido por Gerhardt Schröder logró 222 parlamentarios.
Alemania, como consecuencia del desastre de la guerra, aprobó el 23 de mayo de 1949 una Constitución Provisional que es la que ha regido toda su reconstrucción durante más de once lustros. El 31 de agosto de 1990 se dio el paso de la integración de las dos regiones que la locura de la guerra había producido.
Desde 1949 son solo ocho los señores que han asumido la posición de Primeros Ministros del gobierno alemán: Konrad Adenauer (49-63), Ludwig Ehrard (63-66), Kart Georg Kiesinger (66-69), Willy Brandt (69-74), Helmut Schmidt (74-82), Helmut Köhl (82-98) y Gerhard Schröder (98?), han dirigido la política y el desarrollo continuado de esa gran nación. No podemos decir todavía, al momento de redactar estas líneas, si este relevante y fundamental cargo va a ser desempeñado por la señora Angela Merkel.
La Constitución Alemana consagra los derechos de la población y su inviolabilidad; la dignidad humana, el libre desenvolvimiento de la personalidad de los ciudadanos de todo el país ˆnacionales o no-, la libertad, la igualdad y la adhesión a los tratados internacionales relacionados con los derechos humanos y con las libertades fundamentales, no solo están consagrados de manera inequívoca sino que se responsabiliza a la Corte Constitucional Federal de su correcta interpretación y respeto.
Traemos esto a colación pues pensamos que Venezuela está sometida a un régimen que no solo es comparable al de Hittler, sino que las consecuencias devastadoras del sistema han acabado con las instituciones nacionales y el proceso de reconstrucción será arduo.
Quienes diferimos de los sistemas que se están aplicando desde hace siete años, tenemos la necesidad y la responsabilidad de identificar a quienes serán los arquitectos de la reconstrucción, pues sus obreros tenemos que ser todos.
Repasar la historia de quienes han sido sometidos a barbaries anteriores es una necesidad y un deber, especialmente de quienes aspiran a dirigirnos.