Luchar contra la corrupción
En días pasados Nicolás Maduro se refirió al tema de la corrupción. Hablo de ponerle mano duro a esta sin importar su origen .Textualmente afirmo como promesa de campaña que “Voy a perseguir la corrupción esté donde esté, voy a combatir la corrupción con mi vida misma si es necesario. Aquí no hay intocables”. Uno escucha esa frase de quien viene de ser funcionario de uno de los gobiernos mas corruptos de la historia de Venezuela y no deja de sorprenderse pero también de apostar por que sea cierta esa vocación contra el despilfarro y las corruptelas que tanto daño le hace a nuestro país.
Insistimos que esta lucha debe ser de carácter integral. Los gobiernos, el sector privado y los individuos son parte del engranaje de la corrupción. Existen tantos cruces como variables. La corrupción se mezcla entre gobiernos e individuos, sector privado y gobiernos y dentro de la propia empresa privada. Si bien tipificamos en la entrega anterior los actos de corrupción en su dimensión mas amplia, no podemos dejar de lado la corrupción pequeña, cotidiana, que se realiza a la luz del día , para unos no cuantificable, para otros parte de la viveza “criolla”, que puede ser Alemana, Francesa, Española o la venezolana. Se refiere a esos pequeños actos de corrupción por medio de la cual se logra una prebenda, como pagar menos impuestos, usar los recursos del estado o de la Empresa para uso personal. Es por ejemplo, cuando las facilidades del estado para ejercer un cargo publico se convierten en beneficio para la familia, cuando nombran amigos para cargos para los cuales no están calificados, familiares a cargos internacionales en detrimento de los profesionales y para usted de contar aquellas pequeñas cosas que nos hacen “vivos” ante la sociedad pero al final contribuyendo a corromper el sistema.
Cuando nuestros comerciantes contrabandean y no pagan impuestos. Cuando la economía informal no es sino una excusa para no pagar impuestos, no alquilar locales y darle condiciones de trabajo paupérrimas a los revendedores que se contratan, estamos también frente a ese karma de la subcultura de que todo se logra con viveza, corrompiendo o dejándonos corromper. Que de aquellos burócratas que por el solo hecho de estar de otro lado del escritorio ya con omnipotencia humillan a quienes esta supuestos a servir. Cobran por los servicios que deben brindar en nombre del estado. Retardan las entregas de documentos oficiales, esperan dadivas por otorgar lo que nos corresponde legalmente y pare usted de contar cuantas cosas no pasan en ese engranaje que se caracteriza por la falta de vocación educación y transparencia para servir. Entonces la corrupción es amplia, infinita y solo nuevos valores, educación y normas para sancionar a quienes abusan de los recursos del estado, de la empresa o de los individuos se podrá contribuir a detenerla.
Sin duda, no es un tema fácil. Es complejo, difícil de abordar y de combatir. Solo con ejemplo de los dirigentes, inculcar valores a los niños, adolescentes y un combate estructurado, integral y permanente dentro de la sociedad, la tragedia que significa este flagelo será reducido. Como hemos dicho la corrupción no afecta solo a los Estados y los gobiernos. La corrupción afecta es a lo pobres , a quienes se les quita el derecho de tener mas recursos, por unos pocos se benefician de cuantiosos dineros que se deberían de invertir en los que más necesitan, en infraestructura, en viviendas, salud etc.
Programas amplios que inculquen los valores de la anticorrupción, mecanismos que controlen nuestras burocracias, asignaturas obligatorias en nuestros liceos y universidades sobre este flagelo son además de instancias legislativas y judiciales probas son fundamentales. En la Venezuela que vivimos desde hace unas décadas la maldición de la corrupción nos arropa, nos debilita y nos quiebra en los cimientos mismos de nuestra nacionalidad, nuestra razón de ser como pueblo.