Cuando la democracia se vuelve circo
(%=Image(8022526,»L»)%)Buenos Aires (AIPE)- En la declaración final, los participantes del XII encuentro del Foro de Sao Paulo afirmaron «que la situación ha sufrido un vuelco positivo, y América Latina aparece como el continente con mayores posibilidades de cambios progresistas», recordando que quince años atrás no había gobiernos de izquierda, salvo en Cuba.
Al cóctel de la embajada de Estados Unidos celebrando el 4 de julio asistieron muchos altos funcionarios del gobierno argentino, aunque no el presidente, y fueron recibidos muy cordialmente por el embajador. Sin embargo, Argentina se está convirtiendo en refugio de terroristas de todo el mundo, como denunció recientemente Mary O’Grady en su columna del Wall Street Journal. No extraña pues que el artista Andrés Zerneri esté preparando la primera estatua del Che Guevara en Argentina, de unos 4 metros de alto.
Pero no se trata sólo de terroristas muertos o jubilados. Además de la conexión Paraguay, un juez brasileño denunció que los narcotraficantes locales son entrenados por las FARC colombianas que, con los secuestros obtienen 250 millones de dólares al año, el 25% de su presupuesto, mientras que la cocaína representa otro 45% de sus ingresos al producir 39% de la droga colombiana. Terrorismo, narcotráfico y corrupción van de la mano en todo el mundo. En los seis estados mexicanos de la frontera con EEUU, las bandas armadas “son la ley” lo que, según la DEA y las propias autoridades mexicanas, no ocurriría sin «protección» oficial.
El 70,2% de las personas pobres en Santiago de Chile considera que hay un alto nivel de corrupción en el gobierno socialista de Ricardo Lagos. Si esto ocurre en Chile, el país más transparente de América del Sur, imagínese cómo es el resto. Brasil parece una sobornocracia.
Pero la corrupción no es privativa de Latinoamérica. El FBI en Tennessee, sólo por nombrar un caso, determinó que cinco legisladores exigían 92.500 dólares para aprobar proyectos de ley. Volkswagen, el fabricante de autos más grande de Europa, que tiene al canciller Gerhard Schröder en su directorio supervisor y su mayor accionista es el Estado de la Baja Sajonia, está envuelta en sonados casos de corrupción.
Si en Latinoamérica hay tanta corrupción es porque su tamaño suele ser proporcional al tamaño del estado. Es irreal pensar que cuando los funcionarios tienen la capacidad de decidir vida y obra de los ciudadanos, estos no se sentirán tentados a sobornarlos para así poder desarrollar su vida o que los funcionarios nunca extenderán la mano.
Según el BID, la corrupción acarrea pérdidas cercanas al 10% del PIB latinoamericano. El Banco Mundial calcula que este flagelo puede reducir el crecimiento de un país entre 0,5 y 1% al año. Según el FMI, los flujos de capital en los países corruptos son casi 5% menores que en las naciones con bajos niveles de este delito. De acuerdo a Standard & Poor’s, la probabilidad de que los inversionistas pierdan su capital en cinco años varía entre 50% y 100%, dependiendo del grado de corrupción del país. Además, la falta de transparencia es una de las variables consideradas por las instituciones crediticias.
Otras aristas tragicómicas tiene la democracia argentina. La Fundación Pent denunció que existen «planillas de la felicidad», como se conoce entre los legisladores al listado de obras públicas oficialmente propuestas pero que, en realidad, no cuentan con asignación de recursos y, por tanto, nunca se ejecutarán, sino que sirven para conseguir votos en las próximas elecciones. En esas elecciones competirá la diputada y vedette Moria Casán. ¡No se ría, probablemente sea la más seria!
El presidente Kirchner quiere a su esposa para senadora y el ex presidente Duhalde a la suya. Nadie se quiere quedar sin parientes en el Congreso. «Nos quieren proscribir», sostuvo el presidente, porque la oposición recurrirá a la justicia para evitar que el Partido Justicialista, peleado a muerte, tenga dos candidatas para el mismo cargo. Pero la nota más cómica es la de Domingo Cavallo, el padre del «corralito», el mayor robo de propiedad privada de la historia argentina, quien se presentará para diputado como representante de la «derecha pro mercado».
(*): Analista político argentino.