Opinión Internacional

Ofensiva oligárquica y contraofensiva popular en América Latina: ¿Quién ganará?

1. The Empire strikes back – el Imperio avanza

La derrota venezolana en las Naciones Unidas; la negación de la venta
de aviones españoles a Caracas, antecedida por medidas semejantes de
Francia y Brasil; el golpe militar del 11 de octubre contra Evo
Morales que sólo fracasó por un factor aleatorio y, que reveló una
catastrófica falta de inteligencia estratégica de todos los Estados
progresistas de la región; los exitosos fraudes electorales en
Ecuador, Perú y otros países latinoamericanos y la falla de Lula de
ganar en primera vuelta la elección; la desaparición forzada de Julio
López en Argentina y la reaparición de la Operación Condor, con fuerte
ingrediente chileno, al igual que el militarismo golpista; la baja de
los precios de petróleo; la ausencia del estratega Fidel en las filas
emancipadoras; la falta de una real integración política-militar
estatal y de un desarrollismo reindustrializador regional; la
destrucción política de la Confederación de Nacionalidades Indígenas
(CONAIE) del Ecuador; el continuo antagonismo de la inteligencia en
Venezuela y Bolivia frente a los procesos de transformación; la
persistente hegemonía de los medios imperialistas de comunicación
masiva; la virtual inexistencia de vanguardias y teoría revolucionaria
en todo el continente; el acercamiento mercantil de Uruguay a
Washington; la creciente penetración militar estadounidense; el bajo
nivel teórico y de organización de los cuadros medios y de las masas,
todos estos indicadores explican en su conjunto, porque los gobiernos
desarrollistas hoy día luchan por su sobrevivencia y porqué son tan
débiles, que un solo magnicidio podría derrumbar todo el edificio
bolivariano hemisférico.

Más allá de los triunfalismos rampantes, la verdad es que el
proceso desarrollista de la Patria Grande camina hoy sobre el filo de
la navaja y que su signo es la fragilidad, no la solidez.

2. Golpes de Estado para destruir al desarrollismo

Mientras en Estados Unidos el Congreso sustituye la democracia
burguesa por el fascismo burgués (Ley de Comisiones Militares, LCM),
en su periferia criolla suplanta la raquítica democracia
tercermundista por regímenes de facto. Su medio de implementación es
el golpe de Estado.

Utiliza el golpe de Estado en dos formas: 1. de manera reactiva
contra gobiernos ya establecidos, como el coup d´etat de abril del
2002 contra Hugo Chávez en Venezuela, y el golpe de Estado del 11 de
octubre contra Evo Morales en Bolivia, en 2006; 2. en modo preventivo
como fraude electoral, avalado por las Fuerzas Armadas, las
plutocracias nacionales y el imperialismo de Washington y Bruselas.

3. La contraofensiva popular y estatal

Hugo Chávez, en su advertencia a los golpistas del 11 de Octubre,
en el sentido de que Venezuela no se iba a quedar «con los brazos
cruzados», lanzó la consigna correcta de la alianza estratégica entre
los movimientos sociales y los gobiernos desarrollistas, conciente de
que los pueblos y los gobiernos separados, serán vencidos una vez más
por las oligarquías e imperialismos.

«Llamo a los pueblos y gobiernos de América Latina a que nos
pongamos de pie, juntos, independientemente del enfoque que tengamos
en cada país, para defender la legitimidad de nuestros gobiernos y la
paz; y decirles a las fuerzas imperialistas y de cada país que
arremeten sin piedad utilizando terrorismo, desestabilización, que
nosotros no toleraremos más eso, en este continente».

4. Reunión fundacional entre Poder Popular y Poder Estatal

En el «Primer Encuentro de Pueblos y Estados por la Liberación de
la Patria Grande» (www.bloquerpp.org), en la ciudad boliviana que
lleva el nombre del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre,
del 27 al 29 de octubre, «nos pondremos de pie, juntos», para
constituir el Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) y su Proyecto
Histórico, como precondición para realizar la alianza estratégica
entre los movimientos sociales y los gobiernos latinoamericanistas.

Este objetivo central determina el espíritu del Encuentro y la
metodología de su trabajo. Dado que el Proyecto Histórico del BRPP
tiene tres ejes: 1. La integración latinoamericana (Bloque Regional de
Poder, BRP); 2. La unificación de todos los sectores que comparten
este objetivo, en un solo Sujeto político latinoamericano (Bloque
Regional de Poder Popular, BRPP); 3. La democracia participativa (el
Socialismo del Siglo XXI), todas las actividades de Sucre se
realizarán en torno a este objetivo.

5. El espíritu de Oliver Cromwell, George Washington y V. I. Lenin

Para tener éxito, Sucre no puede ser un evento testimonial-dispar,
como el Foro Social Mundial, con miles y miles de tópicos particulares
y el ambiente de una «Escuela de Verano» (Ramonet). Ante la amenaza
oligárquica-imperial de hundir a América Latina una vez más en su
sangrienta noche de terror, tampoco puede ser académico o
culturalista; ni sectorial-elitista como el Foro «En Defensa de la
Humanidad».

La tarea estratégica planteada por Hugo Chávez requerirá el
espíritu del Ejército Libertador de Bolívar, del «pequeño ejército
loco» de Sandino o de los libertadores del Granma: «Vencer o Morir».

O, dicho en la inolvidable frase del General San Martín: «Seamos
libres, lo demás no importa nada.»

Tendrá que ser un Encuentro fundacional-originario, es decir, sin
falsos compromisos con intereses, ideologías, estructuras y poderes
burgués-feudales o imperiales establecidos y con mentalidad
republicana. Quiere decir que no pretenderá entregar al final un
pliego petitorio a los Presidentes, con la mentalidad feudal de pedir
mercedes al soberano. Desde hace miles de años la «sociedad civil» ha
procedido de esta manera, sin éxito alguno. Y hoy lo hacen, desde el
Departamento de Estado de Condoleeza Rice hasta la OEA y todos las
ONG´s sistémicas que prosperan en ese caldo de cultivo de la
subordinación.

Conciencia republicana significa entender que el poder y la
legitimidad de los Presidentes emanan del pueblo. El poder popular, el
soberano, el constituyente, no tiene que pedir audiencia. Debe acordar
en una relación entre iguales, la alianza estratégica entre gobiernos
progresistas y el BRPP: con realismo, mesura y clara conciencia de los
tres ejes de la alianza.

Sucre debe ser el momento fundacional del único poder que puede
derrotar al binomio de oligarquías-imperialismo: la alianza entre
Pueblos y Estados progresistas.

Para América Latina es la hora de Oliver Cromwell, de George
Washington y de Lenin. Es la hora del pacto anti-feudal-oligárquico,
anticolonial y antiimperialista. Sin este espíritu de audacia y de
vanguardia, el Sujeto popular libertador de la Patria Grande no podrá
nacer.

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