La verdad a medias de la Revolución Bolivariana
La Verdad a Medias de la Revolución Bolivariana
Las lecciones ideológicas que imparte nuestro Mandatario todos los domingos, ya no se inspiran solamente en las hazañas de Bolivar, Maisanta y Zamora sino que, cada vez más, evoca a los “héroes” de los años 60. Es así como lo escuchamos pronunciándose con admiración por los logros de Mao, Nasser, Tito, Perón o Guevara.
Esa promoción a favor de los anti-héroes de una izquierda revolucionaria prepotente justifica batallas fracasadas -como cuando vuelve a hacer referencia sobre el terrorista Carlos El Chacal, autor de criminales atentados contra centros comerciales Europeos o la glorificación del Che Guevara en su inadmisible injerencia en Bolivia
En el discurso pronunciado por Chávez en la 141 Conferencia de la OPEP ante emires, príncipes, monarcas y realeza del mundo árabe, dirigió una arenga contra la “oligarquía” y proclamó el papel revolucionario de los países productores del petróleo contra el dólar y el imperialismo. Esta insólita denuncia que no encontró el respaldo de los socios de la OPEP no es una equivocación ni es una improvisación. Es retomar el discurso de su “amigo” Carlos el Chacal dirigido a los fundamentalistas revolucionarios aliados tácticos y estratégicos del Irán, de los seguidores de Sadam Hussein, del Hamas y del Hizbola
La interpretación de los altos funcionarios del Gobierno Venezolano al comentar los resultados electorales recientes en países de América Latina nos hace recordar a Arístides Calvani cuando afirmaba “No hay peor mentira que la verdad a medias”
La Cancillería venezolana en vez de reconocer sin adjetivos el triunfo del Presidente Uribe, destacó el auge obtenido por el progresista Carlos Gaviria; mientras que al analizar las elecciones del Perú, los voceros oficiales resaltaron la importancia de los votos alcanzados por el militar Ollanta Humala, minimizando el triunfo Presidencial que obtuvo Alan García com la mayoría de votos.
¿A qué se deben estas interpretaciones caricaturales? ¿Es acaso un error de evaluación? ¿O más bien se trata de una definición militante que aspira “exportar” la marcha de la revolución bolivariana? ¿Se justifica éticamente apoyar a los amigos “aunque sean culpables” y decretar “la muerte a los enemigos aunque sean triunfantes”?
En el Siglo XXI la izquierda democrática de América Latina ha sabido delastrarse de los fantasmas del pasado, y del autoritarismo en el presente, reafirmando su compromiso con la verdad, la justicia, el dialogo, el pluralismo, la paz, el desarrollo, y la defensa de las libertades. Ese debería ser el camino que inspirase a la “izquierda” gobernante en nuestro país, y no la de basarse en movimientos obsoletos del pasado.