Referéndum Revocatorio: Todos los caminos apuntan a la «presión popular»

Los caminos para una posible realización del referéndum revocatorio presidencial cada vez parecen cerrarse más para una oposición que, en medio de esta “incertidumbre técnica” por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), no declina su lucha por activar la consulta electoral que califican como “única vía” para salir de manera pacífica y democrática de los problemas que enfrenta Venezuela.

En su última declaración, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, expuso que la recolección del 20% de firmas -requisito final para solicitar el referéndum- podría efectuarse a finales de octubre, dejando entrever que la ejecución del mecanismo se pospondría hacia febrero del año 2017, esto de acuerdo con el cronograma que desarrollaría el CNE durante el proceso, presentado por la misma funcionaria.

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Fuente: Youtube/MultimedioVTV

Ante esto, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) respondió con un categórico llamado “a la calle”, convocando a la denominada “Gran Toma de Caracas” para el próximo 1° de septiembre: a simple vista, la última carta que emplea este bloque opositor para intentar frenar el diferimiento del revocatorio.

Escenarios a corto plazo

Para el politólogo y director de la firma ORC Consultores, Oswaldo Ramírez, el mapa político actualmente se vislumbra sobre el análisis de tres escenarios posibles: El primero, vinculado a que el referéndum revocatorio se determine para el 2017, según los lapsos del CNE. En este caso la MUD debería confirmar la continuidad del proceso bajo esa condición; o por el contrario se evalúe la activación de otras alternativas constitucionales como la enmienda, la Asamblea Nacional Constituyente o negociaciones con el oficialismo a través de la instalación de una junta de transición en la que estén incorporados todos los actores políticos del país.

El segundo contexto que se presenta es que mediante la presión popular se consiga evadir los “obstáculos” del Poder Electoral y se active el referéndum antes del 10 de enero de 2017. “En cualquier caso, el factor clave será la presión que pueda generar la gente porque nadie va a regalar el revocatorio, hay que conquistarlo”, apuntó Ramírez.

Por último, que se bloquee el proceso -establecido por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)- tras las denuncias de “fraude” presentadas por voceros del Gobierno, lo cual podría desencadenar en la intensificación de las protestas cívicas.

“Si el RR no se hace este año, el costo político más grande lo tendrá que pagar el Gobierno. En la medida que este continúe bloqueando las vías democráticas se convertirá cada vez más en un estado paria, es decir que no cumple con las normas establecidas en la constitución”, explicó el especialista.

«Muerte política» del chavismo

Ramírez aseguró que este escenario hace que hoy en día el chavismo se enfrente no solo a la posibilidad de abandonar el poder, sino a una eventual “muerte política”, pues, a su juicio, ya no goza de la aceptación mayoritaria a la que estaba acostumbrado en los últimos 17 años.

“El chavismo sabe que se encuentra en una encrucijada: entre seguir hundiéndose con la popularidad de Nicolás Maduro o montar una alternativa para lograr cierta supervivencia con un 20 o 25% de apoyo electoral, pues, aunque es el partido de gobierno, ya no representa a la mayoría del país”, añadió.

En este sentido, el analista político explica que para que este vestigio del oficialismo se mantenga en pie, necesitaría que los grupos que actualmente conforman la Unidad se separen para que se logre segmentar la masa electoral, pero que eso no limitaría “el impacto de reducción de poder, pues ese gran colectivo político que arrasaba en elecciones prácticamente ha desaparecido”.

Si hoy hubiera elecciones regionales, con dificultad el chavismo obtendría entre 5 o 6 gobernaciones, y en cuanto a las alcaldías se puede hablar de que logren entre 60 o 50 de las 336 que están en juego

Riesgo de un «estallido social» en el país

Tras toda esta disputa política, el llamado de la oposición a tomar las calles para exigir celeridad al CNE encendió las alarmas de los voceros del Gobierno, pues consideran que detrás de esto existen planes desestabilizadores para generar violencia. Uno de ellos fue el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Freddy Bernal, quien acusó a la MUD de querer reeditar una situación parecida al “Caracazo” del año 1989.

En este sentido, Oswaldo Ramírez indicó que el riesgo de un eventual “estallido social” se mantiene latente, pues la disposición de la población para protestar ha crecido, pasando de 25%, a inicios de año, a 40% en la actualidad, citando cifras de la encuestadora Venebarómetro.

De acuerdo con el último estudio del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), solo en el mes de julio de este año se registraron en el país alrededor de 622 protestas relacionadas a problemáticas sociales, económicas y políticas, aunadas a las 4.129 que esta organización documentó durante los primeros siete meses del 2016.

El profesor universitario y dirigente político, Rafael Venegas, precisó que debido a la crisis económica que afronta el país “se ha alimentado todo un proceso de acumulación de tensiones muy peligroso” que podría acarrear hechos de violencia y anarquía si no se permite que “el pueblo drene por los canales constitucionales, electorales y pacíficos”.

“Hay una probabilidad alta tomando en cuenta la angustia de la gente. Todos los días en cualquier lugar del país se producen pequeños caracazos”, aseveró.

Venegas considera que, a pesar de que las circunstancias de Venezuela lucen peores que en las manifestaciones del 89, en la actualidad los ciudadanos esperan una resolución pacífica a los conflictos de la nación, pues  “ha quedado una fuerte enseñanza colectiva de un pueblo que no quiere repetir la experiencia”, al tiempo que afirmó que de ocurrir algún evento similar “se comprometería la responsabilidad del liderazgo político, particularmente, de las personas que dirigen las instituciones del Estado”.

Está por verse cuál será el grado de incidencia de esta próxima manifestación opositora, que se avizora como el inicio de nuevas movilizaciones nacionales. La MUD ha confirmado que no cesarán las protestas para exigir el respeto de los derechos constitucionales de los venezolanos y la confirmación de las fechas para la celebración del referéndum revocatorio.

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