Detrás de las manos cacaoteras de María Fernanda Di Giacobbe
Pionera en el año 2004 por implementar un concepto de bombonería 100% venezolano a través de la marca KaKao y la transformación social de las comunidades cacaoteras por el fortalecimiento del oficio de la bombonería, María Fernanda Di Giacobbe es hoy una de las venezolanas que deja en alto su país luego de ganar el premio de Basque Culinary World Prize de Madrid.
Este galardón se le otorgó por ser considerada una profesional que se convierte en una fuerza transformadora de la sociedad mediante la creatividad e innovación. El reconocimiento no fue de gratis. Desde hace años, las costas del estado Miranda, específicamente, los pueblos cacaoteros fueron las locaciones a las cuales esta chef venezolana dedicó su trabajo que hoy en día es reconocido por los mejores del área gastronómica.
Di Giacobbe es promotora del chocolate y cacao venezolano. A través de talleres de bombonería ha capacitado a 8.500 personas en 35 parroquias de sectores de bajos recursos. Además, con su tienda KaKao en alianza con la Universidad Simón Bolívar ha certificado a 1.500 mujeres como «Emprendedoras del Chocolate», quienes actualmente viven del oficio de la bombonería y dulcería criolla.
Todo este proyecto surgió en el año 2009 cuando inició un proyecto social el cual confiesa nunca imaginó el impacto que tendría, entre ellas, el premio Basque Culinary World Prize de Madrid, luego de estar entre los 110 nominados de más de 30 países.
“Para mí era pertinente demostrarle a los mirandinos que se catalogaban como pobres, la riqueza que tenían a sus alrededores y todo lo que podían hacer con ello. Ver esas tierras rodeadas de cacao, guanábana, parchita, limón, era un lujo que sus pobladores debían comprender”, explica.
La caraqueña define el cacao como “el ADN de los venezolanos”, porque identifica el país y su idiosincrasia, y por eso explica que desde la gastronomía aspira ser un factor de cambio y asevera que descubrió que la comida es un elemento que puede unir a todo un país. “La cocina es perfecta porque todos comemos, ¿no?”, dice con picardía.
Gracias al proyecto de Di Giacobbe muchas de las mujeres certificadas han sido a la vez formadas como facilitadoras y son agentes multiplicadoras del proyecto en otros estados del país. La mayoría de ellas aseguran haber mejorado su vida, entorno familiar y realidad social.
“Muchos de nosotros vivimos tratando de cambiar las cosas de la sociedad que no nos gusta, en mi caso es la pobreza, falta de educación y oportunidades. Por eso, la idea con emprendedoras del chocolate es enseñarle todo lo que está en nuestra cultura, sacarlo de esa gaveta escondida y apropiarnos de ello. Somos ricos, tenemos una herencia muy importante que es el cacao”.
Para la chef venezolana el secreto está en desplegar el conocimiento. “Todos los oficios son un factor de cambio, a mí me toca la gastronomía y específicamente las condiciones actuales de Venezuela. Si todos los que tenemos un trabajo no compartimos con gente que no lo tiene, no vamos a sobrevivir mucho tiempo como país ni como planeta”, explica la chef.
Es que las labores de la caraqueña no se restringen a las zonas limítrofes venezolanas, países como Japón, Estados Unidos y en próximos meses Estonia, tienen el privilegio de contar con asesoría especializada de Di Giacobbe.
¿Por qué asesoría y no replicar un concepto? La chefasegura, que a pesar de que las respeta, no es seguidora del sistema de franquicias. “Me gustan los negocios familiares, no soy partidaria de un manual de procedimiento, siento que así se pierde la calidez que es tan característica en los mejores negocios venezolanos”.
Brinda asesoría a aquellos individuos que imitan el modelo de KaKao. “No vendo franquicia, sino que se crean conceptos nuevos”. Comenta que toma las cosas buenas de varios negocios y se juntan en un nuevo concepto, nombre y calidez que la personalidad de esa persona ofrezca. “Soy fiel creyente de negocios orgánicos que necesitan de sus creadores y maestros chocolateros”,
El premio Basque Culinary Wolrd Prize otorga 100 mil euros que deben estar dispuestos en una labor que refleje el papel positivo de la gastronomía en la sociedad. Di Giacobbe reveló que los invertirá en una Escuela de Emprendedores en Caracas en alianza con su centro de estudio, investigación y preservación del cacao venezolano «Cacao de Origen». Desde allí estimulan y promueven la relación entre productores, emprendedores, chocolateros y consumidores.