El comercio colombiano da oxígeno a los ciudadanos de Venezuela
Mientras los comercios de las ciudades venezolanas cercanas a la frontera se mantienen cerrados por el desabastecimiento, miles de sus ciudadanos volvieron a cruzar hoy a Colombia para conseguir alimentos básicos y artículos de primera necesidad en los comercios de Cúcuta.
La llegada de esos ciudadanos en busca de arroz, leche o legumbres supone un balón de oxígeno para un país cuyos ciudadanos sufren la escasez desde hace meses, lo que también afecta a los medicamentos y otros productos.
El éxodo de ciudadanos comenzó el sábado, cuando más de 90.000 personas cruzaron la frontera común por los seis pasos habilitados, mientras que en las primeras horas del domingo los atravesaron unos 24.000 venezolanos, según datos oficiales.
Historias de la escasez
«Aquí no se consigue nada para comer, tiene uno que ir Colombia», comentó a Efe Luz Marina Agudelo, una de las mujeres de San Antonio del Táchira que hoy se nutrieron de alimentos en Cúcuta tras cruzar el Puente Simón Bolívar, principal paso entre ambos países.
Durante los casi doce meses en que la frontera permaneció cerrada, esta mujer vio como los precios crecían, ya que tenía que abastecerse en muchas ocasiones con productos que los contrabandistas traían de Colombia.
En este tiempo llegó a pagar 2.000 bolívares (unos 200 dólares y 3,1 dólares según la tasa de cambio más baja y la más alta vigente en el mercado) por un kilo de arroz.
Hoy lo pagó a 1.200 bolívares (entre 120 dólares y 1,86 dólares), un alivio para su economía.
La imagen se repitió no solo en el Simón Bolívar, sino también en los comercios de todo Cúcuta, en uno de los cuales Hermes García, panadero y exmilitar residente en San Antonio, detalló lo que supone para los venezolanos ir a Colombia.
«Como los productos están muy escasos y son muy caros, aprovechamos para comprar en Cúcuta cosas que son mucho más baratas», señaló.
Pese al alivio que supone para él y su familia poder acceder a esos productos, subrayó que no todos los venezolanos pueden acudir a Colombia, ya que «el que tenga un sueldo mínimo no puede venir a comprar aquí».
El trayecto no solo es largo, sino que además deben soportar los inconvenientes que se generan en el camino, especialmente los habitantes de ciudades que no son de la frontera y deben tomar un transporte posterior para regresar a sus casas.
Varios venezolanos denunciaron que los militares y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) se incautan de algunos de los productos que compran en Colombia cuando toman esos transportes.
Para los comerciantes de Cúcuta la reapertura progresiva de la frontera ha traído también un incremento de las ventas que cifran entre 25% y 50%, lo que les permite sortear los malos momentos que han vivido los últimos doce meses con los pasos cerrados.
Los artículos más buscados
Las tiendas con artículos de higiene también fueron de las más visitadas por los venezolanos. Fabio Gutiérrez, dueño de una de ellas, explicó que llegan «buscando pañales, pañitos y la línea de aseo personal: jabón de baño, toallas higiénicas y papel».
Gutiérrez, como la mayoría de establecimientos consultados por Efe, comentó que tienen buen abastecimiento, por lo que descartó que se terminen los productos ante el crecimiento de la demanda.
Paola Borrero, jefa de Mercadeo de un supermercado, explicó que se han adelantado a la nueva demanda para aprovisionar el establecimiento. «Hemos surtido mejor el producto de harina de maíz, pastas, aceite, papel higiénico o detergentes, que son los productos que ellos (los venezolanos) más llevan», comentó.
«Compran por necesidad, compran porque les toca porque no consiguen allá las cosas», dijo a Efe Edwin Tarazona, gerente de un almacén de venta de piezas para vehículos, uno de los productos más buscados por los venezolanos.
Esos repuestos los necesitan para volver a hacer funcionar sus vehículos o como herramientas de trabajo para algunos y elementos básicos para el trabajo para otros, detalló Tarazona.
En este sentido, explicó que atendió a una mujer que llegó para comprar una pieza para su camioneta, estropeada hace casi un año y que «duró ocho meses ahorrando para comprarla en Colombia».
Mientras el comercio crece y parece volver a la situación previa al cierre de la frontera, los venezolanos reciben una tregua en su situación y comienzan a entrever un futuro mejor, al menos para aquellos que viven cerca de la frontera.