Fosilizado el clon del castrismo latinoamericano
La bilis castrista del nonato PUSV lo ciega ante la actual revolución mundial
Desde el proceso electoral presidencial venezolano de diciembre de 1998, los comunistas latinoamericanos no cabían en sí de alegría—todavía en 2007, siguen hablando de una “marea roja” que se ha extendido por Suramérica, porque desde Caracas comenzó un retroceso hacia el status quo de la Guerra Fría, con la diferencia de que la Cortina de Hierro esta vez no dividía a Europa entre oriente y occidente, sino a América entre el sur y el norte, debido a los triunfos presidenciales de Lula en Brasil, Kirchner en Argentina, Morales en Bolivia, Vásquez en Uruguay, Correa en Ecuador y Ortega en Nicaragua.
Pero los 62 años transcurridos desde la derrota final el “eje” (Alemania-Italia-España-Japón) y los 26 años transcurridos desde el derrumbe del Muro de Berlín, dejó al mundo hastiado de la intransigencia política—y sobre todo económica-entre el comunismo y el capitalismo, ambos de cuyos términos fueron engullidos y digeridos hace ya décadas por la globalización planetaria.
El comienzo del estado de coma lo protagonizó la vergonzosa actitud de Andrés Manuel López Obrador; en México, luego de su estrecha pero innegable derrota ante Felipe Calderón. Y esto no puede haber quedado más claro ahora, después de las declaraciones de Luiz Inácio Lula da Silva; el auténtico líder socialista de los trabajadores brasileros, al diario O Globo de Brasil, luego de su encuentro con George Walter Bush; a quien los castristas ven como la encarnación de Lucifer, en Brasilia, este viernes 9 de marzo de 2007. Dijo el Presidente de Brasil: “Lula diz que é preciso encontrar o ‘ponto G’ nas negociaçöes.” (“Lula dice que es preciso encontrar el ‘punto G’ en las negociaciones”).
El derrame de bilis del castrismo; ante este mortal golpe, no puede ocultarse—hasta han tildado de “entreguista” a su “camarada” de Uruguay; Tabaré Vásquez, , por reunirse al igual que Lula con el Presidente de los Estados Unidos de América. No hay duda: el clon del castrismo de menos de nueve años de edad, ha quedado definitivamente fosilizado—es ya un cadáver insepulto.
La ceguera sectaria e intransigente de los promotores del aún nonato PSUV, no les deja ver, la enorme revolución mundial que acaba de comenzar este viernes 9 de marzo de 2007: Los 27 países miembros de la Unión Europea, acordaron en Bruselas, Bélgica, un pacto donde destaca un obligatorio impulso a la producción y al consumo de los biocombustibles y los Estados Unidos de América realizarán una gran inversión en Brasil para multiplicar muchas veces su actual producción de Etanol.
El objetivo de ambas iniciativas: Curar al mundo de su adicción al petróleo, ya que en unos cien años; para usos prácticos, dejará de ser importante en el mercado de la energía. La buena noticia: esto significará la creación de millares de puestos de trabajo en las abundantes áreas pobres de Latinoamérica y del resto del planeta, que normalmente ocurren en las zonas agrícolas—si los gobiernos y los inversionistas, no dejan pasar este gigantesco nuevo mercado, que sin ninguna duda recorrerá a la Tierra sin dejar un rincón intocado.
Si alguien duda del fallecimiento del clon del castrismo, debería reflexionar objetivamente sobre la soledad en el podium del estadio de fútbol de Buenos Aires, en el cual—el mismo día de los hechos narrados en los párrafos anteriores—el futuro líder del nonato PSUV fue dejado íngrimo y sólo—entre sus vapores de azufre anti-yanqui—por sus camaradas-colegas del continente que tenían; todos, más importantes asuntos en sus agendas que no pudieron aplazar.
El Punto Gräfenberg o “Punto G” es una pequeña área femenina ubicado atrás del hueso púbico, rodeando la uretra y accesible a través de la pared anterior de la vagina. Supuestamente es una zona erógena que cuando es estimulada conduce a altos niveles de excitación sexual y a poderosos orgasmos. Fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/G-point]