Por vías contrarias
Comenzamos la semana con una noticia sorprendente, especialmente por la fuente de origen. En China, en las próximas dos semanas se reunirá el Congreso del Pueblo con la asistencia de más de tres mil delegados y entre otros objetivos se presentarán a discusión dos temas de primordial importancia. La restauración y el respeto a la propiedad privada y el establecimiento de un régimen de impuestos similar a los existentes en los países desarrollados.
El tema de la propiedad privada establece que para privar de la propiedad a una persona hace falta que se demuestre la utilidad pública del patrimonio a expropiar y que se pague una compensación justa.
Han pasado cinco años desde que se realizó el relevo generacional conductor, liderizado por Hu Jintao y su régimen, complementado con el Jefe de Gobierno Wen Jiabao y con el Jefe del Partido Zen Qinghong, quienes van dando pasos lentos pero contundentes de manera de incorporar a China a la realidad económica y cultural del mundo.
Revisando un trabajo de James A. Dorn Vicepresidente para asuntos académicos del CATO Institute, leemos que Liu Ji, Vicepresidente de la Academia de Ciencias Sociales China, en una conferencia expresó: “Las únicas personas en China, que todavía se aferran a la idea de la planificación gubernamental son los marxistas dogmáticos y fosilizados”.
Alude el catedrático que en el libro “Tao Te Ching” escrito seiscientos años antes de que naciera Jesucristo, su autor Lao Tsu instruye al gobernante a adoptar la política de no interferir, como la mejor manera de alcanzar la felicidad y la prosperidad. Y allí mismo se reconoce que “a más leyes y reglamentos, más ladrones”. Dice al autor que “la corrupción emerge de las exageradas restricciones reglamentarias”.
Por último, Dorn cita al Presidente Checo Vaclav Havel, quien dice: “El único sistema económico que funciona es la economía de mercado donde todo le pertenece a alguien lo cual significa que alguien es responsable de todo… se trata de la única economía natural, la única que tiene sentido, la única que conduce a la prosperidad, por ser la única que de verdad refleja a la vida natural misma”.
En Venezuela, a través de estatizaciones absolutamente injustificadas como la de CANTV, la de la Electricidad de Caracas, la de RCTV, la del aeropuerto Oscar Machado Zuloaga, las ya casi olvidadas de los hatos La Marqueseña, El Cedral y Piñero, la aprobación de un reglamento que criminaliza absurdamente a las actividades industriales y comerciales, se están dando todos los pasos que se consideran necesarios para abolir las actividades privadas y consagrar el absurdo gigantismo estatal que tanto daño le ha provocado a muchas naciones.
Mientras los países que conformaron el núcleo de los sistemas comunistas del siglo pasado han reconocido su fracaso y dan pasos que producen felicidad y prosperidad en sus pueblos, los marxistas dogmáticos y fosilizados de Venezuela y sus acólitos ignorantes, avanzan en el sentido contrario es decir, comiéndose la flecha.