El facismo no descanda
Benazir Bhutto fue asesinada por el mismo gatillo que alrededor del mundo asesina a la democracia. Por el mismo gatillo que asesinó a Ghandi, al Che Guevara, a Allende…
Esta vez la orden fue dada por el Pinochet de Pakistán, el tristemente célebre general Musharraf, quien se ha mantenido en el poder gracias a la represión: extorsión, apresamientos ilegales, ejecuciones extrajudiciales y toda clase de violaciones a los derechos humanos, no sólo de su pueblo sino que también de sus opositores, en especial, a aquellos que militan en el bando de la social democracia, contra cuyos miembros tiene una tenaz persecución desde hace muchos años.
Benazir Bhutto, como su padre Zulfikar Ali Bhuto, siempre creyó en un Islam democrático en donde se respetara la igualdad de derechos de las mujeres con los hombres y la de ricos y pobres, buscando una concertación de valores y opiniones para sacar a su país del oscurantismo religioso y político-teocrático.
El sistema sostenido por la tiranía de Musharraf, inexplicablemente, ha sido avalado por Estados Unidos, país que dice luchar por los derechos de los islámicos a ser libres, por la Unión Europea y otra cantidad de países que han hecho la vista gorda ante la cruenta persecución a los adversarios de Musharraf.
La O.N.U., por ejemplo, no ve nada de lo que sucede en Pakistán. Los Tribunales Internacionales de Derechos Humanos, tampoco. El Carnicero de Islamabad es intocable porque es «un aliado» creíble en la lucha en contra del terrorismo Talibán, Aparentemente no importa que él sea un terrorista dentro de su patria. El doble estándar en este caso es increíble y se permite que se asesine a la democracia en nombre de ella. Por estas razones cayó la gran mujer llamada Benazir.
Benazir Bhutto, una bella, inteligente y educada dama, sucedió a su padre en la lucha política en pos de la democracia pakistaní. Su padre fue uno de los políticos más queridos de Pakistán. Fue un gran Presidente y posteriormente Primer Ministro a quien ejecutaron por tratar de liberar a su pueblo de la opresión feudal. Se le llamó el Salvador Allende de Pakistán. Bhutto fue el fundador del PPDP – Partido Por la Democracia de Pueblo Pakistaní, cuyo liderazgo ejercía valientemente su hija al ser asesinada ayer jueves 27 de diciembre 2007, mientras asistía a un mitin popular, por el fascismo dirigido y financiado por Musharraf, quien veía en Benazir a la única adversaria que podía sacarlo democráticamente del poder. Benazir ya había demostrado que era una estadista las dos veces que estuvo en la Primera Magistratura de su país y de la cual fue sacada no por el voto sino que por simples golpes de Estado del fascismo musulmán que no podía perdonarle el tratar de democratizar a Pakistán y que no podía perdonarle el no ser una mujer sumisa.
Una vez más, los mismos de siempre, creen que se han salido con la suya. El martirio de los Bhutto, como el de los Ghandi en su vecina India, no será en vano. Así como la India logró transformarse en la mayor democracia del mundo, también lo hará Pakistán, duélale a quien le duela pues la siembra de la Social Democracia no pasará en vano.
Gloria y Honor a Benazir Bhutto, una mujer valiente…