La lección argentina
Las protestas y debates que experimentaron los argentinos en estas últimas semanas, con tensiones, protestas y algunas pérdidas, y apartando las diatribas y argumentos que hay en relación al proyecto de retenciones impulsado por Cristina Fernández de Kirchner, deja varias lecciones para los argentinos, para los latinoamericanos y para los venezolanos.
Lo primero que salta a la vista es que Argentina es un país que ha sido gobernado en el pasado y también en el presente por políticos profesionales y también por una fauna variopinta con intereses particulares que no necesariamente se identifican en la realidad con sectores que trabajan, que innovan y que en resumidas cuentas dan todo por el país.
Lo segundo es que ese país a pesar de sus crisis y las situaciones de ingobernabilidad que en ciertos casos llegaron a tal punto de colapso, destituciones y renuncias de presidentes y demás, es un país y un sistema político con instituciones, con poderes públicos autónomos y además con peso especifico frente al presidencialismo actual.
Lo tercero que nos parece relevante destacar es el coraje de sus políticos, tanto de viejos liderazgos o nuevos liderazgos, que a partir de algunos criterios y unas convicciones, desarmaron un proyecto de ley, no sólo en la cámara de diputados sino en la cámara de senadores, ratificando la importancia y papel transcendental que cumple el congreso y el bicameralismo dentro de un sistema presidencialista.
Lo cuarto es que parte de esos viejos políticos, ex presidentes como Carlos Saúl Menen o Adolfo Rodríguez Saá, ex gobernadores como Carlos Lole Reutemann, Rubén Marín o Juan Carlos Romero, con una tradición dentro del peronismo, y sin embargo, y con convicciones y argumentos tuvieron la voluntad de intervenir en la sección extraordinaria del Senado argentino, estableciendo distancias en relación al Proyecto de Retenciones (lesivo para ellos) votando en contra del mismo.
Lo quinto e indiscutible es el coraje y agudo criterio de un profesor universitario prestado a la política argentina. Nos referimos al Vicepresidente Julio Cobos, a quien no le tembló el pulso y antes que nada voto con consciencia, pensando en su país no es presiones, partidismos, arreglos o cuotas de poder. La historia le corresponderá emitir su veredicto que creemos será positivo en relación a la postura coyuntural del Vicepresidente Cobos en la sección maratónica de la Cámara del Senado.
En sexto y último lugar, Argentina y fundamentalmente sus políticos que pueden ser eficientes o nefastos, decentes o indecentes, parecidos, mejores o peores que los nuestros, tiene una autonomía, una voluntad y criterio del cual adolecen radicalmente la gran mayoría de diputados que integran la Asamblea Nacional en Venezuela, no sólo tienen miopía y sesgo político, prurito, sino además, una clara ausencia de coraje y voluntad frente a la aplanadora que muchas veces impone Chávez directa o indirectamente a sus diputados, ministros, gobernadores, alcaldes y para usted de contar.
En fin, ojala en Venezuela podamos experimentar pronto un debate como el acaecido en la cuna del tango, donde justamente sus dirigentes no se dejan presionar e hipotecar por un liderazgo personalista como el de turno, acarreando como dice el tango “cuesta abajo es la rodada”.
(*) Profesor de la Universidad de Los Andes E-mail: