Europa SÍ, Sur América NO
Europa, tras finalizar la segunda guerra mundial quedó desvastada. Vencedores y triunfadores quedaron prácticamente en la ruina. Viviendas, calles, monumentos, tesoros, todo acabado en una guerra provocada por los delirios de grandeza de un psicópata. El gran triunfador, Estados Unidos de Norteamérica, atendiendo diversas razones inició un proceso de reconstrucción a través del denominado Plan Marshall. Grandes masas de europeos emigraban hacia otros países. La miseria reinaba a la par, descrita hasta cansar en documentales, novelas y un sin número de testimonios orales. Kart Erich Suckert, a quien se le conoció por su seudónimo “Curzio Malaparte” (9 de junio de 1898 – 19 de julio de 1957), describió magistralmente en su obra “La Piel” la situación de la Italia post guerra exponiendo escenas donde el hombre, impulsado por el hambre, llega a los límites de la degradación.
Esa Europa, donde había odios aparentemente irreconciliables entre las naciones, inició un sorprendente proceso de rehabilitación. En la historia de la humanidad el período de recuperación fue realmente corto. Hoy tienen una moneda común, prácticamente no hay fronteras y aunque indudablemente se ha visto afectada por la crisis económica mundial, sin dudas se recuperará. La Unión Europea (UE), fundada oficialmente en 1993 está conformada por 27 estados y es el producto de un razonamiento cuyo desarrollo se inicia a principio de la década de los 50, cuando se comienzan a crear las Comunidades Europeas.
El territorio de la Unión Europea cubre aproximadamente 4.300.000 kms 2 . Es la primera potencia económica mundial y tiene una población cercana a los 500.000.000 de habitantes. Cuentan con 23 idiomas oficiales pero triplica esta cantidad si se consideran idiomas con poca penetración o dialectos diversos. En contraste, América del Sur tiene una superficie cercana a los 18.000.000 kms 2 , 357.000.000 de habitantes y de hecho solo 2 idiomas predominantes y muy similares entre si: Castellano y portugués. Cuenta con inmensos recursos naturales, agua, bosques, metales, petróleo pero reina la miseria, el subdesarrollo y la esperanza vana impulsada por una caterva de dirigentes populistas.
Europa se dedicó al trabajo creador y nunca se escuchó a sus dirigentes ni a sus habitantes expresar sentimientos de odio, culpando a alguien de su desgracia. Al contrario, nuestros dirigentes se han ocupado, creo que son escasas las excepciones a culpar “al imperio” de las desgracias que nos doblegan. Una simple excusa para ocultar la incompetencia con la cual han gobernado. Nuestros intelectuales crearon una matriz de opinión supuestamente de izquierda y aunque muchos de ellos vivieron o viven en la opulencia, siempre fueron hipócritas críticos de las mismas. Les recuerdo en mi ya lejana juventud “perorateando” en los bares de Sabana Grande, degustando las delicias de un escocés mezclado con agua proveniente de las nacientes de ríos escoceses enfriados con hielo impoluto traído desde la antártica. El colofón de la embriaguez era una suculenta cena con productos importados acompañada. por supuesto, con costosos vinos. Finalizado el condumio se iban a dormir la borrachera en la amplia habitación de la residencia ubicada en alguna lujosa urbanización. Y no crean que considere que tal vida era desagradable. Al contrario, divertida y envidiable. Pero esa élite de intelectuales nunca se atrevió a conjugarse con el sudor del miserable que vivía en el cerro de El Nacimiento, cuya mayor diversión era tomarse una botella de anís mientras degustaba alguna parrillita aderezada con deliciosa chinchurria y trozos de yuca, mientras escuchaba algún salsero drogadicto cantando sus desgracias o se moría de intriga ante la próxima entrega de la novelita televisada.
¿Porqué tal diferencia entre sudamericanos y europeos, cuando tenemos evidentemente las mayores ventajas? No corresponde a este ignorante escribidor hacer un análisis del caso. Estaría en manos de sociólogos, médicos, psiquiatras hacer el estudio correspondiente pero con seguridad en la conclusión no faltará el culpable “exógeno” . Tenemos en apariencia todas las ventajas. ¿Por qué no progresar?