Chávez, el “Chacal” y las FARC
El presidente Chávez, reivindicó al terrorista venezolano Carlos Ilich Ramírez, ‘El Chacal’, como un «luchador revolucionario» y aseveró que está pagando cadena perpetua en Francia «injustamente».
«‘Carlos’ lo que fue en verdad es un luchador revolucionario. ¡Yo lo reivindico, qué me importa lo que digan mañana en Europa!», “sobre él cayó una responsabilidad que no es suya.” afirmó.
El Chacal, capturado en Sudán en 1994, cumple en Francia una pena de cadena perpetua por tres atentados perpetrados en ese país, que causaron 11 muertos, incluyendo tres policías franceses, y 190 heridos. Un portavoz de la Cancillería francesa declaró que, para Francia, el Chacal es y será siempre un terrorista.
Hay que recordar que ya Chávez se había referido al Chacal como “un buen amigo venezolano, que está en Europa”. También hay que releer la carta que le escribió Chávez al Chacal, definido como “distinguido compatriota”, en respuesta a una “solidaria” carta del terrorista, confeso admirador de Osama Bin Laden. Con estas esclarecedoras palabras, se dirige Chávez al Chacal: “es que todo tiene su tiempo: de amontonar las piedras, o de lanzarlas… de dar calor a la revolución o de ignorarla; de avanzar dialécticamente uniendo lo que deba unirse entre las clases en pugna o propiciando el enfrentamiento entre las mismas, según la tesis de Iván Ilich Ulianov (Lenin).” Chávez se despide: “Con profunda fe en la causa y en la misión !Por ahora y para siempre!”
Está claro, entonces, que hay ”una causa y una misión”, que comparten Chávez y su “buen amigo” el Chacal, quien afirmó recientemente que “no hay víctimas inocentes del terrorismo” . Chávez, en estos mismos días, se refirió a Idi Amin Dada, el grotesco y sanguinario dictador de Uganda, llamado “el carnicero de Kampala”, como ”un patriota, un gran nacionalista”. Es evidente que Chávez padece de lo que Octavio Paz llamaría “ceguera ideológica”. En efecto, para Chávez el fin justifica los medios. Marx dijo una vez que: “para reducir, simplificar y concentrar la agonía de la sociedad burguesa no hay que un solo medio: el terror revolucionario”. Esta actitud está enmarcada en la concepción de la violencia como “partera de la historia”, que tanto le gusta mencionar al presidente Chávez. Es la identidad ideológica y por tanto, programática, que tiene Chávez con las FARC, que le hacen afirmar que ese grupo narcoterrorista es “un movimiento político bolivariano, que en Venezuela se respeta” y yo le agregaría, se apoya, directa e indirectamente, como está ampliamente demostrado por los conocidos “santuarios”, que el narcoterrorismo colombiano tiene en Venezuela, las sofisticadas armas venezolanas incautadas a la guerrilla y la información contenida en el computador del líder “faraco” Raul Reyes, por cuya muerte Chávez decretó un minuto de silencio. El reciente acuerdo de Colombia con EEUU, que implica la utilización parcial norteamericana de varias bases en Colombia, es una seria amenaza para las FARC, no para Venezuela. A pocas millas de las costas venezolanas, en las islas de Aruba y Curacao hay dos bases norteamericanas, desde hace años. Por eso es evidente que la reacción de Chávez contra Colombia al respecto, además de tener razones de política interna, es por la preocupación que tiene por el futuro de su aliado.