Zika, violencia y «Buenas noches Cenicienta»: Amenazas de los turistas olímpicos
Tras el sugestivo nombre de «Buenas noches Cenicienta» se esconde una droga que provoca confusión y pérdida de conocimiento y que figura, junto al zika y la violencia, entre las alertas de las embajadas a los turistas extranjeros ante los Juegos Olímpicos de Río, que comenzarán en un mes.
Organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y las representaciones diplomáticas coinciden en sus consejos para los visitantes extranjeros con el objetivo de limitar los incidentes violentos y las posibilidades de contagio del virus del Zika.
La OMS emitió recientemente un documento con recomendaciones médicas y sugerencias sobre seguridad entre las que figura «usar transporte autorizado, no viajar solo por la noche y evitar áreas desconocidas» durante los Juegos.
El consulado argentino en Río va más allá y aconseja «la máxima atención» tras la experiencia del último carnaval, en febrero, cuando se observó «un aumento exponencial de las denuncias de hurtos, robos» y de «hechos violentos de gravedad».
Argentina advierte también contra los asaltos con la técnica conocida como «Boa noite Cinderella» (Buenas noches Cenicienta), una droga que se disuelve en la bebida y genera «confusión y hasta pérdida del conocimiento».
También llamada la «droga del estupro», se utiliza con mayor frecuencia entre jóvenes y se han registrado numerosos casos con víctimas extranjeras en barrios del centro y sur de Río de Janeiro.
«Es una sustancia que generalmente se coloca en bares con el fin de violar», explica a Efe Samira Bueno, directora ejecutiva del Foro Brasileño de Seguridad Pública.
«La persona se queda desmayada y vulnerable, así que el agresor se puede aprovechar de ella. Es muy común que las víctimas después apenas se acuerden de lo sucedido y difícilmente puede hacer una denuncia», apunta.
Hace un par de semanas, la Policía detuvo a dos hombres que utilizaron la droga al menos en 23 ocasiones para robar a sus víctimas, a las que conocían en bares o quioscos de la playa en la zona sur de Río, la más turística de la ciudad.
Samira Bueno recomienda a los visitantes que se mantengan atentos, «no dejen las copas en la barra desatendidas y no acepten bebidas de desconocidos».
La embajada de España advierte, en su página web, que «Brasil es un país con un alto índice de criminalidad» y «la forma de violencia más común son los asaltos a mano armada».
España recomienda evitar llevar objetos de valor y teléfonos celulares a la vista y, en caso de asalto, «no ofrecer resistencia», ni siquiera ante menores porque «suelen ir armados y encontrarse bajo el efecto de drogas».
«En el centro de Río de Janeiro, conviene especialmente extremar la precaución, inclusive en áreas más turísticas como Santa Teresa, Lapa o Cinelandia», continúa.
Las favelas «son zonas de alto riesgo y deben ser evitadas» porque «en cualquier momento pueden estallar episodios de violencia indiscriminada e incontrolable», añade la representación española, que «aconseja no realizar visitas turísticas ni de ningún otro tipo a estas zonas».
La otra gran amenaza es el zika, el virus transmitido por el mosquito aedes aegypti, y la forma de prevenir el contagio no es otra que el uso de repelente y ropa adecuada.
Además, el centro de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en ingles), recomienda a las mujeres embarazadas que no acudan a los Juegos Olímpicos tras los casos de microcefalia en bebés asociados al virus.
Las embajadas sugieren la contratación de seguros médicos que garanticen una buena cobertura dado el costo de la medicina privada y la demanda sobre la red de salud pública del país.
«La situación de los hospitales públicos en Río de Janeiro es considerada por muchos como problemática. La falta de medicamentos, camas y la sobredemanda son motivos de reclamos por parte de la población», apunta el consulado argentino en Río.
«La medicina privada, por su parte, es extremadamente costosa», continúa, y pone como ejemplo que un día de internación en una unidad de terapia intensiva puede llegar a los 2.000 dólares, sin contar con el costo de materiales descartables, medicamentos o estudios.
Los precios de las habitaciones de hotel, las advertencias contra las estafas en los alquileres por temporada durante los Juegos y las precauciones por la contaminación de las playas, figuran también entre las recomendaciones diplomáticas.