La ONU entre el cómic y la hipocresía
La razón mas sencilla admite que la ONU es un organismo necesario, en la medida en que pueda cumplir su misión de ser garante de la paz, del equilibrio mundial, de coordinar las acciones de Estados, gobiernos, instituciones sobre asuntos vitales para garantizar los derechos humanos, los tratados sobre la tolerancia, derechos del niño, la mujer, la salud, la educación. En mucho de estos campos ha tenido limitaciones severas, entre otras cosas, porque su organización, su estructura de “mando” concede derecho al veto a los “grandes”, el Consejo de Seguridad, Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, lo cual impide que resoluciones que afecten los intereses políticos, culturales, económicos, de esos países puedan ser aplicados. Desde luego, que hay muchas otras observaciones, ente otras las que tienen que ver con el funcionamiento mismo de la Institución, acusada de antidemocrática. Pero si bien los “grandes” tienen derecho a veto, adquiridos por la propia Constitución de la organización, los pequeños “tienen” el derecho a no cumplir las resoluciones que se tomen bien en la Asamblea, bien en sus órganos de trabajo, verdaderas instituciones que dan vida real a la UNO buena, entre ellos UNESCO; UNICEF, OMS… bien decisiones políticas para garantizar los derechos humanos, del niño, la mujer, etc.
No ha lugar para seguir las causas de estos fracasos, desequilibrios, etc., pero es imprescindible hacer algunas consideraciones. La primera tiene que ver con el carácter no “democrático” de la institución, porque para el caso como para tantos otros, la democracia se reduce al voto, vale decir, a la forma más elemental pero no cualitativa del voto. Y por ello manipulable de la peor manera y con los peores resultados. La mayoría se impondría bajo la idea de que la mayoría no solo es eso, sino además, la mayoría tendría la razón. Pero, esa vía, convertida la democracia en mera forma, la mayoría tendría derecho a la intervención directa en los asuntos internos de sus miembros y como quiera por ser demasiado flexible el ingreso a la ONU, el “perfil” de sus miembros no se determina y por tanto en ella coexisten dictaduras, no importa de que tipo, y nos podríamos encontrar con situaciones como esta, imaginemos que el Consejo de Seguridad de la ONU estuviese integrado por Corea del Norte, Zimbabue, Nicaragua, Libia y Bielorrusia… y que en vez de Estados Unidos, fuese Haití el primer financista de la organización. No se dice esto por crueldad, sino para reclamar la atención a cuanto viene luego. Solo sea bueno este dato, los ingresos par el funcionamiento de la ONU, Estados Unidos tiene el 22% y en la escala inferior Suiza, de los mas altos aportes, con el 1.2% aproximadamente. Quedan entre esos limites, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia y otros, solo México y Brasil se hallan entre esos rangos, téngase, pues, una primera inferencia, la institución no podría existir sin esos “mecenas” y sus operaciones concretas, mucho menos. Racional, salvo para la imbecilidad, la formalidad democrática no es aplicable, porque en la ONU se representan Estados y no exactamente formas de gobierno. Segundo, porque las necesidades que se atienden, no son problema de la democracia, sino que van más allá de las formas meramente políticas. Problemas de la salud, de la educación, problemas relativos a la guerra, la paz, justicia internacional, están más allá de las formalidades y se aproximan más a los problemas humanos en situaciones concretas, etc. Y, finalmente, aparte de su historia, no podemos dejar a un lado, que en la ONU también se reflejan los problemas del poder mundial, tal cual se evidencia el derecho al veto, que es injusto eso, una concesión al poder que, no hay razón para pensar que la sustitución de sus miembros, superaría la injusticia, de esa que se reclama como participación democrático participativa, protagónica y es probable pensar que mas bien pudiera complicarla y hacerla además de injusta, absurda.
Hechas estas observaciones muy someras, pasemos a ver un problema probablemente el problema. La Asamblea General, pasó de ser una institución meramente política, reducida ésta a la diatriba sobre problemas de las relaciones de poder entre los estados, la argucia como forma de crítica para zafarse de las responsabilidades que competen a cada forma de gobierno en sus situaciones especificas, su aquí y ahora determinados y su qué hacer para un futuro mucho mejor. Para la ONU el debate entre el capitalismo y el socialismo es una distracción que margina los asuntos de fondo, los verdaderos problemas, por una parte de su corpus legal, por la otra, lo mas grave, es distraer la atención sobre la cualidad de a crisis en cada país, en cada situación. Pero si el debate entre capitalismo y socialismo que se lleva como argucia para culpar al capitalismo de todos los males, desmanes, aberraciones, que ocurren en cada país determinado y en toda la historia, lo más grave de esta falacia (conspiración) es el desconocer los problemas reales de cada país, los problemas reales del mundo que requieren, en medio de complejas y diversas contradicciones, encontrar las respuestas adecuadas. Por ejemplo, no hay duda de que el capitalismo europeo tiene al África como un gran almacén de donde se puede extraer sin miramientos materia prima para su pantagruélico estomago; pero, no hay duda de que estos países africanos, y de manera especial después de l segunda guerra mundial, tienen la mas alta responsabilidad de su propia miseria. Y si eso vale para gran parte de los países africanos, tal es una situación análoga, en nuestro continente. Es culpable el imperio de la tragedia de Haití, país que aportó una de las primeras constituciones del planeta?.
El presidente de Costa Rica, señor Arias, ha escrito un muy breve documento, “Algo hicimos mal”, si mal no recuerdo lo bien hecho que está pone las cosas en su sitio. La CIA, los yanquis, los que sean, tuvieron alta responsabilidades en la caída de Allende y su muerte; antes, en la caída de Gallegos, pero también en la de Marcos Pérez Jiménez, todo eso es verdad, pero lo que hace Arias, en es breve texto, es desmontar la conspiración que hace del mal propio un maleficio, el mal de ojos, que el diablo ha puesto al imberbe, desvalido, sufrido pueblo. Aquí no les funciona la sentencia: los pueblos tienen los gobiernos que se merecen” dijo el señor Bolívar, faltó agregar, que hay gobernantes que no se merecen a sus pueblos. Detalles de la historia, solo eso. Pues bien, este discurso del presidente de Costa Rica, bien pudiera suscribirlo cualquier ser honrado de que gobiernan en cualquier parte del mundo. Pero no, los sátrapas, los gorilas, los dictadores, tienen su propia verdad, que es ajena siempre a la verdad. La situación de África es una de las más grotescas aberraciones que la humanidad haya conocido. Dictadores, genocidas, pseudodemócratas, y cerca de 800 millones de seres de vida breve que padecen de los peores males, allí conviven el SIDA, el Ébola, la desnutrición que es la dueña de millones de niños… mientras sus gobernantes tienen dineros en el exterior a manos llenas. Para no detenerme en esto quiero recomendar el libro de Mattew Lockwood, El Estado de África” Pobreza y política… La obra “con las venas abiertas de América latina”, historia de falsedades, despechos y algunas cifras buenas, es un comic al lado de tan dantesca tragedia. Solo en lavado de dólares, se estima por año dieciocho mil millones y en la banca europea los sátrapas los gorilas, los dictadores esos, tienen tanta plata que bien podrían pagar la mitad de la deuda externa de toda el África. Pero, qué puede decirse de América Latina. Ya Brasil entra entre los grandes, bien puede ser el octavo, ya es del grupo de los veinte, y con todo que su presidente es un gordito que bien cae, que viene desde abajo, se calla sobre tema de fondo, los deja para los siete o los veinte, donde se decide, y esconde que mas de ochenta millones de sus habitantes vive en estado de pobreza lamentable, sin contar con los sin techo, las favelas, la criminalidad.
Lo que ocurre en Venezuela es muy particular. Nadie puede creer que no hayan alcanzado más de novecientos mil millones de dólares para haber arrancado. Al cambio actual en dólares modernos, la Europa de Post guerra se levanto con unos 75 mil millones de hoy, con menos de catorce mil millones al término de la post guerra. Y nuestro presidente reconoce que la salud está en crisis. De lo demás se calla. La situación de Asia, las dictaduras en el mundo, el problema de las drogas como parte de las políticas de algunos estados para amamantar con sus mañas los beneficios de sus miserables gobernantes, no parecieran ser temas de la Asamblea General de la ONU. Se ha convertido en una gran sala “mediática” donde los mayores aplausos se ganan con las maldiciones al capitalismo y el silencio absoluto a los males que aquejan la vida del planeta, incluidos los hombres. Ojalá alguna vez un alguien en esas cumbres, desnuden con datos inequívocos, como hegemonías internas y externas viven de la muerte en esos pueblos o engordan por indiferencia con ella.
Ojalá –pero es casi imposible – que la imbecilidad de tantos líder, deje paso a la razón y a la consciencia. Y ello no será posible si la capacidad científica, crítica, y la ética no se ponen a trabajar en ese campo para orientar la salvación del planeta. Si no, la charlatanería terminará asesinando a la ONU, cuyos aportes, en sus diversos organismos, da un balance positivo y necesario para la humanidad. Será entonces cuando temas como el de Honduras pudiera haber servido para analizar la cuestión de la democracia y sus formas de dictadura.