La ONU y la OAS traicionan sus principios defendiendo a Zelaya
En 2005 la UNDP (Naciones Unidas para el Desarrollo) publicó un documento titulado “Informe sobre la Democracia en América Latina”, ((%=Link(«http://www.un-ngls.org/orf/eng-executivesummary.doc»,»un-ngls.org»)%)), el cuál tuvo una gran repercusión, no solo en el hemisferio sino en otras áreas donde la democracia lucha por estabilizarse. Una idea central del documento es que “muchos gobiernos democráticos tienden a mantener su autoridad por métodos anti-democráticos como, por ejemplo, modificando las constituciones nacionales para favorecerse..”. Por ello, agrega el documento: “la democracia no puede limitarse a una simple elección. Requiere instituciones eficientes, transparentes…”. Nadie niega que las elecciones son un componente vital de la democracia pero una democracia real, efectiva, requiere participación ciudadana, lo que el documento define como “ciudadanía social, civil y política”. Cuando el Ejecuivo interfiere con los asuntos de la Corte Suprema la democracia se debilita y es amenazada.
Uno de los autores, Guillermo O’Donnell, mantiene que para que la democracia exista “Los funcionarios elegidos deben tomar decisiones dentro del marco legal y democrático existente” y añade que “los funcionarios deben mantenerse en su función bajo las condiciones estipuladas en el marco legal”.
Otros de los autores deldocumento mencionan la igualdad ante la ley como un componente indispensable de la democracia. “Nadie puede colocarse por encima de la constitución”.
En 2001 la OEA dió a conocer la Carta Democrática Inte-Americana, una guía para la práctica de la democracia en el hemisferio. De acuerdo con este documento la democracia solo puede existir en países donde los funcionarios elegidos obedecen el estado de derecho. La carta expandió la definición tradicional de democracia para incluir aspectos que van más allá de la simple elección (legitimidad de origen) para incluir aquellos aspectos que se relacionan con el comportammiento después de ser elegidos (legitimidad de comportamiento) tales como los derechos humanos, la libertad de expresión y la separación efectiva de poderes. El actual Secretario general de la OEA, José Miguél Insulza, repite este concepto con mucha frecuencia en sus intervenciones públicas. Todos los líderes políticos latinoamericanos le rinden homenaje a esta definición de democracia.
Sin embargo, José Manuél Zelaya, un presidente que trató de colocarse po encima de la constitución de Honduras y se alió con Hugo Chávez para tratar de perpetuarse en el poder, por lo cuál fue obligado a dejar su posición por decisión de la Corte Suprema y el Congreso de Honduras, se encuentra hoy bajo la protección de Brasil, de la OEA y de las Naciones unidas, quienes piden su restitución a un cargo que él deshonró. Para tratar de restituirlo han echado mano a maniobras indignas, tales como hacerlo llegar clandestinamente a Tegucigalpa, con la aparente complicidad de forajidos al servicio de Hugo Chávez como Ramón Rodríguez Chacín. En este proceso se han olvidado por completo de lo que han predicado en torno a la verdadera democracia en miles de páginas de escritos y centenares de discursos dados en banquetes opulentos. Hombres como Miguél Escoto, en la ONU y José Miguél Insulza en la OEA, se han despojado del disfraz de demócratas para apoyar lo que es una gran conspiración de la extrema izquierda populista y fascista latinoamericana. Al hacerlo son consecuentes con su trayectoria de acomodo con déspotas: Escoto con Daniél Ortega; Insulza con Allende primero y ahora con Chávez.
Lo que se lleva a cabo en Honduras es un grotesco intento de imponer a un presidente indigno sobre la decisión que tomaron las legítimas instituciones del país, la Corte Suprema y el Congreso de Honduras. Esto pudiera entenderse si partiera del ALBA solamente pero es asqueante verlo en acción impulsado por organizaciones que dicen ser los defensores de la democracia. Esto solo puede entenderse como un caso de cobardía colectiva por parte de quienes no están a la altura de sus deberes como representantes de sus pueblos.