Guerra o Paz en Honduras
No voy a referirme específicamente a las opiniones contrarias a mi defensa de los 7 puntos de Arias. No porque las desdene, por supuesto. Creo haber demostrado que respeto a quienes difieran de mí, incluso si son del gobierno. El problema es que un tratamiento separado de cada una de ellas perjudicaría la unidad de mis argumentos.
1. El acuerdo de los 7 puntos ha sido casi la última oportunidad para evitar la asfixia del gobierno interino por estrangulamiento externo y violencia interna. Es muy probable que la mayoría esté contra Zelaya. También lo están todas las instituciones del Estado y los dos partidos fundamentales del país. Pese a los llamados de Chávez y Zelaya a la desobediencia de los militares y a la insurrección civil, hasta ahora no parece que hayan tenido éxito. Todo eso es el punto fuerte del interinato.
2. Pero sus puntos débiles son abrumadores. Honduras es una economía agropecuaria pobre, cuyo comercio es en 70% con EEUU y sus ingresos se completan con fondos provenientes de EEUU y Europa, y de las remesas de residentes hondureños en el país del norte. En estas condiciones difícilmente sobrevivirá así además del aislamiento jurídico internacional, perdiera esos ingresos, sufriera un cerco económico y sabotajes pasados por alto por el mundo.
3. Independientemente de que Zelaya sea un pelele patéticamente ansioso de poder indefinido así sea hundiendo a sus propios compatriotas, el asunto consiste en encontrar una salida, no en prolongar la agonía cerrando las que se presenten. Y la única honorable que se ha propuesto son esos 7 puntos de Arias, respaldados por la comunidad internacional. Micheletti acaba de ser notificado de que si fracasa el acuerdo la presión aumentará hasta hacerse irresistible. El mensaje de Hillary es duro y directo.
4. Y si eso ocurre, Zelaya podría regresar al poder con respaldo internacional. Regresaría “sin condiciones” ni “anillos de acero” Nadie le impedirá convocar una Constituyente, manipularla, y repetir el modelo chavista. Obviamente, destituiría a todo el mundo y recibiría fuerte respaldo militar, policial, de inteligencia y económico de su gran aliado.
5. Sería dificilísimo una resistencia numantina contra los invasores zelayistas, porque Honduras muy probablemente no sobreviviría con un mundo apretándole las tuercas. Por eso, de lo que se trata es de procurar una salida honorable que impida la caída de Honduras en una terrible guerra para terminar en manos de quienes la convertirían en vagón de la locomotora bolivariana. Y como en tales condiciones nadie puede imponer los términos por sí solo, de lo que se trata es de hacer transacciones destinadas a impedir el colapso del país y de la democracia. Es lo que propone Arias. El inmediato respaldo que ha recibido, en contra de los ataques brutales de Chávez contra su mediación, hace ver que la comunidad internacional aflojaría el cerco si se suscribe el acuerdo propuesto por Arias.
6. ¿Los 7 puntos favorecen a Chávez? Para nada. Que Zelaya sea presidente por tres meses, amarrado de manos, significa: a) que el tema de la reelección desaparece. Zelaya tendrá que irse para su casa b) que Honduras difícilmente permanezca en el ALBA. Cualquiera que sea el nuevo presidente, entre los dos con opción, estará escarmentado del peligro de pactar con las tinieblas c) que se restablecen sus derechos internacionales y seguramente aumentara la ayuda extranjera d) que Zelaya no podrá remover mandos en las Fuerzas Armadas, disolver el Congreso o cambiar a los magistrados del poder judicial ni a los parlamentarios de la Asamblea Nacional d) que finalmente el pueblo hondureño decidirá su destino mediante el voto.
7. Dentro de los siete puntos figuran estos: el control de las FAN pasará al Tribunal Electoral, las elecciones se adelantarán, Zelaya se compromete a no insistir en la reelección, se formará un gobierno de integración ¿Y quién garantiza que los 7 puntos serán cumplidos? No es cuestión de ingenuidad, como me reprocha amablemente Alex, ni de nostalgia comunista, como repite Granados (tal vez piensa que Arias –autor y no yo de la propuesta- es comunista). Lo que vale es la correlación real de fuerzas, que no juega a favor de Zelaya. Además, los belicistas del ALBA ya no contaran con la ONU y la OEA. Cesará el cerco económico. Eso es lo que llamo el anillo de acero. Si, firmado el acuerdo, Zelaya convoca la Constituyente, será separado del poder y enjuiciado. La amnistía rige para delitos pasados, no para futuros y quien los vuelva a cometer será reincidente. Pienso que Chávez –un hombre que se repliega cuando cambian los vientos- no se expondrá jugando al “héroe”.
Epílogo: No me siento dueño de la verdad. Bien puedo equivocarme. Por lo demás, lo que vaya a ocurrir en Honduras no será alterado por estos comentarios. Me limito a esperar que a última hora predomine la sensatez