El Tartufo de Centroamérica
Aclaratoria para el investigador teatral:
‘El Tartufo de Centroamérica’ es una tragicomedia en cinco actos dirigida al público hispanoparlante, pero originalmente escrita en Inglés por Thomas Monroe (el mismo de la teoría aquella) Hace algunos años fue re-estrenada en Panamá, donde hubo la actuación estelarísima de Manuel Noriega en el papel principal. Con esta obra el autor ataca un bastión muy influyente al Sur del Río Grande, que llamó ‘la devoción de los imbéciles’ (ver prólogo de la obra).
Argumento de la obra adaptada: Hugón es un personaje bastante importante que ha sucumbido morbosamente a la metamorfosis política de Tartufo, un fingidor de la derecha liberal que además es bastante torpe. De hecho, los únicos que no se han dado cuenta de la verdadera naturaleza de Tartufo son Hugón y su alba cohorte. El mediocre y ladino Tartufo exagera la devoción y ha llegado a ser el promotor espiritual de Hugón en su comarca. Mientras esto acontece fronteras afuera, este aventurero está tratando, además, de casarse con la hija violada de un vecino suyo, al tiempo que trata de seducir a la segunda esposa de éste, mucho más joven y hermosa que la suya. Una vez desenmascarado, Tartufo tratará de aprovecharse de unas donaciones que Hugón le ha enviado recientemente para tratar de echar a éste de su propia casa. Va incluso ante el Rey Hobam, pero éste, recordando los antiguos insultos que Hugón manifestó públicamente, hace que Tartufo sea detenido.
Personajes de la obra:
Hugón: Gran promotor suramericano que goza de una buena situación económica y social. Es una persona autoritaria que lleva las riendas de su casa y hace observaciones impertinentes a los miembros de su clan. No obstante, la influencia liberal de Tartufo vuelve a éste un ser obcecado e intratable. Con Tartufo en la casa de Bernarda Alba, su autoridad se tambalea y además pierde su sentido común.
Madame Bótox: Es la esposa del mejor amigo de Hugón, y es el personaje más sensato y tranquilo de la obra. Su principal objetivo consiste en enriquecer su casa gracias a los regalos del gran promotor que obtiene a través de la influencia de su marido.
Tartufo: En la obra original, es un bufón falsamente devoto, aunque es el personaje principal de la obra pues en torno a él se desarrolla la obra. Aparece tardíamente, pero aún así su presencia es un hecho conocido por los comentarios que hacen los otros personajes de él. Desde el primer momento, por su malicia e hipocresía se muestra como un ser odioso, verdaderamente odioso. Sus engaños le definen como un hombre bastante listo y rastrero, que no duda en engañar y aprovecharse de los inocentes de su comarca que crean su palabra. Tiene un aspecto de vaquero tejano que hace reír al público, pues sus comentarios acerca de su supuesta pobreza no se corresponden en absoluto a su vestimenta ni a su buen estado de salud.
Evorio: Es el celoso delfín de Hugón. Se confabula con Madame Bótox y con Daniel El Ruin para provocar la caída de Tartufo, pero esta caída no se presentará sino a finales del tercer Acto, cuando –desesperado- Tartufo reniegue de la ayuda de Hugón y clame al Rey Hobam, quien le castigará a través de su Visir Hilaria su osadía de pertenecer a la Casa de Bernarda Alba. Evorio servirá de testaferro a esta Visir para transmitir chismes que inculparán a Tartufo ante el Rey.
Daniel El Ruin: Otro de los delfines de Hugón y furibundo enemigo de Tartufo, por el deseo de aquél hacia su consorte. En el cuarto Acto se le verá llevando a Hugón las pruebas de la infidelidad de Tartufo. El clímax actoral de Daniel El Ruin se presenta en el cuarto Acto, durante la reunión a la que asisten los habitantes de la casa de Bernarda Alba, invitados por El Secretario (un personaje de tercerías, bastante oscuro e insulso) Allí acusará a Tartufo de falso y de mentiroso, pero Hugón desestimará esas acusaciones, e incluso le permitirá a Tartufo viajar en su Dragón Plateado, hecho que acalorará los celos de Daniel y de Evorio.
El montaje: Impecable por el uso prolijo de escenarios y de vestuarios, se le debe a la compañía Oblación de Escenas y Actores (O.E.A.). Para quienes deseen asistir a cualquiera de las presentaciones de la obra, alertamos que ésta tiene escenarios amplísimos y distantes que abarcan una vasta geografía continental, por lo que es recomendable acceder a las versiones de tele-teatro, y de acuerdo a su orientación política usted puede seguir esta saga, bien por Tele Sur o por CNN. En ambos casos, la trama, el desempeño actoral y el desenlace son los mismos.