Sin ética militar
Recientemente han ocurrido dos hechos militares que deberían hacer reflexionar a todos los cuadros de la Fuerza Armada Nacional. El primero, la agresión que sufrió un grupo de diputados de oposición al intentar ingresar al Consejo Nacional Electoral y la grave responsabilidad que tiene el general Fabio Zavarce, por no cumplir su obligación de restablecer el orden público y darles total seguridad a los diputados, no sólo por tener inmunidad parlamentaria sino por ser seres humanos y ciudadanos en el ejercicio constitucional de sus derechos civiles y políticos. La inaceptable actuación de la Guardia Nacional ha sido señalada por los medios de comunicación: se permitió que el colectivo que siempre rodea el CNE atacara cobardemente a los diputados, con distintos objetos contundentes, sin intervenir para evitar esa agresión. Curiosamente, el mayor general Néstor Reverol Torres, comandante de la Guardia Nacional, no ha dicho una sola palabra que demuestre su interés en ordenar una investigación para determinar la responsabilidad del general Zavarse en los hechos ocurridos.
El segundo caso es aún más difícil de explicar. Me refiero a la destitución del general Eduardo Serrano, jefe de operaciones de la Policía Nacional, por haber detenido a cinco miembros del colectivo Tres Raíces al considerarlos responsables de un secuestro ocurrido en el mes de mayo. Es verdad que los detenidos fueron presentados a los tribunales sin que la Fiscalía encontrara elementos suficientes para mantener la privativa de libertad. Arbitrariamente la Policía Nacional no los liberó sino que los condujo detenidos a la Estación Policial Sucre. ¿Fue esa la causa de la destitución del general Serrano? Tengo mis dudas. Lo que si tengo claro es que esa destitución se originó después de la protesta desencadenada por miembros armados de ese colectivo que interrumpieron los accesos al 23 de Enero y de una extraña negociación con el vicepresidente de la República, quien no debió conversar con grupos armados aún siendo chavistas. También se hizo público un comunicado, en el cual se acusa el general Serrano de enemigo de la Revolución. Lo más sorprendente ha sido el escaso espíritu de cuerpo mostrado por la Guardia Nacional.
Creo que esos dos hechos y las crecientes alteraciones del orden público que están ocurriendo permanentemente en todo el país deberían ser causas suficientes para que el Alto Mando de la Fuerza Armada Nacional analice con detenimiento las graves consecuencias que viviría nuestro pueblo en caso de incrementarse la violencia por la insostenible escasez de productos de primera necesidad y de medicinas. Estoy convencido, que si dicho análisis se hace de una manera objetiva se llegaría a una terminante conclusión: el gobierno de Nicolás Maduro no tiene la suficiente capacidad para encontrarle solución a tan delicados problemas. Es imposible que el régimen chavista, después de todos los errores cometidos, esté en capacidad de obtener la ayuda económica necesaria para poder enfrentar esa crisis. Esta conclusión surge de sólo analizar la caída permanente de las Reservas Internacionales y la total imposibilidad que tiene el actual gobierno de negociar un crédito internacional de suficiente magnitud para poder enfrentar la crisis actual y mucho menos captar inversiones nacionales y extranjeras.
El Alto Mando Militar también debería considerar la delicada responsabilidad que tendría que enfrentar la Fuerza Armada Nacional para restablecer el orden público. Ese reto debería evitarse, ya que las consecuencias son siempre dolorosas. La solución de la crisis actual debe ser política. Constitucionalmente hay tiempo suficiente para convocar el Referendo Revocatorio. Esta realidad hay que conocerla… Presionen para que eso ocurra. Es la mejor alternativa que tiene Nicolás Maduro. Continuar en el poder sólo contribuye a prolongar el sufrimiento de los venezolanos. Un aspecto del problema que no logro entender es la absurda posición de los sectores radicales del PSUV de atreverse a solicitar una medida cautelar al TSJ. Si llegara a ocurrir esa decisión, la violencia se desbordaría hasta niveles incontrolables… La única explicación que encuentro es que Jorge Rodríguez haya percibido un cambio de criterio en una mayoría de los rectores del CNE, quienes empiezan a entender la imposibilidad de evitar el Referendo Revocatorio. Esa es la razón de la ampliación de los puntos para validar la firma.
Hay un hecho que debo resaltar: las acertadas declaraciones del diputado Julio Borges. Es muy difícil mantener la suficiente serenidad después de ser agredido salvajemente para opinar sobre un tema tan delicado como es la responsabilidad de la Fuerza Armada Nacional en los recientes hechos de violencia ocurridos en Venezuela: Borges señaló que la denuncia no era en contra de la Fuerza Armada Nacional, “sino en contra de un solo individuo, quien es el responsable de la seguridad de la zona. Quiero decirlo con nombre y apellido porque nuestra política no es generalizar sobre la Fuerza Armada sino precisamente individualizar a efectivos que manchan su nombre”… Sin duda, la actuación del general Zavarce no sólo irrespeta flagrantemente uno de los más trascendentes valores de la Ética Militar: el honor; sino que compromete principios fundamentales del Estado de Derecho al violar varios artículos de la Constitución Nacional vigente que son de obligatorio cumplimiento para los miembros de la Fuerza Armada Nacional.
Nota: le pido disculpa a mis lectores. Cometí un error involuntario al confundir el nombre del general fusilado por Fidel Castro. Se llamaba Arnaldo Ochoa.
@FOchoaAntich