Renunciar por vergüenza
El criterio lo planteó Aristóbulo Istúriz, cuando le pidió al Secretario General de la OEA, separarse de su cargo. Lo que le dolía era que Luis Almagro había dicho en voz alta lo que muchos piensan sin atreverse a decirlo… acusando a Maduro “de traicionar a su pueblo y a su ideología”… “negar la consulta al pueblo te transforma en un dictadorzuelo”.
Los seguidores del muñeco de cera y de su sucesor, se encuentran fuera de sí. Piden la renuncia del funcionario internacional, porque sostiene que de continuar con sus acciones el Ejecutivo venezolano se colocará “en situación de ilegitimidad” y agrega como causas para sancionarlo: “La continuidad de las violaciones de la Constitución, especialmente en lo que se refiere a equilibrio de poderes, funcionamiento e integración del Poder Judicial, violaciones de derechos humanos, procedimiento para el referendo revocatorio y su falta de capacidad de respuesta respecto a la grave crisis humanitaria que vive el país lo cual afecta al pleno goce de los derechos sociales de la población”.
Aristóbulo lo llama traidor y lo acusa de mandatario del Imperio. Pretende hablar en nombre de todos los pueblos de América, porque dos grandes sinvergüenzas, chulos de Venezuela, Correa del Ecuador y Evo Morales de Bolivia, salieron raudos a pagar con su apoyo el dinero que el régimen chavista les ha regalado.
Pocas veces he compartido un criterio de Istúriz, paro esta vez coincido en eso de renunciar por vergüenza. Se complementa con otra parte del mensaje de Almagro a Maduro “Tú tienes un imperativo de decencia pública”.
Lo que los venezolanos nos preguntamos, es si Maduro y su combo tienen vergüenza, si tienen idea del deshonor. Sé que es inepto, pero no creo que sea tan tonto como para no darse cuenta de la desgracia en que han convertido a Venezuela y como el pueblo condena su forma de gobernar.
Pena deberían sentir los actuales jerarcas públicos, el descredito general del gobierno no parece hacer mella en sus malas intenciones, sería necesario que fueran patriotas para sentir vergüenza de la injerencia castrista en la toma de decisiones. Es preciso ser cara dura para señalar a otros de sus propias culpas, es necesario carecer de calidad humana para no sentir el dolor que está atravesando nuestro pueblo.
El gobierno ha trasgredido nuestro valores personales, sociales y culturales, ha violado la constitución y las leyes sin sentir ni un ápice de culpa, el problema es de fondo, sería preciso que compartieran los valores patrios para que fueran capaces de sentir vergüenza, por la desastrosa gestión gubernamental.
El yo personal de un Diosdado no se inmuta si puede seguir acumulando riquezas con su banda de “soles”, ni el de Cilia preocupada solo por el riesgo de que sus narco sobrinos terminen de cantar, ni la Iris Valera y sus amigos los pranes, que desde la cárcel coordinan bandas, asaltos, secuestros y sicariatos. Sin ningún problema moral, los mentados siguen maniobrando para que la situación venezolana continúe como esta.
Ni Tareck El Aissami, ocupado en perseguir los judíos venezolanos, esconder su reciente fortuna y apoyar terroristas, Ni Elías Jaua que de bandolero paso a aspirante eterno de Miranda, ni tampoco José Vicente cuidando los intereses de su mujer y su hijo, ninguno desea que salgamos del foso, ninguno tiene vergüenza… por eso todo los días los vemos defender al régimen que nos oprime y les permite continuar tomando sus tajadas respectivas.
Al ilegitimo nada de esto le importa por eso no renuncia, para tener vergüenza es necesario tener estima de sí mismo, una concepción del hombre como persona. Si lo dicho por Istúriz se aplicara, Maduro hace tiempo que deberá estar fuera del gobierno.
¿Cómo alguien que es culpable de continuar el proyecto chavista, destinado a destruir la economía del país y su aparato productivo, con el único fin de someterlo, sigue en ese puesto? ¿Por qué no hace nada contra los bolichicos, que cobraron más de 2 mil millones de dólares por chatarra termoeléctrica?, cuando hoy en día el país sufre una grave crisis energética.
¿Cuál es la razón para que ningún responsable de la creación de empresas de maletín, que se robaron las divisas venezolanas, este preso? A pesar de haber violado leyes y normas, los sobornos parecen tener más peso que la justician chavista.
¿Qué pasó con los que tenían las cuentas en Andorra con millones de dólares? o con los millones que Alejandro Andrade mantenía en el HSBC de Suiza. ¿Quién protege a Ramírez y cuál es la causa para que no responda por la destrucción de PDVSA y por los escándalos de la comida podrida de PDVAL?
¿Sera que los militares implicados en la corrupción generalizada, mantienen al gobierno para que nada sea revelado y si no es así por que disparan contra el pueblo que solo exige democracia, libertad, medicinas y comida?
Si Maduro fuera venezolano sentiría vergüenza y renunciaría, si Aristóbulo fuera decente le pediría la renuncia o es que acaso es poco que tengamos un Poder Judicial que viola la propia Constitución, y que esta formado por funcionarios sin credenciales académicas y morales. El pueblo que ya lo entendió ¡cansados del hampa y la impunidad! Está tomando la justicia por sus manos.
Como explica el Vicepresidente que las Doñas del TSJ, se dediquen a obstaculizar el derecho de los venezolanos a realizar un revocatorio, a fin de encontrar una salida pacífica a la crisis. Para Tibisay las vidas de los venezolanos no tienen valor, sabe que le queda poco y prefiere arrasar como Atila, ¿No es suficiente causa para pedirle la renuncia?
Como pretenden mantenerse en el poder, cuando los venezolanos claman por comida y son reprimidos por militares y policías. Con que cara Maduro se dirige al país, sin explicar por qué los niños se están muriendo por falta de medicamentos.
Maduro no renuncia, aunque convirtió un país petrolero, en un sociedad de mendigos, con la gente deambulado en busca de comida, asaltando camiones y mercados para poder sobrevivir, ya ni recuerda al pajarito aquel, que inicio la crisis de valores afirmando que matar o robar para poder comprar alimentos era legítimo.
Lo que sucede en Venezuela es que Diodado, Cilia, los Tarek, Jaua, Rangel, Ramírez, Los Chávez, la Valero, la Ortega, la Tibisay, los jueces chimbos, Padrino y Aristóbulo, tienen mucho miedo y poca vergüenza. Y cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto.
El temor desaparece, ya no hay nada que perder, las amenazas nos resbalan y la opresión es cuestión de cifras… somos más.
Después de Almagro, imagino que saldrán a pedirle la renuncia al Parlamento Europeo, que acaba de emitir una resolución contra el Gobierno Venezolano, la opinión pública internacional no tiene dudas sobre lo que aquí sucede… el fin de la revolución sinvergüenza está cerca.
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