Una Vinotinto espesa y sin ideas se llevó el juego más importante
Venezuela sumó su primera victoria en su estreno en la Copa América Centenario ante una selección de Jamaica que mereció mucho más pese a jugar con 10 jugadores durante más de 70 minutos de partido, y desnudando algunas carencias del equipo que maneja Rafael Dudamel.
La victoria, que sirvió también para inaugurar el casillero de triunfos con la selección del técnico yaracuyano, tiene un alto grado de importancia para el combinado patrio, que si bien tuvo largos pasajes de posesión de balón sin sentido, con el lauro encamina una posible clasificación a segunda ronda. Los criollos lograron vencer al rival más accesible (a priori) de su grupo, por lo que ahora la verdadera preparación vendrá cuando tenga que enfrentarse a los más fuertes, como es el caso de México y Uruguay.
Y cuando se menciona una «verdadera preparación» es porque Venezuela no puede jugar de la forma que lo hizo ante Jamaica contra los aztecas y celestes, ya que simplemente no tendría oportunidad. Desde el arranque del encuentro, se vio un conjunto nacional nervioso, con pocas llegadas y dubitativo en ambos lados de cancha. No fue sino hasta el gol (un error en la salida de los isleños) que se vio la mejor Vinotinto en ese momento (y al final de todo el juego). La recuperación de Feltscher permitió que se juntaran los talentos de Rondón, Guerra y Martínez, una acción que este último culmino con un puntazo «a lo Romario» para clavar lo que a la postre sería el único gol del compromiso.
Tras el gol, Venezuela vivió sus mejores momentos del encuentro y entre ellos surgió la fuerte entrada de Rodolph Austin sobre Rincón que le ameritó la salida prematura del juego, lo que daba esperanza de ver a una Vinotinto más suelta en ataque. No obstante, nada de eso pasó.
Los criollos fueron encogiéndose conforme pasaron los minutos, y su rival al mismo tiempo fue tomando confianza en su búsqueda por sellar al menos un empate. Y vaya que lo hizo. Dos postes y fallos al salto de Vizcarrando ( de pobre actuación) dieron pie para que los Reggae Boyz acariciaran la igualdad, con zancadas por las bandas y pelotazos al área, plasmando una imagen en algunos casos superior al equipo que poseía más jugadores que ellos en cancha.
Sin ideas, con piernas espesas y sin un conductor de campo, Venezuela volvió a refugiarse en el juego que tanto le gusta, el de proteger el marcador sin buscar rematar el encuentro. Con Juan Añor y Rómulo Otero en el banco (este último salió faltando apenas siete minutos para el final), la selección perdió cerebro y chispa para hacer daño. Alejandro Guerra y Luis Manuel Seijas siguen sin demostrar ese dominio de juego que muestran en sus clubes en Colombia (de no ser por el pase a gol, la presencia de Guerra fue casi nula en el juego) y nuevamente volvieron a estar sin ideas e imprecisos, especialmente el segundo, muy lejos de su nivel en los últimos encuentros de la selección.
La ocasión ante Jamaica era perfecta para que los pupilos de Dudamel se soltaran y ganaran en confianza, sin embargo, parece que el técnico apuesta más por una selección más reservada en defensa, sin importar la palidez que se observe en ataque en la cancha. Se la jugó y triunfó Dudamel, pero esta forma de juego difícilmente lleve al equipo a aspirar a mucho más, sobre todo por los rivales que esperan turno ante ellos.
Pitazo final, Venezuela cosecha su primera victoria con sufrimiento y dejando entrever que los juegos ante Mexico y Uruguay se jugarán con un crucifijo en la mano.