Opinión Internacional

Venezuela y Colombia

:Una relación llena de hipocresías, mentiras e indignidades terminará probablemente en la Corte Penal Internacional de La Haya y en la comisión de Derechos Humanos de la OEA.

La relación entre el régimen de Hugo Chávez en Venezuela y el gobierno de Colombia ha estado caracterizada por las agresiones verbales de Hugo Chávez hacia los líderes del gobierno colombiano, alternadas con sus melosas expresiones de amor hacia Colombia. De igual manera por su protección inocultable e inocultada hacia los enemigos de la democracia colombiana, asi como por una extraña ambiguedad por parte de la cancillería y la presidencia de Colombia, desde donde se hacen denuncias formales un día y se emiten frases tranquilizadoras y conciliadoras al día siguiente. Es una relación dificil de comprender para quienes pensamos que hay principios que no pueden ser sacrificados al pragmatismo. Esta relación está acompañada de coros y comparsas donde todos los “líderes” latinoamericanos, desde insulza en la OEA hasta Lula en Brasil piden el “diálogo, el entendimiento, el amor” entre los dos países y se desviven por “mediar” entre ellos. Esos “lideres”, casi sin excepción, consideran la tensión entre los dos países como el producto de una simple rivalidad personal entre Uribe y Chávez y piensan que el nuevo Presidente Santos pondrá las cosas, de nuevo, en su “justo lugar”.

La reunión de Santa Marta, ya de por sí de sabor necrofílico, pués allí murió Bolívar (asesinado por los colombianos, según sugiere Chávez), ha sido la última escena de esa telenovela grotesca que ya lleva años y que deleita a los latinoamericanos. Chávez ha ido allá a besar viejitas, a “pasar la página” (aunque sea hasta el mes que viene) y a “recomponer lo destruído” (cuando es él precisamente quien ha destruído mucho de lo destruído). Y, asombrosamente, el nuevo Presidente Santos se pone en la misma onda de ternura y dice que “espera que Dios y Bolívar me ayuden a mí y a Chávez” a recomponer la situación. Es este el mismo Santos duro de hace unos meses? Es este el mismo Santos insultado sistematicamente por Chávez durante la campaña presidencial colombiana? Que clase de gente es esta que maneja Latinoamérica? Por qué pensará esta gente que la hipocresía es una buena estrategia geopolítica, lo que necesitan nuestros países para vivir en armonía?
Lo cierto es que en un universo paralelo al de las declaraciones de amor entre Chávez y Santos existe una realidad horrorosa para Venezuela, en la cual Chávez es reo de violaciones gravísimas a la Carta Democrática Interamericana, de violaciones a los derechos humanos de colombianos y venezolanos por igual y de agresión a la democracia del país que lo acaba de recibir en la necrofílica Santa Marta. En ese universo paralelo Chávez decreta minutos de silencio en honor a Marulanda mientras que lo niega en Santa Marta. En ese universo paralelo Chávez ve con satisfacción como hay estatuas de Marulanda en Caracas y como una bibiloteca pública en el estado Aragua es bautizada con el nombre de Tiro Fijo. Veía complacido como Rodrigo Granda vivía en Caracas a lo grande, hasta que lo secuestraron para llevárselo a Colombia, o como Ivan Márquez engorda en Perijá o como Piedad Córdoba es mantenida por su régimen a cuerpo de reina cuando está en Caracas. En ese universo Chávez dice que las FARC son un ejército de liberación y su ex-ministro Ramón Rodríguez Chacín le dice en un video a las FARC que sigan luchando, que “tienen todo nuestro apoyo”. En esa realidad que no se admite en Santa Marta, Uribe motoriza una denuncia internacional gravísima contra Chávez en la OEA y luego la lleva a la Corte Penal Internacional de La Haya y a la Comiisión de Derechhos Humanos de la OEA, donde ya ha sido admitida. Uribe dice que el será uno de los testigos en el eventual juicio, y lo dice posiblemente en el mismo momento en el cual, en el universo paralelo de Santa Marta, los dos líderes intercambian brindis por la felicidad de sus pueblos y cálidas promesas de amor fraternal.

Las denuncias contra Hugo Chávez en la Corte Penal Internacional, CPI y la Comisión Internacional de Derechos Humanos cuentan, según dice ayer el periodista colombiano Rafaél Gonzalez Toro, en un diario de Medellín, con “más de un centenar de evidencias que van desde asesinatos, secuestros y ataques a civiles, entre otros, de guerrilleros que se esconderían en Venezuela”. Estas acusaciones fueron presentadas por el abogado Jaime Granados en representación de víctimas colombianas de ataques de las FARC desde Venezuela. Las violaciones a los derechos humanos serían las contempladas en los artículos 4,5 y 8 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos.

En el universo paralelo de Santa Marta Chávez definió las denuncias como “un chiste” mientras se comía un muslo de pollo probado previamente por su probador oficial, en caso de que pudiese estar envenenado. Sin embargo el informe de 116 páginas detalla sistematicamente las relaciones entre Chávez y las FARC y el ELN y los ataques desde territorio venezolano en Arauquita, Maicao, Albania y Tibú. El peridista colombiano Gonzalez Toro menciona “llamadas, correos electrónicos, conversaciones de radio, mensajes cifrados, cartas y llamadas entre comandantes de la guerrilla como alias «Raúl Reyes», Rodrigo Granda, «Iván Márquez», «Timochenko», entre otros, y miembros del Secretariado de las Farc en donde se implica a funcionarios del Gobierno venezolano como Ramón Rodríguez Chacín, Alí Rodríguez Araque y el general Clíver Antonio Alcalá, además de alcaldes y funcionarios de segundo y tercer nivel”.

Se detallan, además, en los testimonios de ex guerrilleros, “siete campamentos de la guerrilla en Venezuela con los siguientes nombres: El Cenizo, ubicado a orillas del río Limón, con capacidad para 90 guerrilleros; Barro, con capacidad para 60 guerrilleros y sitio de paso para la compañía Efraín Guzmán; Estrella, frecuentado por alias «Iván Márquez» y con cultivos de pancoger; Malanga, allí permanece «Iván Márquez» y tiene una casa refugio; Camarote, con capacidad para 70 guerrilleros; Carrera, allí tienen 80 cabezas de ganado y aterrizan helicópteros del Ejército de Venezuela, y Bertha, ubicado a 20 minutos de Zorataima, con capacidad para 40 guerrilleros.

Según el dossier obtenido por el diario de Medellín , “la denuncia y la demanda contra Chávez y el Estado de Venezuela, los supuestos hechos que constituyen crímenes de lesa humanidad y violaciones a los derechos de la Vida y la Libertad personal, solo en 2010, están detallados en 25 asesinatos de civiles, 13 plagios, 5 muertes por minas antipersonales, 6 heridos por minas, 23 ataques a bienes civiles y 10 artefactos detonados contra el Ejército y la Policía de Colombia”.

La situación personal de Hugo Chávez, fuera del universo artificial y protegido que han creado los “lideres” de la política hemkisférica, es ahora la de un reo internacional y ello significa que pudiera ser objeto de una orden de captura mientras se encuentra en el exterior, excepto en Cuba, Zimbabue, Irán o Corea del Norte.

Mientras tanto, Diego Arria teje pacientemente la camisa de fuerza.

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