Insulza y los golpes de Estado
El inmoderado Secretario General de la OEA, el chileno Insulza, sorprende siempre con sus declaraciones, especialmente, cuando se trata del tema democracia y golpes a ella.
En dias pasados dijo algo insólito. “Creo que en Ecuador hubo un golpe de Estado.” Incomprensible desde todo punto de vista. La mediocridad del eterno aspirante a la presdiencia de Chile es realmente grave, sobre todo porque ejerce un cargo regional de interés colectivo.
En Ecuador no hubo golpe. Si acaso hubo un intento de golpe. Además, las circunstancias extrañas que motivaron la “rebelión” de agentes de policía, ante el silencio por un buen rato de las fuerzas armadas y el “secuestro” cómodo de Correa en un Hospital, hacen difícil concluir en que hubo una tentativa de golpe como la que se produjo bajo el comando de Hugo Chávez, en 1992.
Dias mas tarde Insulza declara que: «Pensaba que lo ocurrido en Honduras en 2009 era una excepción, pero se intentó otra vez; si no tenemos cuidado, se puede producir una vez más.” Imprudencia crasa, mas lamentable aún en boca del funcionario de mas alto rango administrativo regional, aunque no intelectual.
En Honduras no hubo golpe. Hubo una destitución constitucional ajustada a las normas, lo que aún los “albalulistas” e insulzas no quieren aceptar. Zelaya, el hoy acomodado exilado con salarios que nunca había imaginado, gracias a las bondades del régimen que dilapida los recursos petroleros del pueblo venezolano, mas otros beneficios que habría recibido como “remanente” de la asistencia financiarea de Caracas a su destuído gobierno, rompió el orden constitucional. Ese es el verdadero golpe de Estado. Un autogolpe, mas usual hoy que los golpes de sable.
El chileno Insulza no habla de las formas de ruptura del orden constitucional, sino de golpes militares como el de Pinochet en su pais, consumado entonces; o el de Chávez en Venezuela, fracasado en su momento. No se pasea el desacertado Secretario General por las violaciones constantes y graves de la Constitucion de Venezuela de parte del régimen bolivariano. No dice nada Insulza de los presos políticos, de las confiscaciones, de la persecución política, del desconocimiento de la voluntad popular, de los atentados contra la propiedad privada y contra la libertad de expresión y de opinión. Menos aún se ha pronunciado sobre la “eliminación” por distintas vias de la nueva Asamblea Nacional. Atropellos que, en suma, significan ruptura clara e inequívoca del orden constitucional.
Los golpes, y en eso coincido con Insulza, no se han acabado en la región. Chávez lo estaría dando ante sus ojos al irrespetar la Constitución, en medio de escándalos por relaciones peligrosas con terroristas de las FARC y de ETA, entre otros. Correa lo prepara, después de su 11 de abril; y Morales probablemente este paseándose por la misma idea que les trae, es cierto, beneficios transitorios, traducidos en una aparente estabilidad.
Ojalá Insulza asuma su responsabilidad y declare con prudencia y con visión regional en el contexto del respeto absoluto de los derechos humanos y de la democracia como uno de ellos, pisoteados por algunos en al región; y, abandone sus posturas en favor de Gobiernos que actúan a espaldas de los verdaderos intereses populares.
La realidad regional, traducida en la tendencia autoritaria de algunos gobernantes, obliga a los Gobiernos de la región a revisar la Carta Democrática Interamericana, para que se garantice el respeto fiel y absoluto de las instituciones democráticas y se impida que los Gobiernos, amparados en su origen democrático, violen las Constitución y las leyes, estableciendo regímenes totalitarios absolutemente repudiables.