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Condiciones académicas

El régimen que ha dedicado diecisiete años de la vida cívica venezolana a la destrucción total de la moral, la educación, el idioma, la economía, la industria, las empresas y las instituciones de la nación, en aras de la supervivencia de un sistema de gobierno rechazado por la mayor parte de la ciudadanía, ha profundizado en la alteración de la normativa legal de la república. Se burla de la Constitución.

A través de  espurias actuaciones que han desquiciado la justicia y sus interpretaciones, con el contaminado proceso de repetidas substituciones de las atribuciones legislativas a quienes han ocupado la conducción ejecutiva, se han producido leyes y reglamentos que han desdibujado las condiciones de la casi totalidad de la organización legal de Venezuela.

Hoy queremos ocuparnos de la farsa que se ha explayado en las condiciones académicas, éticas y morales que deben llenar los ciudadanos que ocupen cargos preponderantes en las deformadas y tergiversadas «instituciones de la nación».

Ya comenzó un desmán cuando, después del cambio de nombre, se alteró la escogencia de los miembros que rigen el hoy llamado Consejo Nacional Electoral. Durante todos los largos años transcurridos en el siglo XXI, la absoluta mayoría de sus rectores, han estado absolutamente apartados de la imparcialidad, la neutralidad política y de la capacidad de decidir con la olvidada justicia, en sus actuaciones y disposiciones sobre el funcionamiento y las condiciones de los torneos electorales sucedidos. Sin ánimo de dirimir los muchas veces obscuros procedimientos y resultados sucedidos en cada oportunidad, ha sido evidente, notorio y grosero el descaro de sus conductores.

Pero la guinda de la torta la encontramos en los eventos que se han sucedido alrededor del ahora llamado Tribunal Supremo de Justicia y su (no sabemos si es apéndice) Sala Constitucional.

Ya, en sus primeros escarceos, cuando se emitió una de las muy escasas sentencias adversas al difunto, decidieron que para lograr la mayoría era menester aumentar el número de miembros del mal llamado tribunal. Hizo falta que se lograra el predominio de la pandilla. No creemos que en Venezuela existan tantas personas justas y honestas…para conducir un verdadero tribunal definitivo.

A partir de algún momento , difícil de precisar, y por viles interpretaciones de magos legisladores de pacotilla, se alteró la prelación entre la Sala Constitucional y el todo del tribunal, estableciendo una situación inédita en la que una parte es más importante y poderosa que el todo de un tribunal. Haciendo una pirueta gramatical, podríamos encontrarnos ante un «oxímoron legislativo»

En diciembre del año pasado (2015) se realizó la mayor burla de esta triste historia. Por una parte y ante la inmensa y costosa derrota electoral del 6 de diciembre, se preparó el mecanismo delictuoso para contrarrestarla. Nuevamente se apeló a situaciones totalmente incorrectas y se sustituyeron personajes del TSJ por personajes absolutamente dependientes del palacio de Misia Jacinta, sin tomar en cuenta las exigencias legales de la calidad legal y moral de los nuevos designados.

Peeeero, como decía el Profesor José Antonio Calcaño, los perversos diseñadores de la farsa, en sus actuaciones, develaron sus delitos. Nombraron personas a quienes le fabricaron, «a posteriori», un expediente pseudo universitario, en una universidad a la cual solo visitó para consumar su fechoría, y después de haber sido designada para ocupar el cargo, con la sesgada opinión de un tribunal académico compuesto por vendidos y poco profesionales profesores comprometidos con la sucursal española del régimen que nos destruye, el 21 de diciembre, a manera de aguinaldo, le regalaron la aprobación de una tésis «doctoral» de muy dudosa calidad. Pensamos, con zamarrería que abona la experiencia, que no debe ser el único caso doloso en este triste expediente.

La degradación moral de Venezuela ha sido catequizada (RAE: 2. Persuadir a alguien a que consienta o ejecute algo contrario a su voluntad.) y tiene como directa consecuencia, la absoluta y terrible destrucción moral de TODA la nación. Las labores de reordenamiento y reconstrucción del país son enormes e imprescindibles. Ojalá las asuman hombres y mujeres honestos.
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@rafael862

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