Negociaciones: no hay con que
En la capitulación de Santa Marta Chávez aceptó condiciones para las que ni él ni su gobierno están preparados. Negociar tan variados temas binacionales es difícil. Lo digo por experiencia al frente de una de las Comisiones Presidenciales creadas en los años 90. Habían resistencias, como las de aquellos que creían que sus derechos en el Golfo de Venezuela estaban en peligro o la de los viejos prejuicios militares que creían que abrir las fronteras es hacer vulnerable al país. Pero se avanzó, los US$ 7 millardos de intercambio es un indicador.
A esta alturas ya deberíamos estar claros de que frente al incontenible avance de la integración mundial promovida por los mercados- es decir por el capitalismo-, sólo triunfan los que están preparados con una economía fuerte y unos negociadores habilidosos. Este es un binomio fundamental, pues en esa batalla por mercados no se puede defender lo que no se tiene. Y aquí el gobierno sistemáticamente está tratando de acabar la producción nacional bajo la consigna de que “lo que está muriendo es el capitalismo”. No se trata de la política, se trata de la economía. La China comunista ya descubrió que impulsando la producción capitalista- salvaje-, con sus empresarios privados y todo, puede conquistar al mundo y lo están haciendo.
La capacidad actual del gobierno bolivariano está muy mermada. Preñada con el síndrome del nuevo rico, que no negocia sino que paga. Sin contar con empresarios-no existen para él- ni profesionales de altura para sentarse en una mesa con los colombianos. Con las antiguas comisiones muertas de mengua. Una Cancillería preñada de rojo y carente de diplomáticos de carrera, y los ministerios que deberían encargarse del tema siempre en proceso de reestructuración y cuando sus expertos en negociaciones, si los hay, duran poco y no se atreven a expresar su opinión técnica. No tenemos con que negociar.
En estas condiciones, ojala el gobierno se le ocurra volver a la Comunidad Andina o extender su aplicación. Ir a una mesa de negociaciones en estas condiciones con los vecinos sería terrible para el país. Chávez probablemente estará pensando, no en promover la industria nacional- por ende el empleo nacional- sino en importar productos elaborados para traer por PDVAL y vender en MERCAL y así llenar los anaqueles de los mercados. Esto sellaría un pacto entre Santos y los bolivarianos, donde el desbalance del intercambio comercial crecerá aún más y serán los colombianos y el gobierno chavista únicos beneficiados.