Infame Entrega
El envío a Venezuela de Ramiro Valdés, bajo un pretexto baladí, un grave fallo de Fidel Castro, puso de manifiesto, tal como lo reportó la prensa internacional, la infame penetración imperialista castrista en nuestra patria gracias al entreguismo cómplice de Chávez y sus cuadros militares dentro de las Fuerzas Armadas.
Comunistas cubanos controlan múltiples actividades gubernamentales en Venezuela: identificación y pasaportes, inteligencia política y militar, organización de la policía y milicias, vigilancia de la ciudadanía, el sistema nacional de salud y la distribución racionada de alimentos.
Como dice la prestigiosa revista The Economist, el sueño de Castro de apoderarse de Venezuela y su petróleo, se ha hecho realidad sin disparar un tiro, el país gobernado por el dictador extranjero.
La permanencia vitalicia de Chávez en el poder es el objetivo principal de una estrategia trazada desde la isla. Para ello se hace necesario ejecutar dos líneas de acción bien definidas: una dirigida a profundizar la revolución internamente y la otra el abandono gradual de la revolución continental que compromete vastos recursos financieros con exiguos resultados.
Para que el comunismo venezolano avance en su control sobre la sociedad, es indispensable continuar cerrando medios de comunicación, cercando la iniciativa privada en la economía, minimizando la influencia de la iglesia en la educación, cercenando la autonomía universitaria, obstaculizando el funcionamiento de gremios y sindicatos libres e incluso la suspensión de elecciones presidenciales tal como ocurre en Cuba.
La influencia política de Cuba y Venezuela en la región es intrascendente. De ahí que los menguados recursos petroleros deban invertirse en Venecuba, ese engendro ideológico político. Existe sin embargo un imponderable que puede liquidar esa estrategia castro chavista: la reacción decidida del pueblo venezolano ante tan trágico desenlace.