Impunidades diferentes
Somos el vano río prefijado,
rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado
Jorge Luis Borges
Ya he hablado en varias notas en especial en Triste Estado fallido (http://tinyurl.com/4hykxzk )- acerca de la impunidad con que nuestra sociedad premia, tanto penal cuanto socialmente, a la corrupción, hecho que llama la atención a todos los politólogos del mundo.
El Gobierno, amparado por ese manto que conoce y aprecia desde hace casi ocho años, se ha transformado en el epítome de una banda al asalto del poder y, a través de su economía y sus empresas, de todo un país.
Esa corrupción y la insensatez generalizada, dije en la nota mencionada, llevaría al desmembramiento de la Argentina, ya que sus habitantes nunca habían podido transformar un mero consorcio en una verdadera nación y la capacidad de nuestro territorio para una producción de alimentos mucho mayor que la actual convertiría ese hecho en indispensable. En mi fuero íntimo, tenía la seguridad de que ello ocurriría, pero nunca supuse que la confirmación de tan peregrina teoría llegara tan rápido.
La semana que terminó ayer tuvo, en ese sentido, dos hechos destacados. El primero, los documentos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, filtrados por la red Al-Jazeera y por el periódico The Guardian, que daban cuenta de la oferta realizada por Condoleeza Rice, en 2008, entonces Secretaria de Estado del Presidente George W. Bush, a los palestinos para que éstos, a cambio de olvidar sus reclamos territoriales a Israel, se instalaran en nuestro país.
El segundo, mucho más grave aún fue un artículo publicado en The Economist y reproducido en español por La Nación de hoy, que describe la enorme preocupación que existe en todo el mundo por el alza de los precios ya superaron el pico de 2008- de los alimentos, debido a la mayor demanda en cantidad y calidad, reflejada en un trabajo presentado por cientos de científicos. Una de las frases de dicho trabajo, a modo de ejemplo, debiera convertirse en el tema central a discutir en nuestra agenda nacional: ahora se impone el argumento a favor de una acción urgente en el sistema de alimentos global (el resaltado me pertenece).
Es decir, en resumen, que el mundo no está dispuesto a soportar más que un lugar privilegiado del mundo, casi único por su feracidad, desperdicie su potencialidad por estar en manos de cuarenta millones de imbéciles, incapaces de ponerse de acuerdo en cómo producir más y mejores alimentos.
Brasil, que en algún momento hubo de resistir una tremenda presión en pos de la internacionalización de la Amazonia, considerada el pulmón del planeta, ha encontrado en su real integración nacional la defensa adecuada para lograr impedirlo. ¿La Argentina puede ofrecer un panorama similar?
Cuando fueron confirmados las reservas de la pre-sal, ubicadas a casi cinco mil metros de la superficie del mar y a más de doscientas millas de la costa brasileña, rápidamente el país contrató la construcción de submarinos nucleares y convencionales para garantizar la soberanía sobre las mismas. Argentina, después de las nefastas políticas de los jóvenes idealistas encaramados al poder, ¿deberá recurrir a los boy-scouts para custodiar sus fronteras? Porque, recordemos, quienes naturalmente tienen esa misión -los gendarmes-, están desparramados por el Conurbano, por orden de esos mismos jóvenes de los 70s, para evitar que la sensación de inseguridad se lleve puesto al Gobierno.
Esta semana trajo otra novedad, más lesiva aún para la dañada psiquis de nuestra Presidente: un nuevo desplante de Obama a su tal vez- más encarnizada adoradora. Más allá de las actitudes pro-norteamericanas de doña Cristina en el marco de UNASUR, descripta por los documentos filtrados por Wikileaks, el Departamento de Estado tiene una memoria casi oriental.
Don Néstor, q.e.p.d., infringió a los Estados Unidos una ofensa imposible de mensurar cuando fogoneó al papagayo caribeño y patrocinó la contracumbre de Mar del Plata contra Bush. No agravió a éste, sino a la institución Presidencia de su país.
Obama, como tantos otros líderes mundiales, prefiere vernos desde doce mil metros de altura, pero no aparecer en la foto con nuestra egregia Presidente, es decir, no convalidó la impunidad kirchnerista. Esa misma con la cual, desde Olivos, se imputó originalmente el episodio de la valija de Antonini Wilson a una maniobra de la CIA.
El hijo de Jacobo reaccionó como creía que debía: simplemente, intentó bajarle los decibeles al hecho, pero recordándonos que los Estados Unidos aplican barreras a las importaciones argentinas, o sea, hacen lo mismo que nuestro inefable Guillermo Patotín Moreno.
También volvió a encarnar el neo orgullo argentino, refiriéndose a las relaciones carnales que, según él, caracterizaron nuestro vínculo con Washington durante los 90s. La realidad es bien distinta. Mientras di Tella comandó la Cancillería, la Argentina pudo sostener una política internacional independiente, pero clara y, sobre todo, con lógica interna.
Ahora, en cambio, no solamente el Palacio San Martín parece el puente de mando de un buque comandado por un borracho sino que, como mostró Wikileaks, las verdaderas acciones no tienen nada que ver con las declamaciones, y los presuntos aliados en la superficie son convencidos o moderados, según Washington exige.
Claro que esos otros integrantes del ALCA Chávez y Evo Morales, además de Correa- tampoco consintieron la impunidad de doña Cristina, y pegaron el faltazo a la última cumbre.
Para cerrar, y demostrar que hay impunidades diferentes, tampoco Hugo Camión está dispuesto como lo hubiera estado con don Néstor- a permitir que doña Cristina le cierre las puertas de la política grande por considerarlo un salvavidas de plomo y, mucho menos, a que siga mirando para otro lado frente al cada vez más cercano cerco judicial. No lo están, además, los muchachitos del Partido Obrero y sus adláteres de la nueva izquierda insurreccional, que se niegan a admitir que los compromisos políticos del Gobierno, y las necesidades de igual jaez, se conviertan en impunidad del sindicalismo patotero.
Tal vez, sólo eso, llegue un momento en que, al igual que en Túnez, Egipto, Jordania, nuestro pueblo entienda que no puede ser más espectador pasivo de esta terrible corrupción llámese Kirchner, Cristina, Antonini Wilson, Aerolíneas Argentinas, droga en Southern Winds o en Barcelona, Skanska, fondos de Santa Cruz, sobreprecios en obra pública, Lázaro Báez, Rudy Ulloa, Fútbol para Todos, remedios truchos, defraudación en sindicatos y obras sociales, subsidios y planes- y tome conciencia que ese bochornoso espectáculo que se limita a presenciar lo está pagando, en realidad, con la desnutrición y la muerte de sus hijos, con la falta de educación y de trabajo formal, con la falta de Justicia, en fin, con la ausencia de República.