Salir de la oscuridad

Venezuela es noticia internacional, las agencias de prensa extranjeras se hacen eco de la situación nacional. Ocupamos titulares, ya no solo hablan de violaciones de derechos humanos, de alcaldes presos o del tráfico de droga con pasaportes diplomáticos, hablan de la quiebra económica, de la escasez de alimentos, de las colas, de que no pagan los salarios a sus diputados… en suma de un país mal dirigido, en caída libre, directo al caos.

Los gobiernos serios, las democracias sólidas, los políticos responsables de otros países, todos se hacen la misma pregunta, ¿cómo es posible arruinar al país, con las mayores reservas petroleras del planeta? Evidentemente es imposible no llegar a conclusiones.
Se establece un consenso sobre el gobierno incapaz que dirige el país, peor aún sobre las intenciones de un proyecto extranjero, destinado a destruir lo que fue un ejemplo democrático en la región. Las mentiras oficiales suenan a pura propaganda del régimen, no tienen credibilidad en el ámbito internacional.

Los gobiernos extranjeros toman conciencia, si se cierran los espacios democráticos en Venezuela… será la hora de asumir posiciones. Referéndum, aplicación de la Carta Democrática, renuncia del Presidente, se ven como únicas soluciones para detener la debacle y el sufrimiento de un pueblo, mientras más lo impiden…más se hunden.
Se constata la grave crisis económica, se concluye que la oposición tiene razón en sus denuncias y que es necesario reaccionar. Discursos, insultos, actitudes grotescas, mentiras… todo se retrasmite en las redes y noticieros televisivos, lo que permite la toma de conciencia y le tumba la careta al régimen.

El gobierno anuncia medidas en la urgencia, que no es lo mismo que “medidas de urgencia”, estas últimas son decisiones que se toman frente a una situación grave sobrevenida. Las del régimen son improvisadas, tomadas “a la carrera” como decimos aquí… se muestran descompuestos, asustados, tratando de calmar la opinión pública.

El mundo atónito observa los decretos que prohíben trabajar, bañarse, circular, asistir a clases, los ventiladores o el aire acondicionado, así resuelve el régimen chavista los problemas de energía o de inseguridad. Solo nos falta ver que prohíban comer o enfermarse, a fin de resolver el problema de la escasez de alimentos y medicinas.

La realidad es que estamos como estamos, porque en 17 años no se realizaron en la red eléctrica nacional, las inversiones ni las operaciones de mantenimiento necesarias. Frente a esa situación, el gobierno solo se inquieta por ocultar que no tomó previsiones y que las plantas eléctricas pagadas con sobreprecios inimaginables, son chatarra, no funcionan y algunas nunca se instalaron.

Maduro intenta desviar la atención de la realidad, acusa al imperio, a la oposición, a la derecha… pero el pueblo solo ve a los que se enriquecieron, a los enchufados, a los bolichicos, todos nuevos millonarios bolivarianos, a costa del dolor y el sufrimiento popular.
Por menos que eso la Presidente de Brasil se encuentra en la “piqueta”, Maduro por su parte está sentado en un asiento eyectable, justo frente a una situación impredecible, la calma aparente que precede la tormenta.

Están cayendo las primeras piedras de lo que augura una avalancha. Las manifestaciones populares estallan en diferentes ciudades del país de manera incontrolada, la gente ya no tiene paciencia, miles de venezolanos hacen colas por conseguir los escasos alimentos, la situación se ha convertido en una bomba de tiempo.

Las encuestas no mienten, el 70% de los venezolanos, hartos de la inflación y la crisis están de acuerdo con que Maduro se valla, están convencidos que solo con una nueva elección se podrá solucionar la situación. Por su parte el gobierno y sus títeres se disponen a impedirlo, a estar en contra de la mayoría de los venezolanos… mala cosa… malos augurios.

Las alarmas suenan por todos lados, se habla de crisis humanitaria, de la falta de tratamientos médicos vitales… un director del Fondo Monetario Internacional declara “La situación económica de Venezuela es insostenible”. El país se encuentra al borde del precipicio y con una situación política inviable, con tan mala gestión, que a pesar de le escasez de divisas necesarias a la subsistencia del país, se continua regalando el petróleo a Cuba y beneficiando a sus compinches extranjeros.

Los analistas internacionales, interpretan la situación, la medida de cortar la luz al Parlamento y no entregarle el presupuesto para su funcionamiento, no hacen sino revelar el rostro dictatorial del régimen y el alcance de la crisis.

En un país donde se destruyó la mayoría de la actividad privada y cuya economía reposa esencialmente sobre el petróleo, nadie duda de lo que se avecina. El régimen después de años expropiando, persiguiendo, controlando mercados, se dispone a dar el golpe final acabar con Empresas Polar, el último recurso para conseguir algunos rubros alimenticios.

Las previsiones indican que el PIB caerá en 8% en el 2016, luego del 5.7% en 2015. Los precios al consumo aumentaran en 500%, después de haber aumentado en 180% en 2015, súmele a esto la falta de divisas para importar lo mínimo necesario, la falta de luz y agua, los 25.000 muertos por año y podrá pronosticar el futuro próximo.

La opinión pública internacional conoce que la oposición recogió las firmas necesarias a la apertura del proceso revocatorio del Presidente, conoce las encuestas, sabe que la unidad democrática cuenta con el apoyo suficiente de los venezolanos, para alcanzar las cifras necesarias a la salida de Maduro. Está al tanto de la maniobras del régimen para retrasar el proceso, obstaculizar la salida del problema y garantizar la permanencia, sino de Maduro por lo menos del régimen.

Comprende que mantener el régimen será prologar la corrupción y garantizar la inmunidad de los que han destruido Venezuela, frente a eso existe el sufrimiento de toda una Nación. El Chavismo ya no cuenta con los recursos para comprar voluntades, le quedan solo los incondicionales, cuya propia estabilidad depende de los secretos que posee el gobierno venezolano.

Las condiciones están dadas para salir de la situación, el pueblo lo sabe y está a punto de reaccionar, ya no tienen nada que perder. Los dirigentes de la oposición deben interpretar los signos, intentar manipular la historia a causa de pequeños intereses puede resultar fatal.
Llego la hora de salir de la oscuridad, la realidad exige héroes y la historia no espera a los que llegan retrasados.