Opinión Nacional

Necesaria evaluación

De entre los graves males que pesan sobre nuestra cultura política, religiosa, académica,  estética, institucional, de la educación,  etc., está el horror a la evaluación.   En el seno de la familia nos pasa lo mismo. Todo ello responde a un hecho social, a un hecho psicológico, a  un hecho cultural, a la situación específica de la familia y de cada individuo y quizá, para  el caso venezolano,  sea necesario a señalar  que es  un hábito consuetudinario.   La génesis e historia de este hecho  requiere grandes esfuerzos de trabajos académicos, científicos,  filosóficos,  económicos,  sociológicos, etc.,  de los cuales, de otros,  no dispongo ni tengo la capacidad para  abordarlos de la mejor manera, pero,  sí  podemos   hacer  tentativamente algunas afirmaciones,  probablemente hasta  formular algunas hipótesis,  que si bien provisionales nos ayuden  al debate, al análisis críticos.  Pudieran ser  muy débiles, inconsistentes, incluso, pero busco mas su ayuda, mucho más sus consideraciones, sus experiencias,  que la validez de mis opiniones.

            Dejaré de un lado, aun cuando sea necesario,  el conocimiento de que la sociedad venezolana tiene en su composición desigualdades inmensas,  por ejemplo que alrededor de 36 al 38 % de las familias se organizan en torno a la madre y la presencia paterna está por desgracia, ausente.  Y otras “variables” campo dicen los expertos,  que por falta de una buena evaluación son”sui generis”.  Sea otro ejemplo, las estadísticas del gobierno sobre  hambre, salud, deportes, nutrición, nacimientos, mortalidad,  etc. son dubitables… y obviamente, como papá  me  siento demasiado comprometido en la evaluación  de las familias, la propia es siempre inmaculada, mientras las “consolidadas” sujetas a preferir   lo insólito y a ser indiferente  ante lo normal o bueno o superior.  Con estas prevenciones, incompletas, abordemos la cuestión en el universo político,  donde pudiera  tener una mejor  aproximación.

            Este año que concluye  se ha desenvuelto en tres  actos y expresiones  políticos de  trascendental significación.  Las elecciones del 7O, las elecciones de gobernadores  16D y  la enfermedad del presidente.  La enfermedad del  presidente alcanza significación por el manejo incalificable  de la manipulación  en busca del voto como ligazón a través  de  piedad, de amor, de  solidaridad,  de todo el pueblo llano, en torno a la vida del presidente, más que a su salud misma.  La salud, para sus manipuladores, no es el problema,  el problema consiste en que sin la vida  funcional del presidente (ser el presidente, ser el jefe del poder, el máximo líder, el supremo…)  el proceso revolucionario se ve en severas limitaciones, incluida su destrucción,  entre otras cosas, porque el proyecto carece de una  teoría política,  su manejo real está en el universo de las ideologías mas primitivas, en el  sentido de falsa consciencia como observó C. Marx en su momento y que nadie con sano juicios, incluso los enfermos de fundamentalismo sin fundamentos, de la patología del anticomunismo,  podrán negar la cualidad de su análisis. Llamo ideologías más primitivas, probablemente instintiva alguna de ellas, a  aquellas que se desarrollan en torno a la vida, la muerte,  la religión,  la mitología, el bien, el mal, casi, en una palabra, a los fenómenos de la idolatría.  Mas que  las neveras, las dádivas, las pensiones, el despilfarro, el dispendio, la  limosna, las misiones, el ocio,   la relación de esa  importante  mayoría de ciudadanos “chavistas”, de esa parte fundamental del pueblo llano, mas que eso, está el haber construido, por vía de la manipulación, a Chávez como ser infalible, como el redentor,  como  verdadero mesías.  E,  incluso, como ser  cuasi inmortal o el superhéroe  que venció la muerte.   Y en eso  lo ha acompañado  la casi totalidad de las formas religiosas, desde los santeros, toda ese importantísimo universo de fieles,  hasta su santidad, el  cardenal.

  No se alarme, lector, nada de agresión a nuestra  iglesia santa… nada de eso, ni a ninguna otra  religión, secta divina o satánica,  sino que son los hechos los más dramáticos  ejemplos.  La iglesia católica tiene  jerarcas   de muy alto poder  y curas de aldea, parroquias, y en la TV, como agentes que se encargan de reforzar en nombre de Dios esta manipulación.  Mutatis mutandi, Cristo es el salvador de los pobres,  enemigo de los ricos, por tanto revolucionario y socialista,  no el salvador de la  humanidad, lo que realmente  es,  y Chávez cumple ese papel en nuestro medio.  Ello es posible no solo por el oficio de los manipuladores, sino por la personalidad  de  Chávez,  quien se asume con estas  cualidades, y algo más,  está convencido absolutamente que él es Salvador/Cristo. Libertador/ Bolívar, y que compete a él terminar la misión de los dos. Así  es  Chávez y así se definne,   el camino, la lucha, la verdad, la paz, el amor, que se objetiva en un fundmaentalismo sin  funfamentos,  haciendo del odio el factor que une al necesitado contra el poderoso,  al pobre contra el rico, y el cultivo de la insania del que está conmigo  es bueno y en que está en mi contra es malo.  Es él, pues, el bien, la verdad, el camino, la patria, la libertad, la independencia, la  soberanía, la salvación.

 Pues bien,  la historia no perdonará a la Iglesia católica,  la ausencia de  evaluacioion  o en su defecro el don de su ubicuidad, y ello probará tarde o temprano que es el Poder el que controla la ubicuidad de la Iglesia y  mediante el  discurso religioso, se  encargarán sus ideólogos de justificar su acriticidad.  Su Prudencia cómplice.  Su silencio se convierte en el espacio donde caben  sus beneficios  lejos de los avíos de la verdad de Cristo.

            Las universidades  no solo desconocen que es evaluarse, sino que se han inventado la impunidad escondiéndola en su mentira bajo el discurso de la autonomía, que deja de ser un  valor óntico, del ser de la universidad, para ser una mercancía en las relaciones del poder interno y como barrera ante el poder externo.  Ni la DVSA de ayer  ni ésta de Chávez jamás se sometieron a evaluación alguna,  se erigieron  como formas  de eficacia, eficiencia, pureza, superioridad de modo que sus acciones siempre estuvieron cubiertas por ese halo de perfección que la hizo y hace intangible al humano entendimiento. Con las  FAN, las antes y las de hoy fueron de tal modo “consagradas”  que se convirtieron en custodio  de la democracia, o en alma y resguardo del proceso.  Siempre, siempre por encima del poder civil, por encima de la propia ley, en fin  ellas están por encima del ciudadano y, en nombre de la república, por encima de ella.  Pero…evaluarlas?

            Sean, reitero, estas notas de ejemplo para ayudar a la comprensión y valoración de este texto. Volvamos a la política.  La nuestra. La elecciones, ambas, reclaman  estudios francamente exhaustivos. La elección presidencial, el efecto de no haber derrotado a Chávez, produjo en muchos una insana desilusión, un inmenso guayabo,  esto  último también en mi.  Y ello nos impide ver si crecimos, obviamente, si decreció Chávez, cómo y por qué, donde y en qué  circunstancias se dieron esos hechos. La derrota nos ha impedido a casi todos la objetividad necesaria para  descubrir las causas de ese hecho,  pero más que eso, cómo lograr superar la derrota para prepararse para batallas mas complejas.  Entre otras cosas, porque las derrotas provocan siempre graves daños a la humana conducta.  Y no es fácil reemprender la lucha  bajo esas circunstancias; ah!, pero no olvidemos que ello está marcado por la cualidad teórica, ideológica que anima la lucha. Si ésta no existe, el dolor nos impide seguir. La lucha consciente por al libertad sabe mas de derrotas que de triunfos y, empero y por ello, siempre se lucha mas y se afinan los medios. Las elecciones del 16 D, para gobernadores, requieran más afinamiento aun.  Se perdió en el Táchira, en el Zulia, Carabobo y Nueva  Esparta. Se perdió porque se pierde lo que se posee.  En esos estados  ganó el PSUV.  En los otros mantuveron el poder, mientras casos y situaciones particulares como Monagas, o el mantenimiento del gobernador en Miranda, Lara y en Amazonas,  reclaman igualmente análisis específicos.

            No puede estudiarse la derrota en esa lucha como una tragedia nacional como tampoco puede medirse  en los triunfos de Lara, Miranda y Amazonas,  con el mismo rasero. Cada una de estos hechos deben atenderse, primero, en cada situación, ampliar la perspectiva, luego.  Del mismo modo que debe estudiarse la elección presidencial tan atentamente como  enfrentarnos a analizar complejos teoremas, postulados, etc., como  bien sabemos que no se caen las frutas porque se corta el gancho de sostén, sino por  “cosas” de la gravedad. O no se cura a nadie de una  severa enfermedad si no se conoce previamente  la causa y luego lo demás…

            Como nota de mucho cuidado, el caso del Zulia, es inmensamente rico.  Comentaba con  O. Álvarez Paz que en el Zulia, una de las razones de la pérdida, de la derrota,  tiene como su causa en ser UNT una estructura del Viejo tiempo. En efecto, no hay ideología alguna que los una.  Su líder creador, Manuel Rosales,  guarda con su militancia el  histórico papel del caudillo, y, en consecuencia,  la democracia interna se desconoce.  Las dificultades que tuvo que enfrentar el gobierno, y su gobernador de modo especial, con el gobierno central y la hábil política de estrangulamiento de Maracaibo que adelantó  Arias y el PSUV, Corpozulia, Hidrolago… las misiones, etc..  El manejo de ideolemas como la zulianidad, y la ausencia de un verdadero proyecto cultural político, educativo, económico, para unificar al Zulia en torno a proyectos muy concretos, donde todos cupiésemos desde La Chinita a San Benito, del arzobispo al padre Vidal,  de castillete a Bobures,  del pescador al labriego, en fin…. Esto es apenas un ligero dato que apunta hacia el análisis con todas las variables imprescindibles.

            Dije a Oswaldo que en el caso de Carabobo y Nueva Esparta jugó  un papel  inmensamente aleccionador, la carencia de la democracia en la oposición y el privilegio de los “caudillos”,  del nepotismo… en fin, de no ser ejemplo empírico, prácrito que nos diferenciara de las prácticas políticas hegemónicas del chavismo.

            Monagas y Táchira, los desaciertos de la pseudo democracia nos obnubilaron.  El efecto psicológico de la división es grave aun cuando los votos beneficiasen en poco a los disidentes o a los protagonistas de las primarias.

            Deberíamos con cuidado extremo analizar la situación  de Lara. De Amazonas. Entre otras cosas,  el papel de los líderes, de la política local,  de los avances  de la consciencia crítica o la presencia de modelos que si bien fuesen vacíos de teoría, pudiesen al menos, competir con el discurso  y acciones  del chavismo.

            Nada de lo que he dicho puede verse como una verdad, sino como una llamada con ejemplos para iniciar su búsqueda.  No hacemos nada si  en nuestra acción diaria no nos distanciamos de Chávez, del Chavismo.  Y reitero la sentencia de Marienbad Belugheilig,  saldremos de Chávez cuando salgamos del que llevamos dentro de cada uno de nosotros y ello implica  reflexión crítica y una praxis política  que haga real la democracia, no mítica.

            Destaco  el mayor avance. Crecimos  de modo muy importante en las elecciones del 7O. Trabajo  trascendental de Capriles y de la MUD. Error irrecuperable  será  asaltar la razón y no ver el valor cualitativo y cuantitativo  de esa política. Pero debemos ampliar la MUD si queremos avanzar.  Hoy la política es tan compleja que no es propio entregarla exclusivamente a los partidos, debemos caminar, andar con ellos, sin ellos no hay avance, sin los demás, tampoco.  No hay posibilidades de opción.

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