Penzini Analítica: Turistas gringos, cubanoamericanos y sus dólares invadieron Cuba
El 2 de Mayo en la mañana la amplia avenida Malecón se fue llenando de gente y banderas, carros antiguos que se estacionaban en la acera para ser testigos de un momento histórico en La Habana. Algo que parecía imposible finalmente sucedió. Un gran crucero blanco con bandera americana, proveniente de Miami con 700 pasajeros a bordo llegaba por primera vez para atracar en Cuba después de una larga y nostálgica espera de más de cincuenta años.
El barco Adonia de Fathom, filial de la empresa estadounidense Carnival, finalmente anclaba en el puerto de La Habana, materializando así las nuevas relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos recién renovadas. Esta reanudación de los servicios marítimos de EE.UU a Cuba se convierten un nuevo símbolo de la reconciliación política entre estos viejos enemigos de la Guerra Fría.
Carnival tuvo el privilegio de haber sido la primera empresa de cruceros que obtuvo los permisos para realizar la ruta entre ambos países, que había sido interrumpida desde el triunfo de la revolución cubana en 1959.
En su página web Carnival promociona los viajes con estas palabras: “Fathom ofrece una ocasión realmente histórica de viajar a Cuba: la oportunidad de ayudar a construir nuevos puentes hacia una rica y dinámica cultura que, hasta ahora, la mayor parte de los estadounidenses ha visto solo en fotografías».
Arnold Donald, director de cruceros Carnival, dijo al descender del barco que era un momento de orgullo para su corporación, que se sentían honrados, privilegiados y agradecidos con el gobierno de Obama y el cubano por hacer eso posible. Si alguien quiere viajar a Cuba desde Miami el precio comienza desde unos $1.800 por persona en un camarote interior hasta más de $7.000 para una suite de lujo.
La empresa Carnival tiene estipulado viajar dos veces al mes a la isla en cruceros de una semana de duración con el objetivo de promover el intercambio cultural entre los dos países. El problema es que todavía no se ha eliminado el embargo de los EE.UU a la isla por lo que los turistas solo pueden viajar con motivos culturales. Pero el viaje en el Adonia tiene programada algunas actividades culturales en los diferentes puertos con encuentros con artistas y músicos y así los estadounidenses podrán obtener licencias para viajar a la isla con fines culturales, académicos, deportivos o religiosos, pero el turismo formal a la isla seguirá vetado hasta que no se elimine el embargo económico contra la isla de régimen comunista.
Una pareja de estadounidenses estaban orgullosos de poder participar de esta histórica visita turística provenientes de Key West. Rick, turista estadounidense dijo orgullosamente que un amigo le había dicho 55 años atrás ¿quieres viajar en barco a Cuba? Eso será en un tiempo distante Había esperado mucho y ese tiempo ya llegó hoy 55 años más tarde.
Hasta la semana pasada tampoco los cubano americanos podían viajar desde y hacia los EE.UU por la prohibición implementada por Cuba para evitar el desembarco de anticastristas a la isla. Según la línea Carnival la Ley dice que los cubanos que emigraron a Estados Unidos antes de 1971 precisan tener una visa especial y los que salieron después de esa fecha podrán viajar con su pasaporte cubano.
María Eugenia Peña una cubano estadounidense no podía contener el llanto de la emoción: «Estoy llorando desde que amaneció, estoy muy emocionada, no puedo creer que estoy aquí», decía en medio de lágrimas.
Con este histórico viaje se da inicio de la entrada de turistas a Cuba, y de sus dólares que beneficiarán a la mayoría de los habitantes, castigados por los bajos ingresos que perciben. Es decir que en Cuba ahora buscan capitalistas para construir el socialismo. Con estos turistas y sus divisas también vendrán nuevos cambios sociales, económicos y culturales que inevitablemente cambiarán a la isla para siempre. Por eso el slogan es ¨Visite a Cuba antes de que cambie¨. Cambios que han esperado más de 50 años. Ojalá que no pasen 50 años para que Venezuela comience su propia actualización del modelo económico.