¡Padrino, entierre a Chávez!
¡Padrino, dantesco! No hay otro calificativo de la conducta del general Padrino. Cada vez más, se convierte en un personaje, que no solo denigra de su condición de militar, sino, que pone en tela de juicio el concepto de inteligencia que se le adosa a los militares que portan en sus hombros, al menos un sol de general, ya que es incomprensible, que habiendo logrado, que fueran cuatro los momentos de recibir un sol en cada hombro, no entendiera nuestro reflexión bastante divulgada: “Muchos son los militares, que nunca fueron lumbreras, pero pareciera, que al ponerles un sol en sus hombros, creyeran que les ponen un cerebro nuevo”.
Muchas han sido las recomendaciones dadas a Padrino, tanto por la Oposición, como por sus propios subalternos, pero, pareciera que su Yo fuera un alma en pena, bautizada o armonizada en babalao por su mentor Chávez, quien en vida fuera un perverso ciudadano, capaz de provocar la ira de los venezolanos, hasta enfrentarlos en todos los campos, utilizando la maldad y la mentira, como fórmula vil para mantenerse en el poder. Allí lo utilizó, igualándolo a El Libertador, inclusive, poniéndole un sol más en sus hombros como fórmula pueril para hacerles creer, que superaron sus ideales de libertad.
General Padrino, usted insiste en actuar al margen y en contra de la ley, de la Constitución y de la moral ciudadana; permitiendo la desinstitucionalización de la FAN y la perversión de gran parte de los mandos militares; creando en los miembros de la Institución, un fervor anormal de aceptación del difunto Tcnel. Chávez, con signos de adoración mitológica y hasta religiosa, más allá de lo normal. Usted insiste en tratar de imponer virtuosismo en el Tcnel Chávez, quien no podrá recuperar su desastrosa imagen de pésimo ciudadano, mal militar y peor gobernante. La destrucción del país lograda por este personaje, está a la vista, pero usted insiste en mantener una horripilante y absurda conducta en contra de la voluntad manifiesta del pueblo, intentando despojarlo de su visión y sano deseo de olvidarse del error cometido, al creer que Chávez era un sano y humano personaje, y nunca se percató de la amorfa e insensata mente de éste, su personaje modelo que exalta.
Es grave, general Padrino, su conducta marginada de la sensatez de un jefe máximo activo de la Institución Armada, la que margina y enturbia en su visión histórica. Esa, que durante muchos años, incluyendo su estada en servicio, que pareciera haber sido una mala directriz, ya que dentro de ella están estos 17 años, que malamente lo han colocado a usted, en el desiderátum de convertirse del punto de apoyo de Aquiles, para lograr la recuperación de la democracia, con su economía, solución social y vuelta a la sociedad culta, inteligente y productiva, que destruyó su mentor, cuya culpa propia y complicidad le serán imposible borrar, porque su soberbia le rebasa. Oiga a los venezolanos que luchan contra su testarudez sin límites. Recuerde, que no hay vuelta atrás, el cambio de régimen ya comenzó y nadie podrá pararlo. Lo único que están logrando el presidente, el TSJ y el partido socialista, con su ayuda, es aumentar la desgracia que generó Chávez, a quien no queda otro acto que su entierro. Hágalo, general Padrino, entierre a Chávez, para que no presencie actos del pueblo, como los vistos en otros países con sus dictadores.